Mañana se estrena en España la última película de Arturo Ripstein, La calle de la amargura, una historia basada en hechos reales. Dos prostitutas drogan a dos luchadores enanos y los matan por accidente. Mientras una de las dos mujeres se siente sola, la otra tiene que lidiar con los problemas de su familia disfuncional. El film ya ha rodado por los festivales de cine de Venecia, Toronto y Gijón.
El director mexicano cuenta con una extensa filmografía y más de 50 años de carrera a sus espaldas. La temática de sus películas casi siempre se ha basado en el retrato de los bajos fondos de las grandes urbes. En ellos, todo tipo de parias luchan por malvivir haciendo frente a los obstáculos que saltan a su paso.
Personajes depresivos
El director ha afirmado en varias ocasiones la ilusión que le sigue produciendo realizar películas: "Es tan absolutamente fascinante poder hacer una película, que en realidad eso es lo que te mueve, la noción de 'voy a poder hacerla'. La ilusión es absolutamente idéntica a la que tenía el primer día de rodaje de mi primera película, en donde el corazón se me salía por la boca". Es tema habitual de sus películas la imposibilidad de cambio, tanto a nivel personal como social. De hecho, ha recibido críticas negativas en ocasiones por el carácter excesivamente depresivo de sus largometrajes.
Es cada vez más recurrente en Ripstein el uso del blanco y negro en sus películas, la calle de la amargura también ha sido realizada de esta manera. Esto contribuye a añadirle más carga dramática al relato, si cabe. Paz Alicia Garcíadiego, la mujer del director, es la que se encarga actualmente de escribir el guión de sus películas. Anteriormente, contó con la colaboración para ello de escritores de renombre como Carlos Fuentes o Gabriel García Márquez. El artista siempre ha tenido la intención de combinar el éxito comercial de sus películas con una buena calidad artística.