Satisfacción contenida entre los restauradores barceloneses por el plan de ordenación singular de las terrazas de la Diagonal, que permitirá aumentar notablemente el número de mesas en las aceras de esta céntrica avenida, pero que no responde a las peticiones de los locales. Quienes, además, señalan que el plan del gobierno municipal de Ada Colau no difiere sustancialmente de lo que ya tenía previsto el anterior equipo del convergente Xavier Trias.
La norma para las terrazas de la Diagonal, que ha aprobado este jueves la Comisión de Gobierno del Ayuntamiento, permitirá instalar un total de 173 mesas en las terrazas de la veintena de bares y restaurantes del tramo de la Diagonal entre Passeig de Gràcia y Francesc Macià.
De 32 a 173
La cifra supone un sustancial aumento respecto a la situación actual, con sólo 32 terrazas activas. Pero no tanto por una concesión del Ayuntamiento a los restauradores, sino por la particular historia de este tramo, que hasta la reforma de la pasada primavera –impulsada por Trías– contaba con unas aceras estrechas que no permitían terraza alguna, salvo en las esquinas, y porque desde esta reforma no se había aprobado la pertinente normativa específica.
En este sentido, el Gremio de Restauración de Barcelona ha valorado positivamente la aprobación de la norma, porque "pone fin a la discriminación que sufrían los restauradores de la Diagonal, donde un año después de la ampliación de las aceras aun no se podían instalar terrazas". Pero precisan que "no la hemos aplaudido", y manifiestan sólo una "satisfacción moderada", porque el Ayuntamiento no ha atendido el resto de sus peticiones.
Sin mámparas ni jardineras
La norma reduce el mobiliario de las terrazas de la Diagonal a mesas, sillas y parasoles –que pueden incluir una estufa–, pero prohíbe jardineras, mámparas, atriles y otros muebles auxiliares. El Ayuntamiento argumenta que esta prohibición –ausente en otras zonas de la ciudad– salvaguarda "la percepción de amplitud de la aveninda y el caràcter público del espacio". El gremio aduce que tampoco pretendía un "cierre total" de las terrazas, sino simplemente la "comodidad del cliente en toda las épocas del año". Añade que la propia Guardia Urbana considera que las jardineras "aumentan la seguridad" de los usuarios de las terrazas ante posibles robos.
Los restauradores pedían igualmente una doble línea de mesas, y el Ayuntamiento sólo permitirá una. También reclamaron un máximo de 10 mesas por establecimiento, y solo se permitirán seis. Pero su principal queja –como en anteriores ordenaciones singulares– es que el Ayuntamiento no los "escucha".
El gremio lamenta que no les convocan
"Continúa sin convocarnos", lamentan los restauradores. Que explican que la alcaldesa se comprometió públicamente a "construir consenso" en cuanto a las terrazas, pero que, en los dos últimos planes singulares aprobados –el anterior, en las calles Blai y Blesa del Poble-sec–, el consistorio ha acabado aprobando su proyecto inicial sin modificaciones sustanciales.
Apuntan también que, tanto para Blai y Blesa como para la Diagonal, lo aprobado por el Ayuntamiento "se parece mucho a lo que había pervisto Trias". "Colau no ha llegado con una solución mágica", sentencian desde el gremio.