El Fondo Monetario Internacional (FMI) es una de esas buenas intenciones con las que está empedrado el camino hacia el infierno. Faltan dos minutos para que corra la misma suerte que la Fifa, la Uefa y la F-1, corroídas por la avaricia, tocadas por la corrupción y cobijos de la impostura moral. Los "ejecutas" del FMI se desayunan con batidos de proteínas que carecen de sustancia fibrosa. Sufren el mal de la piedra y lo pagan con los paganos. Su nivel es ínfimo y su ignorancia, oceánica. Los eligen por su falta de empatía y exceso de mezquindad. Para trabajar en el Fondo hay que tener mucha suerte y mucha jeta, un rostro de cemento y un verbo afilado en porcentajes que tapen las funestas consecuencias de los frecuentes errores de cálculo de los giróvagos femeístas.
Un par de payos del FMI nos dijeron ayer lo que tenemos que hacer y hoy salen en todos los periódicos. En La Vanguardia se ocupa Alicia Rodríguez de Paz de la información, que comienza con una caricia: "Los buenos pronósticos sobre la economía española se suceden. El equipo del Fondo Monetario Internacional (FMI) encargado de hacer un informe anual sobre cada miembro de la organización se presentó ayer en Madrid satisfecho con la mejora de sus estimaciones para España: esperan que este año la economía crezca un 3,1%, seis décimas más que en la previsión anterior, y un del 2,5% para el 2016, medio punto más. Sin embargo, este cuadro de "recuperación vigorosa" requiere nuevos sacrificios, en opinión del organismo que dirige Christine Lagarde. Entre otras medidas, reclamaron la reducción del gasto en sanidad y educación de las comunidades autónomas mediante la implantación de más copagos. El Gobierno español salió al paso de estas recomendaciones y anunció que no prevé aplicar más recortes esta legislatura".
O sea que hay que apretarse el cinturón porque lo dice un tal Berger, acompañado de un atildado caballero que responde al nombre de Sebastián Sosa. Continúa la crónica de Rodríguez de Paz: "En principio, el jefe de la misión en España, Helge Berger, habló de manera ambigua de estos nuevos recortes que el FMI en su informe califica de "ahorros fiscales adicionales" como una manera de "ganar en eficiencia" y de favorecer la consolidación fiscal de las autonomías. Es decir, lograr la meta de su cumplimiento del déficit y de la reducción de la deuda. Sin embargo, Berger admitió que son partidarios de aumentar los copagos en los últimos años ya se han generalizado y endurecido en los medicamentos, en dependencia o en la universidad, mediante la fuerte subida de matrículas..., siempre que la administración proteja a la población "más desfavorecida"".
Ya embalado, mister Helge Berger empezó a dar consejos sobre los buenos augurios nacionales: "El portavoz del FMI aseguró que, con la mejora de la situación económica en España, esperan que aumenten los ingresos en las arcas públicas y eso contribuya a reducir la deuda pública "aún muy elevada". Con la vista puesta en las altas tasas de paro, el informe vuelve a poner el foco en la regulación del mercado laboral. Justo el día en que tuvo lugar la firma del pacto salarial entre empresarios y sindicatos, el organismo que dirige Christine Lagarde apostaba por vincular los salarios a la productividad y a las circunstancias de cada empresa. Para reducir la dualidad entre los trabajadores, se muestran partidarios de abaratar el despido, mediante la implantación de un contrato único "con costes de despido en función de la antigüedad"".
Fenómeno. De lujo. Por cierto, Berger, ¿a ti quién te ha votado? ¿Con quién has empatado? ¿De dónde sales y qué es lo que quieres? La receta de sueldos míseros, despido libre, más "copagos" y menos servicios públicos da alas a Carmena y a Colau. La exposición impúdica del FMI es letal para el Gobierno, que en caso de no estar intervenido debería evitar que lo parezca.
Entre tanto, continúa el baile de los pactos, una danza que está haciendo jirones el traje de Rivera. Ignacio Camacho, en el Abc, describe el paisaje del próximo domingo: "Con alguna improbable excepción de última hora –¿Cádiz?–, el Partido Popular perderá el próximo sábado todas las capitales donde la izquierda en conjunto sume mayoría absoluta, y tal vez algunas más en las que Ciudadanos decida pasarse al bloque de desalojo. Ésta es la realidad subyacente en la cháchara de unos pactos en los que sólo se discuten cuotas de poder y cláusulas de garantías mutuas. El resultado final está decidido desde la noche del 24 de mayo y consiste en una coalición contra la derecha allá donde la aritmética permita formarla".
Continúa Camacho: "Si el descalabro popular no va a ser mayor se debe a que Albert Rivera sabe de dónde proviene la mayoría de sus votos, aunque algunos de sus dirigentes de vocación socialdemócrata prefieren ignorarlo; en este sentido C’s constituye un raro caso de partido al que acaso en el fondo no le gusten sus propios votantes. A Rivera tampoco le agrada demasiado actuar de tabla de náufrago con una organización a la que acusa de corrupción estructural, pero en los ayuntamientos le queda el recurso de abstenerse para permitir que el automatismo de la ley proclame alcalde al candidato más votado. Sin embargo en las autonomías se va a tener que mojar y a tal efecto anda diseñando compromisos compensatorios para repartir apoyos de un modo que no menoscabe su autoasignado papel de vestal de la limpieza democrática".
Basto modo, la idea de Ciudadanos es facilitar las investiduras de Cifuentes y de Susana Díaz, a pesar de las redadas abiertas por el caso de los Eres y el desvío masivo de fondos del desempleo. En cualquier caso, la movida en el PP es de órdago a pares. Sube Dolores, baja Soraya. Eso hoy, mañana todo es posible. Qué sabe nadie es lo que cuenta Carmen Morodo en La Razón: "Las expectativas de cambios en el Gobierno y en el PP han desatado las pasiones dentro de las filas populares. Las diferencias y las guerras internas están alcanzando su máximo nivel a la espera de que el presidente sentencie. Hay nervios, hay impaciencia entre los ministros y hay movimientos dentro del Ejecutivo y dentro del partido para tratar de influir en la decisión final de Mariano Rajoy. Algunos, a cara descubierta, porque Rajoy está hablando con mucha gente, con casi todos los presidentes regionales, con ministros, con otros referentes de su partido y también con voces externas al PP. Y otros movimientos se están produciendo entre bambalinas o utilizando para ello interferencias mediáticas".
Más: "La rumorología crece a medida que pasan los días, pero lo único cierto es que nadie sabe nada. Aquí no hay cuaderno azul, como el que presumía de tener José María Aznar, pero el secretismo en el que el presidente envuelve su proceso de toma de decisiones es casi aún mayor que el de la etapa de Aznar. Rajoy no tiene cuaderno azul. Él se limita a escuchar; casi todos los que salen de su despacho lo hacen convencidos de que el presidente ha tomado en consideración su opinión; y mientras, «observa los movimientos de unos y de otros», describe uno de sus colaboradores en Moncloa".
La difteria y el populismo marcan el día catalán. Arcadi Espada, en El Mundo, compendia ambos expedientes: "El niño enfermo de Olot ha de salir adelante para que la pedagógica ejemplaridad de su caso no tenga un coste inasumible. Debe salir, además, para que la conciencia de la monja Forcades sufra el tormento que merece, pero no le obligue a soluciones drásticas. Aunque lo cierto es que aún no he visto a la monja pedir perdón por el escalofriante mitin antivacunas que la hizo famosa ni anunciar su retirada definitiva a la meditación y a la clausura, después de haber gozado del mundo, el demonio y la carne. La plural militancia de la monja en las filas del irracionalismo es también sumamente instructiva y simbólica. Es exactamente lo mismo afiliarse al populismo que al movimiento antivacunas y lo mismo sus letales resultados. Los vecinos de Olot han tenido la desgracia de comprobar en la propia carne de sus hijos el efecto de la frivolidad irracional y del desparpajo con que se extiende lo peor del mundo a través de las redes asociales, una fluidez que prueba, por si hiciera falta después de la división del átomo, el siniestro envés que rodea a todo avance medular de la humanidad. Los españoles, y en especial los vecinos de Barcelona, Madrid y Valencia, tendrán pronto la oportunidad de comprobar los efectos de haber votado populismo: solo cabe esperar que la experiencia sirva como vacuna para unas cuantas décadas".
"Piriodismo" y peridiotas. Si hay lugares poco recomendables para los pusilánimes las redacciones están entre ellos. Una redacción es un conjunto heterodoxo de egos desenfrenados, de higos chungos, el reino de Peters y su principio de la incompetencia. Con las lógicas excepciones, una redacción es un campo de minas donde anida el absentismo más descarado y la incompetencia más insultante. Por lo demás, no difiere mucho de una oficina bancaria, una cocina de restaurante o una empresa de cobro de impagados.
En teoría, lo que pasa dentro, dentro se queda, igual que dicen del fútbol. Pero hete aquí que no, que ahora se graban los jaleos internos, con lo que la degradación ya es absoluta. La última víctima de los peridiotas es Victoria Vigón, jefa de informativos de la televisión de Castilla-La Mancha. Los "afectados" bajo su mando han denunciado que los maltrata verbalmente, según desveló ayer El Mundo. Que no se preocupen. En breve habrá cambios. Esta revista no conoce de nada a Vigón, pero se suma a su causa, da un paso al frente en señal de reconocimiento y respeto. A la vista de que sus "compañeros" se vestían de negro los viernes para protestar por los recortes, espetó Vigón un día: "Las bragas de luto llevo". Para quitarse el sombrero y ponerse calzoncillos negros. Entre Cintora y Vigón no hay color. ¡Viva Victoria, cabrones! Como ya está en todos los lados, aquí está la grabación ilegal con la advertencia de que lo que se oye es una clase de periodismo.
9 de junio, santos Efrén, Columba, Diomedes, Feliciano, Maximiano de Siracusa, Ricardo de Andria y Vicente de Vernemet.