Los taxistas de Madrid están dispuestos a llegar lejos para intentar frenar a la reaparición de Uber en España. La Federación Profesional del Taxi de la capital ha pedido de golpe 5.000 licencias de vehículos de alquiler con conductor (VTC). La asociación asegura que lo hace para "proteger al sector", aunque la iniciativa ha levantado ampollas entre otros colectivos de taxistas.
"No podemos confirmarlo ni desmentirlo. Sólo que haremos todo lo posible, dentro de los cauces legales, para proteger a los 15.700 taxistas de la capital. Y 100 nuevas licencias VTC es un problema para el taxi, porque quita trabajo, pero 5.000 es un problema general", argumenta Jesús Fernández, vicepresidente de la Federación.
Bloqueo a Uber
La decisión inédita de la Federación se lee en dos claves. Por un lado, por la voluntad de taponar el mercado ante la inminente reaparición de Uber. La plataforma de transporte se estrenará el primer trimestre en Madrid con UberX. Es un sistema de vehículos que, precisamente, trabaja con permisos VTC 100% legales.
La segunda lectura es la reconversión de la propia Federación. "Eran un colectivo de 5.000 autónomos, y ahora nadie sabe qué harán con las licencias. ¿Y si las venden a Uber o Cabify? ¿Y si las ponen en el mercado? ¿Serán duales taxi-VTC?", se pregunta un portavoz de otra asociación consultada.
A degüello
El análisis dentro del taxi madrileño y nacional es más agrio. "Se han vertido críticas muy duras contra Julio Sanz, presidente de la Federación. Se les ve como traidores, ya que alimentan el mercado de las VTC cuando, precisamente, el sector las intenta limitar", explica otra fuente del sector del transporte consultada.
El actual reglamento nacional de transporte, aprobado el 20 de noviembre, establece un límite de las licencias VTC. No obstante, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha anunciado que recurrirá la norma por restrictiva.
Todos a una
Por ello, el taxi español ha aparcado momentáneamente sus diferencias para evitar que se liberalice el alquiler con conductor, como pretende la CNMC.
El 18 de febrero, taxistas de toda España convergerán ante la sede de la CNMC en Madrid para protestar contra un eventual recurso. Lo harán con un ojo puesto en sus compañeros. Muchos creen que la Federación podría tener una bala en la recámara por si las ideas de la Comisión prosperan y se abre el mercado.