Travis Kalanick, fundador y primer ejecutivo de Uber –plataforma que pone en contacto chóferes con clientes- ha sido multado en Seúl, junto a su chófer coreano, por operar como un servicio de taxi de forma ilegal.
En Corea del Sur, los operadores de servicios de alquiler de coches tienen prohibido hacer negocio transportando pasajeros. Los que infrinjan la ley se enfrentan a dos años de cárcel y una multa de casi 15.000 euros.
El Ayuntamiento de Seúl ha denunciado a Uber apuntando que sus operaciones plantean cuestiones sobre la seguridad de los pasajers y que la plataforma de Internet amenaza el modo de vida de los taxistas de la ciudad.
De hecho, las autoridades recompensan con unos 740 euros la denuncia contra los conductores y coches que utilizan Uber en la capital surcoreana.
Uber está encontrando una gran resistencia en muchos países y ciudades en los que pretende establecerse. Mientras en Francia ha habido furiosas protestas en su contra y se prohibirá a partir de 2015, en España se ha prohibido su uso y en Alemania se ha restablecido su uso tras ser vetado en un primer momento.
En los últimos días se han lanzado duras críticas a Uber porqué durante el secuestro de Sydney de hace unas semanas en el que murieron tres personas, su sistema de pago multiplicó por cuatro el precio de la gente que quería huir del centro de la ciudad australiana.