Dos catalanes se encuentran entre la veintena de fallecidos en el atentado terrorista islamista cometido este miércoles en el Parlamento de Túnez y en el vecino Museo del Bardo.
Se trata de un matrimonio de jubilados (Antoni Cirera Pérez y Dolores Sánchez Rami) que había llegado a la capital tunecina a bordo de un crucero turístico. De hecho, la mayoría de los asesinados eran turistas (además de los dos españoles, el atentado ha acabado con la vida de italanos, franceses, japoneses, colombianos, polacos y australianos), pero también ha muerto un policía y una empleada del museo.
La policía abate a dos terroristas, pero otros dos o tres han huido
El ataque se ha iniciado a primera hora de la mañana, cuando varios yihadistas vestidos con uniformes militares y con fusiles kalashnikov trataron de asaltar el Parlamento tunecino. Tras un tiroteo con las fuerzas de seguridad, y al no conseguir su objetivo inicial, se refugiaron en el Museo del Bardo, donde tomaron varios rehenes. Durante el ataque, los terroristas islamistas dispararon contra un grupo de turistas, matando a una veintena e hiriendo a medio centenar.
Posteriormente, la polícía ha abatido a dos de los terroristas, pero otros dos o tres han conseguido huir.
El primer ministro de Túnez, Habid Essid, ha tildado el ataque de "cobarde atentado" y ha asegurado que trabajará "sin descanso" contra el terrorismo. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, ha ofrecido su colaboración a las autoridades tunecinas.
"Estamos vivos de milagro"
El alcalde de Vallmoll (Tarragona), Josep Lluís Cusidó (PSC), que se encontraba junto a su esposa en el Museo del Bardo en el momento del ataque -aunque ha resultado ileso-, ha relatado para diferentes medios cómo ha vivido el atentado:
"Estábamos visitando el museo. Habíamos acabado la visita y, cuando salíamos, hemos visto que llegaban unos terroristas con ametralladoras y comezaban a disparar contra los autocares y contra la gente. La gente iba cayendo. No nos lo acabábamos de creer. Nosotros hemos vuelto a entrar al vestíbulo. Y me he tenido que refugiar tras una columna porque los terroristas han entrado disparándo contra la gente que estaba en el vestíbulo. A mi mujer la ha cogido una empleada y la ha escondido en un cuarto. Yo he subido a la tercera planta, he salido a un balcón y me he tirado al suelo. Allí he estado más de tres horas escondido con otros turistas mientras a los terroristas los teníamos a dos o tres metros disparando contra todo el mundo. Hasta que ha llegado la policía y las fuerzas especiales".
Y ha añadido: "Ha sido una verdadera tragedia porque disparaban contra todo el mundo. [...] He intentado reanimar a una pobre señora que habían acribillado a mi lado, pero la pobre se me ha muerto en las manos. [...] Estamos vivos de milagro, hemos vuelto a nacer. Aún me tiemblan las piernas. No me lo acabo de creer".