Prostitución, mafias, venta de drogas… Los vecinos de la calle Robador están al límite. La Barcelona canalla, ensalzada por determinada literatura, es en realidad un foco de conflictividad que imposibilita hacer vida de barrio. La degradación de esta zona de El Raval de Barcelona es, hoy por hoy, un problema enquistado cuya solución, según denuncian fuentes vecinales, no es considerada como una prioridad por parte del Ayuntamiento, que ha invitado a los afectados a sentarse a negociar con las mujeres que ejercen la prostitución en la calle.
'Es desesperante'
'Es desesperante. Nos sugieren la mediación, como si estos colectivos, que por supuestos tienen sus derechos, fueran una parte a proteger del conflicto. Y las cosas no van por ahí', explica a Crónica Global un vecino de la calle Robador. A mediados de diciembre está prevista la reunión de la Mesa Ciudadana. La Asociación de Vecinos de la Illa Robador, portavoz de los afectados, confía en que el Consistorio tenga preparado un plan de choque. Desconocen si acudirá la alcaldesa Ada Colau, pues hasta ahora las gestiones municipales han sido encomendadas a la concejal de Ciutat Vella, Gala Pin.
Si bien es cierto que la presencia preventiva de patrullas policiales ha aumentado, la prostitución y el trapicheo de drogas sigue siendo un espectáculo que los padres no desean para sus hijos. 'Hay una sensación de impunidad. Está prohíbido vender droga cerca de los colegios, pero cuando nos llevamos a nuestros hijos a casa, lo ven', afirman.
Los vecinos reclaman que se apruebe un plan de usos de los locales que actualmente están vacíos en el barrio, para ayudar a los nuevos emprendadores.