Un año ha tardado la juez de instrucción número 9 de Barcelona en desenmascarar la verdadera dimensión criminal de lo que para algunos sólo es una pandilla juvenil.
Lo banda de los Latin Kings es una organización mafiosa, de estructura jerárquica, que se dedica fundamentalmente al tráfico de drogas (nacional e internacional) y a los robos con fuerza e intimación para "la financiación de la banda y el enriquecimiento particular de sus líderes".
Secreto judicial
La juez de instrucción Silvia Mejía, a través de las indagaciones de la Unidad Central de Grupos Juveniles Organizados de los Mossos d'Esquadra, sitúa al joven ecuatoriano Oscar Peralta Tamayo, alias 'Baby White', como el llamado 'Inca Supremo' a nivel estatal con control directo sobre todos los denominados 'chapters' de Cataluña y del resto de España.
Por debajo suyo, y según consta en el detallado auto de procesamiento dictado por la juez contra la cúpula de los Latin Kings (al que ha tenido acceso Crónica Global), se encuentra Andrés Evair Pintos Trapani, alias 'el Uruguayo', que ostenta el rango de 'Cacique Supremo'.
Baby White y el Uruguayo dirigen lo que se conoce como la "segunda corona suprema", que es el siguiente escalafón inferior de los Latins.
Todos identificados
Los informes policiales identifican a un tal 'Blue' como el jefe del 'chapter' de las Islas Baleares; a un tal 'Gato' como el 'King' de Murcia; a 'Giovanni' como el responsable en Andalucía, y a un tal 'Dogor' como el líder de Madrid. Por debajo de ellos se encuentra la llamada "tercera corona", en manos de un militante llamado 'Japón'. A cada región se la conoce como 'Corona Suprema', y al frente de la misma hay un hombre de Baby White.
Mafia pura
La juez no tiene duda de que la banda de la los Latin Kings es una organización criminal mafiosa y a lo largo del auto se procesa a los miembros identificados por los delitos de narcotráfico, tenencia de armas, lesiones y pertenencia a organización criminal.
La magistrada detalla las actividades criminales que ejecutan los mas de 500 miembros de los Latins en toda España. El auto, notificado a las partes hace escasamente un mes, dibuja las redes internacionales de tráfico de cocaína bajo control de la organización.
Narcos
Así, por ejemplo, "en cuanto a la cocaína existen dos modalidades: la adquisición de un tercero para la introducción y distribución de la mercancía, y la directa utilización de un grupo de 'mulas' que desde América latina, introducen, bajo la dirección de Baby White, constantes pases de droga".
El Inca Supremo, añade el auto, "utiliza a dos ayudantes, Alejandro Carmona Ruzo y a José Manuel Rodríguez Zambrano, alias 'Cheo', para realizar labores de preparación y venta de estupefacientes a través de una red nacional de 'punteros' o 'camellos' que venden la mercancía al detalle en calles, institutos o bares y discotecas".
Régimen de miedo
La juez afirma que "de las diligencias de investigación resultan igualmente indicios de que Baby White junto con el resto de coronas supremas mantiene su supremacía en todo el Estado mediante acciones violentas y coactivas contra los miembros de una facción rival en el grupo llamada 'Unión de Culturas' o 'Los Torcidos', liderada por un Latin llamado King Manaba.
Estructura sectaria y mafiosa
"Los jefes actúan contra cualquiera de los integrantes de su propia facción (Baby White lidera la preeminente, que se conoce como 'Bloodline') que quieran pasar a la facción rival o muestren cualquier tipo de discrepancia, todo ello con la finalidad de controlar el trafico de sustancias estupefacientes y la obtención de beneficios económicos que sirven para financiar actos violentos y para el mantenimiento de los propios líderes", añade la magistrada.
El capo recoge el dinero
El auto identifica al Inca Supremo, Baby White, además, como el recaudador final de las cuotas semanales que todos los miembros de los Latin Kings han de pagar a la Corona Suprema, bajo la amenaza de muerte si no lo hacen.
El capo Baby White está en prisión provisional pero el resto de la cúpula se encuentra en libertad bajo fianza tras meses de reclusión.