Mariana Litvinenko, esposa del espía asesinado, oyó decir al magnate ruso Boris Berezovsky que “tres españoles lo sabían todo”. Se refería a los vasos comunicantes que unen al poder económico y político español y al ruso, con el crimen organizado
En 1998, Alexander Litvinenko, un ex agente del KGB, especializado en guerra sucia y operaciones innombrables, salió del armario en el que se esconden las personas, las armas y los trapos sucios, para denunciar de forma pública que Vladimir Putin, a través del servicio de contra espionaje, les había ordenado el asesinato del entonces magnate financiero, Boris Berezovsky.
El momento del asilo político
Esa revelación implicó el arresto del espía quien, tras permanecer varios meses encarcelado, quedó en libertad. Fue el momento que aprovechó para acogerse al asilo político que le concedió el gobierno británico y se trasladó a Londres.
Berezovski había salvado la vida gracias al díscolo Litvinenko.
Por entonces, el magnate mantenía un duro enfrentamiento con el emergente Putin.
Nuevos millonarios rusos
Berezosky había acumulado una enorme fortuna de la mano de su amigo Boris Yeltsin, y en el marco del proceso de privatizaciones de empresas publicas rusas que emprendió Rusia tras la desaparición del régimen comunista.
Durante los años 90, fue objeto de, al menos, tres intentos de asesinato por lo que, el mismo año que Litvinenko desveló la trama para matarle, decidió poner tierra de por medio y se autoexilió en Londres desde dónde seguía dirigiendo su enorme imperio económico desplegado en muchos sectores, incluido el del gas.
Berezovski, en crecimiento, contrató a Litvinenko y, entre ambos, se estableció una estrecha amistad.
Los contactos en España
Marina Litvinenko fue a innumerables reuniones entre los dos protagonistas y ha relatado a su círculo más intimo (una información que fue captada por el CNI) que, a menudo, entre ambos habían referencias a España. Berezovski le dijo a Litvinenko el nombre de tres españoles que sabían de primera mano las relaciones y los intereses económicos de la mafia risa con el poder político.