Reino Unido se encuentra en su momento más fuerte de los últimos cinco años. Se han creado 900.000 empresas más en el último lustro y hay dos millones de trabajadores más en el país. Esto parece ser uno de los principales bastiones con que cuenta el primer ministro David Cameron para exigir a la Unión Europea emprender las reformas necesarias para que el Reino Unido continúe formando parte de ella.
En una carta remitida al actual presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, el líder conservador se comprometía a hacer campaña a favor de la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea en el próximo referéndum sobre la cuestión que se celebrará en el país si el Consejo Europeo avanzaba en materia de mercado único y comercio, además de mostrar un claro compromiso en impulsar la competitividad y la productividad.
La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ha analizado las propuestas de Cameron en un documento en el que tambien dan cuenta de la opinión de la Confederación de Industrias Británicas (CBI), que vería con buenos ojos las reformas que exige el primer ministro así como seguir formando parte de la Unión Europea.
Condiciones que ‘rompen’ los Tratados
El primer ministro británico ha reclamado al Consejo Europea que las reformas a introducir deben ser “jurídicamente vinculantes e irreversibles”, incluyendo posibles cambios en los Tratados. Estas demandas dan poco margen de maniobra a Bruselas, que ya ha anunciado que llevará a cabo “consultas bilaterales” con los otros socios comunitarios sobre un tema que puede levantar ampollas y divergencias profundas.
El tema más espinoso que ha puesto Cameron sobre la mesa es el relativo a la libre circulación de personas, uno de los puntos centrales de la Unión Europea. El premier quiere que Reino Unido recupere el control migratorio sobre su territorio y limitar la libre circulación de personas no solo proveniente de países no comunitarios, sino también la proveniente de los Estados miembros.
En esta misma dirección, el líder de los tories quiere eximir al Reino Unido de la obligación establecida en el Tratado de la Unión de trabajar “por una Unión cada vez más estrecha” así como recuperar la capacidad de los Parlamentos nacionales de suspender propuestas legislativas o tener plena competencia en materia de seguridad nacional.
Derecho de veto y reducir la legislación
Otro de los temas que las autoridades europeas consideran que comportará más desaveniencias a la hora de negociar es el derecho de veto. En su propuesta para el avance del mercado único, Cameron pretende establecer este veto de los países no miembros sobre lo que se haga en la Zona Euro. Entre estos derechos de los países no miembros se encuentra el que el Reino Unido no tenga “que contribuir a los rescates decididos en el marco de la Zona Euro”.
Todas las reformas de la Unión Europea que propone Cameron tienen un fuerte acento liberal. El primer ministro plantea una “reducción de la carga legislativa total que afecta a las empresas” para que la Unión priorice la competitividad y el crecimiento económico, dos ámbitos de actuación que el Gobierno británico de Cameron ya se ha encargado de comunicar en más de una ocasión que es su principal objetivo.
Con todo, las condiciones del líder británico va en dos direcciones, por un lado, profundizar en la integridad del mercado único y, por el otro, rechazar una mayor unión política.