José María Ruiz-Mateos ha muerto este lunes a los 84 años de edad. El empresario, muy conocido por ser el propietario y administrador de las empresas quebradas Rumas y Nueva Rumasa, permanecía ingresado en el hospital Santa María del Puerto (El Puerto de Santa María, Cádiz) desde el pasado mes de agosto tras sufrir un accidente en el que se rompió la cadera. El ingreso se complicó posteriormente con una neumonía.
La salud del empresario los últimos meses fue delicada. En abril estuvo ingresado en la Fundación Jiménez Díaz y sólo pasó una noche en la cárcel de Soto del Real (Madrid) en junio. Fue trasladado la mañana siguiente en el Hospital Gregorio Marañón de la capital.
Pérdida de la habilidad cognitiva
La entrada en Soto del Real también estuvo marcada por la polémica. El ejecutivo fue trasladado en ambulancia desde su casa a la cárcel sin comunicárselo a su abogado, Marcos García-Montes, cuando la Audiencia Provincial había confirmado que Ruíz-Mateos sufría Parkinson que le impedía ejercer su derecho de defensa.
Ocho días después, el 26 de junio, el empresario jerezano fue puesto en libertado por resolución del juez por la “enfermedad muy grave con padecimientos incurables” del ejecutivo. Según varios informes, presentaba un deterioro de su habilidad cognitiva y funcional.