El Gobierno del Estado de Renania del Norte-Westfalia ha cesado al jefe de Policía de Colonia, Wolfgang Albers, tras la ola de agresiones, abusos y robos a mujeres registrada en Nochevieja en las inmediaciones de la catedral de esta ciudad.
El ministro del Interior del Estado, Ralf Jaeger, ha informado al jefe de Policía de Colonia de que dejará su puesto y pasará a la jubilación anticipada.
Agresiones a mujeres
Unas 90 mujeres denunciaron a comienzos de año que fueron víctimas de una ola de agresiones, abusos y robos perpetrada por un grupo de cerca de 100 hombres cerca de la catedral de Colonia durante las celebraciones de Nochevieja.
El portavoz del Ministerio del Interior alemán, Tobias Plate, ha indicado este viernes que la Policía federal ha identificado a 31 personas por su nombre que participaron en la ola de violencia, de las que 18 están en proceso para recibir asilo en Alemania.
Según Plate, la gran mayoría de los actos delictivos documentados por la Policía federal esa noche están relacionados con robo y lesiones, pero también hay tres casos de agresión sexual, aunque la Policía no tiene nombres en relación con estos actos.
De los 31 interrogados, nueve son argelinos, ocho marroquíes, cinco iraníes y cuatro sirios. También se sabe que entre los que cometieron delitos esa noche hay dos ciudadanos alemanes, un iraquí, un serbio y un estadounidense.
La intervención de Merkel
La canciller alemana, Angela Merkel, denunció este jueves que lo sucedido en Colonia era "completamente intolerable" e hizo un llamamiento para esclarecer los hechos y detener a los responsables.
El Gobierno ha prometido que endurecerá el castigo a los inmigrantes que cometan cualquier tipo delito en respuesta a los sucesos de Colonia, protagonizados por "grupos de hombres de origen árabe o norteafricano", algunos de ellos "refugiados sin lugar a dudas", según el Sindicato local de Policía.
Negación de asilo
El diario alemán Bild apunta, citando documentos internos de ambas formaciones, que tanto los Cristianos Demócratas (CDU) de la canciller Angela Merkel como su socio Socialdemócrata y viceanciller Sigmar Gabriel se han mostrado a favor de prohibir la concesión de asilo a cualquier persona que haya sido sentenciada a pena de cárcel o se encuentre bajo libertad condicional.
"Me pregunto por qué los contribuyentes alemanes tienen que pagar la estancia en nuestras cárceles de los criminales extranjeros, cuando para esta gente la amenaza de pasar tiempo entre rejas en sus países de origen es un mayor acicate para no delinquir que una sentencia de prisión en Alemania", indicó Gabriel.