El periodista de El Mundo Fernando Lázaro firma una información en la web de su diario que recoge CRONICA GLOBAL. Se trata de un texto y de unas imágenes imprescindibles. Un retrato de David Fernàndez, el político más valorado de Cataluña, según los últimos sondeos.

Fernàndez, diputado cupaire, presidente de la comisión Pujol y protagonista de toda clase de panegíricos en los cuatro periódicos de Barcelona aparece en la información aludida zaradeando la cabeza a un guardia de seguridad. Es sábado de reflexión y Fernàndez se entretiene asaltando la tienda de telefónica en Barcelona, amedrentando a un portero con uniforme, utilizando la violencia física. Eso es la Cataluña política, la que teoriza sobre las nuevas formas del "debate" mientras su progre de cabecera es un mendrugo batasuno capaz, protegido por su chusma de corps, de agarrar por las orejas a un hombre que sólo está trabajando y mandarlo de un empujón a la acera.

Se le atribuye a este sujeto de acento invertido la condición de periodista y unos nobles ideales, pero las imágenes muestran a un tipo nerviosito que parece gritarle al guardia jurado eso de "¡Cuidado conmigo que estoy muy loco!". Fernàndez no es de la partida de Colau, pero hacen buenas migas porque, aunque todavía haya gente que no se lo acaba de creer o entender, ella es separata, está por la disolución. Lo que pasa es que al catalufismo convergente le da yuyu por si le quitan la segunda residencia para dársela a un inmigrante. No llegará a tanto. A Fernàndez, en cambio, le tienen domesticado y lo utilizan para erosionar a ERC. ¿Qué más da que los sábados por la tarde se dedique a la kale borroka si los lunes permite que los hijos de Pujol monten sus mítines en el parlamento autonómico?

La confusión es absoluta en Catatonia. El gran referente, Pilar Rahola al margen, del nacionalismo y La Vanguardia de los Godó, don Francesc-Marc Álvaro, brillante cacumen y certero estratega del proceso, está, como dice Jokin, punto mohino y hoy publica esto para darse ánimos: "ERC pesca entre antiguos votantes de CiU pero no se ve tanto que la federación tiene dificultades para penetrar entre la juventud. El resumen es diabólico: CiU pierde algunas papeletas por ser soberanista y pierde también (muchas más) por no serlo bastante. Hay cosas que se ven y cosas que quizás no se quieren ver. En este sentido, hay quien afirma –cuadros territoriales– que durante esta última campaña no se ha trabajado como era debido los municipios metropolitanos más difíciles".

"Por encima de todo -sigue Álvaro-, la marca CiU está muy desgastada y esto lo repiten, sobre todo, los mejores alcaldes, que han tenido que hacer campaña un poco al margen de las siglas. Este desgaste tiene que ver con gobernar en la Generalitat, los recortes y la confesión de Pujol y el espectáculo posterior. Si se tiene todo eso presente, los votos conseguidos ahora por CiU no dejan de ser muchos".

Este paisaje de debilidades queda compensado –en parte– por dos factores: la solidez de un montón de alcaldes jóvenes y la figura de Mas. Como el president es muy consciente de que el gran activo de CiU es, hoy por hoy, su credibilidad, no aplazará las elecciones del 27-S, como algunos querrían. Hacerlo sería abonar los prejuicios –repetidos interesadamente– según los cuales el líder del mayor partido soberanista acabará dando marcha atrás".

Pues otra vez campaña. Convergència sale a por lana segunda parte. Es lo que le queda a Mas, la palabra y cien mil votos menos. En Madrid, Rajoy permanece varado en sus apriorismos. No ha pasado nada. Sería un notable jugador de póquer y fijo que es un crack en el dominó, como Aznar. El presidente del Gobierno es alérgico a los cambios. No le gustan. A la prensa, como es obvio, sí y la de Madrid reclama cabezas cortadas, carne fresca para los obituarios políticos y bailes de sillas. Los van a tener, pero no por parte de Rajoy. No es su estilo. En la tempestad, frialdad. Como dijo Laporta, "al loro, que no estamos tan mal". Pues eso mismo ha dicho el cocodrilo de Pontevedra. Es la portada de un Abc que da plano y planas a Albert Rivera y su objetivo Moncloa. Esa es la meta, dice Rivera, encabalgado en su tercer puesto español en el plano local. Para ser la primera vez no está mal. El pez chico ya se ha comido a Rosa Díez y UPyD y ahora va a por el boquerón del centro, un espacio abierto entre los que están hartos de tirios y de troyanos. Analiza estas cuestiones en El País Francesc de Carreras, en un artículo denso y que se encuentra "en abierto" en esta dirección.

En muy resumidas cuentas, De Carreras sostiene: "En primer lugar, es cierto que se está dando un cambio en el sistema de partidos, no solo por el retroceso del porcentaje de voto a los dos mayoritarios sumados, sino porque Ciudadanos y Podemos están alcanzando listones a los que nunca habían llegado antes UPyD e IU y, por lo que parece, aún no han tocado techo. Ello parece ser especialmente cierto en el caso de Podemos, que, con toda probabilidad, ha obtenido las alcaldías de Madrid y Barcelona, dos símbolos muy importantes. Pero no hay que olvidar que las candidatas a estas alcaldías no nacen de Podemos mismo sino, en el caso de Manuela Carmena, del antiguo PC, y en el de Ada Colau, de un movimiento social muy popular al enfrentarse al drama del impago de hipotecas. Además, ambas tienen una fuerte personalidad, son muy auténticas en sí mismas, lo han demostrado a lo largo de su vida y en campaña electoral. ¿Cuánto ha influido Podemos en este extraordinario resultado y cuánto ha influido el carisma de las candidatas? Está por ver".

Continúa: "En segundo lugar, es cierto que los votantes han dado un claro giro a la izquierda. Pero ¿a qué izquierda? Si sumamos los resultados de PSOE y Podemos —este en sus variadas formas— y los englobamos en el término genérico izquierda, el giro es claro. Más aún si les añadimos las variantes del nacionalismo de izquierdas de Cataluña, País Vasco, Galicia, Valencia y Baleares. La suma da un resultado apabullante. Pero ¿es homologable la socialdemocracia más o menos clásica del PSOE con la de los demás partidos, todos ellos de corte populista, tanto Podemos como los nacionalistas? Creo que nos encontramos con dos tipos de izquierda muy distintos y no fácilmente asimilables".

De vuelta al Abc, Ignacio Camacho le canta las cuarenta a Rajoy: "Después de la cornada de antier, el PP puede hacer autocrítica de sus errores o consolarse pensando que al fin y al cabo sigue vivo. Puede analizar por qué han huido muchos de sus votantes o puede sentir el despecho de considerarlos unos ingratos. Puede lamentar la unidad movilizada de la izquierda y la desunión pasiva de la derecha o preguntarse por qué han fallado sus discursos sobre la recuperación y la estabilidad. Puede lamentar la burbuja mediática de un relato pesimista de España o minimizar la corrupción como problema desmotivador. Puede admitir que tiene una severa avería o continuar avanzando hasta que se extenúe su motor gripado".

Sigue Camacho: "Si opta por la autocomplacencia, entenderá que lo peor ha pasado y que a pesar de todo le ha sacado dos puntos al PSOE. Que sus electores han ejecutado el castigo pendiente, la catarsis del desahogo, y que su desplome ha tocado suelo. Que los votantes fugados hacia Ciudadanos volverán desengañados de la poca utilidad de su voto, y que los abstencionistas regresarán también bajo un ataque de pánico al frentepopulismo. Dará en creer que en unos meses más la gente que aún no se siente concernida por el crecimiento económico verá la luz y se rendirá a la evidencia. Se dará tiempo a sí mismo para lamerse las heridas y esperar que cicatricen solas. Se considerará víctima de una injusticia popular como la que expulsó del poder a Churchill tras ganar la guerra. Y se autoproclamará vencedor seguro de las generales extrapolando los votos locales y concediéndose una prima estabilizadora. Por el contrario, si se mira a fondo por dentro entenderá que el domingo escapó por los pelos de un descalabro terminal y que está jugando con la catástrofe".

Colau, Colau. No se nos pasa por alto que tendremos nueva alcaldesa. Ya se palpan los aires de cambio. Y apestan a chaladuras y más separatismo. La cubana cubana. Imprescindible Espada en sus notas de El Mundo: "Buena parte del arraigo independentista responde a la misma burbuja gregaria del voluntariado olímpico o de la erección de Colau. Gente que va donde Vicente 3.0. Se escriben tratados y tesis sobre sus presuntas ideas y nada sobre el aciago e incesante movimiento que las lleva de un lado a otro. Pero, más allá que los electores de Colau (y ella misma, que votó SíSí emperatriz en la consulta desleal), compartan con el secesionismo un puñado notable de gregarios, lo cierto es que el secesionismo está perfectamente instalado en el municipio de Barcelona, como Gobierno y como oposición. Y que la razón en ese consistorio, al que le han hecho un siete histórico, es ya pura disidencia frente al happening desencadenado".

Remata el columnista: "El llamado proceso por la independencia no se ha frenado, entre otros detalles menudos, porque serán los votos de ERC y CUP los que harán alcaldesa a Colau, sí sí. Yo lo único que veo, francamente, es que la independencia se ha acharnegado. Comprendo que a los independentistas pata negra les moleste, y hasta por comprender comprendería incluso que dejaran correr la independencia. Porque comprendo que una independencia es, sobre todo, una limpieza".

De postre Sostres, acerado, critico y decepcionado. Arranca así su articulo del día en El Mundo: "Los ricos en Barcelona han sido siempre de izquierdas desde que los hijos del tardofranquismo desafiaron a sus padres. Los ricos en Barcelona fueron jóvenes comunistas durante la dictadura, adultos del PSUC recién estrenada la democracia, y luego administraron su madurez en el PSC, que pese a su adscripción y a su comedia ha sido el partido más de derechas de la política catalana".

"Ada Colau -continúa el texto- no ha ganado porque sea cierto su relato tremebundo sino porque ha sido la segunda fuerza -o casi- en los barrios más ricos de Barcelona. Ada Colau es el último capricho de la burguesía barcelonesa, la última pijada de la ciudad de Manuel Vázquez Montalbán, que encarnó mejor que nadie el cinismo de mi ciudad. Ada Colau es Ana Briongos en Los mares del sur, ese Carvalho en que un rico empresario se enamora de una sindicalista de saldo y barrida. Ada Colau es la fantasía del rico barcelonés que disfruta cenando en grasientos cuchitriles por sentirse más auténtico, sobre todo cuando encima le cobran 90 euros. Ada Colau es el mismo cinismo que Montalbán, que se hacía el comunista viviendo en Vallvidrera; tal como ella lleva toda la vida viviendo del sistema al que tanto critica y se autoproclama «ciudadana de a pie», cuando lleva toda la vida cobrando de ellos".

Y añade: "No es ninguna novedad que los ricos de Barcelona se hayan sentido a gusto con alcaldes socialistas, tan ricos como ellos. Siempre ha sido así. Narcís Serra, Pasqual Maragall, Joan Clos y Jordi Hereu. Luego los socialistas, por culpa de Zapatero, perdieron cualquier prestigio, ya no quedaba chic decir que les votabas, y Trias ganó por la mínima en 2011, pero fue sólo un espejismo. Esta vez volvía a haber algo rompedor que votar, algo para hacerse otra vez los escritores de poesía social, y así ha ganado Ada Colau".

Revuelta juvenil en Mongolia, no hay escaparate que se resista y no seremos arrestados, prometió Jorge Ilegal. Nos vamos a divertir.

26 de mayo. Santoral: Felipe Neri, Eleuterio, Zacarias, Cuadrado, Paulino, Simitrio, Godó, Mariana de Jesús.