Científicos rusos investigan con ratas para detectar explosivos.

Científicos rusos investigan con ratas para detectar explosivos.

Vida

Ratas para combatir el terrorismo del Estado Islámico

Rusia trabaja en un ejército de roedores cyborg con “un súper olfato” para detectar explosivos en los sitios más recónditos

5 enero, 2016 13:38

El primer ministro ruso, Vladimir Putin, cuenta con un nuevo aliado para hacer frente al terrorismo del Estado Islámico. Se trata de un ejercito de ratas cyborg con “un super olfato” para detectar explosivos en los sitios más recónditos.

Estos pequeños mamíferos han sido instruidos para oler explosivos y drogas en todo tipo de ubicaciones y logrando una efectividad mayor que los perros de búsqueda: "A diferencia de un perro, una rata puede pasar por la grieta más pequeña”, afirma el Doctor Dimitry Medvedev, quien encabeza el equipo de científicos que trabaja en el proyecto.

Según informa el rotativo Daily Mail, Putin está deseoso de poder usar esta nueva “arma” contra el Estado Islámico, y este equipo de científicos representan una esperanza para combinar el olfato con la nueva tecnología a través de chips incorporados en el cuerpo de estos animales. El objetivo es seguir su rastro y dar constancia del material peligroso que hallen. 

Tres meses para entrenar a las ratas

Existe un pequeño inconveniente, que es el tiempo que se requiere para instruir a estos mamíferos: se necesitan tres meses para entrenar a uno de estos roedores, y sólo viven un año.

Esto significa que los científicos tendrían que “instruir constantemente batallones enteros de ratas para proporcionar este nuevo tipo de operativo antiterrorista a las fuerzas de seguridad", según explica la agencia de noticias rusa Sputnik.

Pese a ello, no desisten en su intento y ya son tres los equipos científicos que se encuentran trabajando en el proyecto de percepción y reconocimiento de Neurotecnologías en la Universidad Federal del Sur. Su esperanza es aprovechar las neuronas de las ratas que dan un “super sentido del olfato” que no se encuentra ni en los perros ni en los dispositivos artificiales.