El Ayuntamiento de Barcelona ha afeado que el Govern privatice una residencia para gente mayor cuyo coste cubrió parcialmente el consistorio. El ejecutivo de BComú ha indicado que "las normativas de contratación pública deberían favorecer a las entidades sin ánimo de lucro", en referencia a la adjudicación de gestión del centro Alchemika a OHL Servicios.
Un portavoz municipal ha señalado a Crónica Global que el equipo de gobierno municipal "trabaja para promover cambios en la contratación pública en sectores de servicios a las personas". Lo hace, ha añadido, con "reservas de contratos para entidades que no se lucren, cláusulas sociales y convenios con el Tercer Sector".
Contrato imparable
La privatización del Alchemika, el único centro de día que tendrá el barrio de Camp de l'Arpa, es sin embargo imparable. "No tendría sentido a nivel legal plantear la anulación de la licitación y la adjudicación", ha señalado una representante de la tenencia de alcaldía de Derechos Sociales.
En este sentido, la única medida que puede emprender la concejala Laia Ortiz (ICV) es "organizar una reunión del consejo de participación en las próximas semanas". El organismo reunirá a vecinos, Generalitat y gobierno municipal "fruto de la continua relación del ejecutivo local con el barrio".
Malestar vecinal
La tibia protesta del gobierno municipal de BComú contrasta con el monumental enfado vecinal por la privatización de la Alchemika. La asociación de vecinos Clot-Camp de l'Arpa prepara la respuesta a la propuesta de concesión del equipamiento al holding que preside Juan Miguel Villar Mir.
"OHL es un grupo constructor que ha entrado en el sector de servicios a las personas. Nos parece muy bien que busque negocio, pero el Govern debería optar por entidades sin ánimo de lucro o del Tercer Sector para gestionar instalaciones de este tipo", ha señalado una de las portavoces de la Marea Blanca de Cataluña.
Asimismo, los vecinos recuerdan que el consistorio rescató el proyecto cuando éste se encontraba paralizado por los recortes del Govern. El ayuntamiento inyectó dinero en Alchemika tras ceder los terrenos en la legislatura 2011-2015. En aquel momento, el ejecutivo autonómico de Artur Mas justificó los retrasos por "la situación de crisis".