La Generalitat de Cataluña desdeñó en 2013 un aviso del defensor del pueblo autonómico sobre el acoso escolar a menores gays, lesbianas y transexuales, pese a que la institución le advirtió de que podía conducir al suicidio. La consejería de Ensenyament aseguró entonces que "no se observaba una mayor incidencia" de bullying a alumnos con orientación sexual o identidad de género distinta.
El Síndic de Greuges, que investigaba una queja sobre bullying homófobo, respondió a la Generalitat que el problema podía estar invisibilizado. "[Estos jóvenes] sufren violencia y discriminación con frecuencia, y a menudo estas situaciones pasan indetectadas", reza la resolución del ente 04563/2013, a la que ha podido acceder Crónica Global.
Suicidio
El Síndic ha iniciado una actuación de oficio para conocer los pasos dados por la Generalitat previos al suicidio del joven transexual de 17 años Alan. El menor de Rubí (Barcelona) se quitó la vida la semana pasada tras sufrir acoso en al menos dos centros escolares de Barcelona.
Antes del caso de Alan, la consejería de Ensenyament ya sabía de la existencia de bullying homófobo en Cataluña. El defensor del pueblo sugirió al departamento en 2013 "promover actuaciones específicas para abordar esta problemática" tras investigar una queja de dos asociaciones de apoyo a la comunidad LGTB.
Instrumentos suficientes
En aquella ocasión, la consejería alegó que ya ofrecía a los centros el Programa de Convivencia y su aplicación informática, que "contiene elementos de diagnosis, propuestas de actuación y recursos para trabajar con los alumnos de los centros la prevención de la violencia machista o por razones afectivosexuales".
Crónica Global ha preguntado a la consejería si cambiará, modificará o actualizará los protocolos de actuación contra el acoso homófobo en colegios o institutos tras el fallecimiento de Alan, sin obtener respuesta.