Las baterías de los marcapasos no duran más porque se reduce el margen de beneficio de los fabricantes. Un artículo en una revista médica revela que las empresas "carecen de incentivos" para fabricar dispositivos cardíacos con una vida útil más larga, aunque los portadores tiendan a vivir más. El motivo es que si lo hicieran, sus beneficios se reducirían.
El texto, publicado en el British Medical Journal (BMJ) y del que se hace eco La Celosía, recuerda que en 2014 se implantaron 37.501 aparatos a nivel mundial. El problema, continúa la investigación, es que la duración de dichos mecanismos es "inexacta", con vidas útiles que oscilan entre los cinco y los ocho años.
Riesgo de infección
Con estas cifras, los autores subrayan que "la sustitución de las baterías expone a los pacientes a riesgos graves que pueden hacer peligrar sus vidas, como el de infección". No obstante, las operaciones para reemplazar marcapasos gastados se producen "porque de lo contrario, se reduciría el beneficio de fabricantes, los médicos que los implantan a los pacientes y las instituciones sanitarias".
El documento del BMJ recalca que los ingenieros ya disponen de la tecnología y el conocimiento para fabricar dispositivos cardíacos que duren 25 años o más. Ello reduciría la "necesidad urgente" de minimizar las operaciones para sustituirlos. Según la revista especializada, si se produjeran aparatos con esta vida útil, "se salvarían vidas, se reduciría el sufrimiento [de los pacientes] y se recortarían costes".