Funnydent pedía a la señora de la limpieza lavar el material de ortodoncia

Funnydent pedía a la señora de la limpieza de la consulta que lavara el material de ortodoncia. Al menos ésto es lo que ocurría en la franquicia de Alcalá de Henares (Madrid), que cerró a finales de enero junto con las ocho restantes de la firma quebrada. Los afectados por la insolvencia temen que pueda haber más casos de "escasa higiene" en otros puntos de atención.

"En Alcalá de Henares, la dirección de Funnydent ordenaba a la señora de la limpieza lavar el material que después se usaba en la ortodoncia de los pacientes. Huelga decir que ello descarta el limpiado aséptico en bolsas herméticas que precisan estos instrumentos", explica una fuente cercana a la clínica que bajó la persiana el 28 de enero.

Los clientes atrapados por la quiebra repentina avisan de un reportaje en televisión en el que saldrán más casos de "protocolos higiniénicos deficientes" en las clínicas dentales. Entre otros, podrían estar afectados por estas prácticas los centros de Móstoles, Leganés o Alcorcón.

Revisiones

Ante esta situación, las decenas de clientes afectados por la espantada de la compañía de Cristóbal López ya se están organizando. En Alcalá organizarán una charla con un odontólogo en dos semanas para cerciorarse de que las intervenciones y ortodoncias realizadas por Funnydent cumplen con los requisitos médicos exigibles.

La misma situación se vive en Sabadell (Barcelona), localidad en la que estaba ubicada otra de las clínicas de la firma. Los pacientes del espacio ya han recibido la visita de un representante del Colegio de Odontólogos, con el fin de descartar daños o actuaciones poco profesionales.

"Hasta el momento, parece que las ortodoncias son correctas. Funnydent gastaba mucho en márketing. No sabemos cuánto invertía en limpieza, pero la impresión no era mala. Los expertos dirán", abunda una de las pacientes afectadas de la localidad catalana.

Quiebra

Cabe recordar que las clínicas Funnydent cerraron abruptamente el pasado 28 de enero en toda la península por quiebra. El dueño de los centros (siete en Madrid y dos en Barcelona), Cristóbal López Vivar, se encuentra en prisión provisional acusado de un delito de estafa.