En el mar de Andamán, a lo largo de la costa oeste de Tailandia, viven pequeñas tribus, llamadas Moken, que se hiceron muy famosas por la capacidad que tienen sus niños de ver bajo las olas del mar.
La tribu, también conocida por “nómadas marinos”, pasaba gran parte del día en el mar, buceando para encontrar alimentos y adaptándose de forma única a este trabajo, ya que podían ver bajo el agua.
Según informa la BBC, en 1999 Anna Gislein, una investigadora sueca de la Universidad de Lund que estudiaba diferentes aspectos sobre la visión, se dirigió a uno de los poblados Moken para ver con sus propios ojos lo que algunos le habían comentado sobre la especial característica de esta tribu.
Ojos adaptados contra la irritación de la sal marina
Gislen viajó junto a su hija de seis año en Tailandia y se integraron en las comunidades Moken. La investigadora relató cómo, cuando subía la marea, los niños buceaban bajo el agua para recoger los alimentos que se encontraban metros por debajo de lo que ella o su hija podían ver a simple vista. “Tenían los ojos bien abiertos, podían pescar almejas y conchas sin ningún problema”, afirmaba Gislen.
La causa más aceptada es que los ojos de estos chicos se adaptaban al agua de mar evitando la irritación que produce la sal.
Desafortunadamente, el experimento de Gislen podría ser el último porque, según cuenta, “ya no pasan tanto tiempo en el agua”, así que duda de que “los nuevos niños que nazcan tengan esta capacidad”.