La caída masiva de precipitaciones en el centro de Estados Unidos el pasado domingo ha provocado la muerte de tres personas, entre ellas un bombero mientras intervenía en un rescate, y que otras 2.000 hayan tenido que abandonar sus hogares.
 
Las lluvias inundaron cauces de ríos usualmente secos y las aguas se elevaron rápidamente hasta los ocho metros.

Las autoridades de Texas han informado de que los daños provocados por las inundaciones han sido catastróficos. En el condado de San Marcos el agua ha destruido o dañado unos 400 hogares y en Wimberley, parte de un corredor entre las ciudades de Austin y San Antonio han desaparecido más de 350 casas y varias personas continúan desaparecidas. El Sheriff del Condado de Hays impuso el domingo un toque de queda como medida de precaución.

En la ciudad de Dallas se espera que las inundaciones empeoren al pasar el río Trinity los doce metros y alcance un polígono industrial y un festival musical tuvo que ser desalojado en Oklahoma el sábado por la noche.

Las lluvias, más abundantes de lo usual debido al calentamiento del Pacífico, ahora se dirigen hacia los estados de Arkansas, Missouri y Kansas.