Lo que antes era un vergel urbano, ahora es una acera desnuda. El Ayuntamiento de Barcelona ha prohibido a las floristerías situadas en el Mercat de la Concepció exhibir su género en la calle València por entender que entorpecía el tránsito de los peatones.

Es cierto que, sobre todo en días festivos, la convivencia entre transeúntes y flores era difícil, por no decir imposible, pero se ha perdido uno de los enclaves más bonitos de la ciudad. Los comerciantes aseguran que numerosos ciudadanos entran en el establecimiento a preguntar por la retirada de las macetas.