No hay lideresa política que se resista a los encantos del papel couché. La última dirigente que ha sucumbido a los encantos del mundo celebrity es Ada Colau, la alcaldesa de Barcelona. Del escrache a la páginas del “Vanity fair”. Del activismo antidesahucio al posado divino.

La antisistema luce maquillada y estilosa, como ya hizo la popular Soraya Sáenz de Santamaría, sentada supersexy en una habitación de hotel, o la socialista Teresa Fernández de la Vega, que se ganó el apelativo de “Teresa de la Vogue”, tras posar junto a sus compañeras de partido.

 

 

Colau, que desde hace unas semanas cuenta con el asesoramiento de un estilista, habla de política, de la familia, de las dificultades de conciliar... Lo hace en un reportaje presidido por una espectacular foto en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona. ¿Hay photoshop?