La gira catalana de Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, vertebra la prensa de papel. Pocas veces se habrá escrito tanto de un discurso tan corto como el del airado politólogo de la Complutense en Barcelona. En síntesis, derecho a decidir, pero de todo. La fórmula puede ser imbatible o quedar como un experimento del doctor Bacterio. Cuando Rubalcaba, que es profesor de Química, se quería reir de algún periodista le llamaba politólogo a la cara. Humor cántabro o cantabrón.
Lo de Iglesias es de una eficacia asombrosa, mezcla de "yes, we can", puño en alto, mano abierta y frases cortas. El combinado se considera generalmente demagógico, pero es incontestable que la patria de los Pujol es su dinero y que los desahucios continúan a pesar de que la crisis sea historia. A estas horas, las nueve y veinte de la mañana, Pablo es la izquierda, la izquierda es de Pablo y las clases medias venidas a menos y sin futuro lo tienen muy claro: voto de castigo. Enfrente, el flamente portavoz del PP, Rafael Hernando, hablando de "caca".
Lo único que esta revista de prensa puede aportar al asunto es lo que no incluyen las crónicas de papel. Podemos irrita y seduce, "su odio es nuestra sonrisa" y tal. Lo que no da es miedo. Y tal vez debería porque su carismático sumo sacerdote acusa y señala a periodistas con nombres y apellidos. Los nominados para salir de la casa y entrar en la checa son Alfonso Rojo, citado en dos ocasiones, Eduardo Inda e Isabel San Sebastián. Hay más, claro. Todos los que se han cruzado en un plató con el paladín del socialismo utópico en versión twitter, cuyo aspecto oscila entre lo mesiánico y el neojipismo. Presume que es de Vallekas, pero tiene una dacha en medio de un bosque y llama a los periodistas "caniches rabiosos", igual que Pitita Ridruejo e Isabel Pantoja.
Pobres caniches, canes de séptimo piso (el chiste de la patada). En Cataluña no pasa nada por insultar a los periodistas. De hecho es un deporte nacional que fomentan instituciones tan benéficas y respetadas como la Plataforma per la Llengua de Vicenç Villatoro. Federico Jiménez Losantos y Francisco Marhuenda, por ejemplo, optan al título de "enemigo del catalán 2014". Que Pablo Iglesias incurra en excesos como llamar "caniches rabiosos" a la canallesca enardece a su público, que no había visto cosa igual desde Alfonso Guerra y sus descamisados. De todas maneras, lo de Pablo Iglesias es feo y pinta mal para la prensa, como en Bolivia. Lo lógico es que los periodistas insulten a los políticos y no al revés.
En El País, Xavier Vidal-Folch da algunas de las claves indispensables sobre el mitin de Podemos: "Así, a Convergència y Esquerra les socavó con el ingenuista síndrome de Heidi, tan propio de sus movilizaciones: ilusión, ilusión, ilusión; “su odio, nuestra sonrisa”; este es un día histórico y los rebeldes sociales somos el verdadero “sujeto histórico”, mucho más que ninguna nación. Se postuló para ocupar la función típica del PSC, la de “puente de diálogo”. Atacó a la casta y la partitocracia con la misma vehemencia que Ciutadans. Labró el frente de los desahuciados y en general de la cuestión social con el ímpetu de Iniciativa. Apeló incluso a la “soberanía” y a la “patria” y debeló a los “traidores” a esta con la convicción del Partido Popular. Y propinó un puntapié a las Candidaturas de Unitat Popular (CUP), al prometer que no se abrazarán ni con Rajoy ni con Mas, como hizo el líder de la CUP, David Fernández, el 9-N".
Continúa el texto: "Este intento de definirse ante todos es muy propio de los partidos abrázalo-todo (catch-all-party), que pretenden pescar en todas la aguas, y por eso el destinatario del mensaje era la “gente”, un concepto menos articulado, más abstracto descomprometido que el de ciudadanía, pero que constituye una útil contraposición a los pocos de la casta, los poderosos. Es, curiosamente el concepto preferido del pujolismo: la “nostra gent”, la “gent de casa”, “quina mena de gent es pensen que som”. Quizá no será “populismo”, atribución que tanto les desagrada. Bueno, quédese en “gentismo”. Una suerte de masa muy distinta a la nación articulada de ciudadanos que fundó la Revolución francesa. Sería excesivo pedir de un mitin -escenario de crítica, denuncia y calentamiento- alguna propuesta programática".
Sin salir del diario de Prisa, el editorial teoriza sobre las responsabilidades de Mas respecto a la familia Pujol: "La imputación no es una decisión judicial menor. El citado como imputado no pierde la universal protección a la presunción de inocencia hasta que haya sentencia; pero certifica al tiempo la existencia de indicios que podrían configurar hechos delictivos. La reacción del portavoz del Gobierno de la Generalitat, Francesc Homs, minimizando otra vez el caso al recordar solo la primera de estas dos realidades, subraya la laxitud moral del pujolismo a la hora de aclarar los entuertos propios. Un hilo conductor conecta ese comentario de enorme obviedad e ínfima calidad con la actuación de su jefe y ahijado político de Pujol, el presidente Artur Mas. Desde julio, Mas actúa en este asunto como si pasase casualmente por los desagües del nacionalismo, lo ignorase todo de su padrino, de su red familiar-clientelar y de los casos de corrupción que, como el vil saqueo del Palau de la Música, desembocaron en el embargo judicial de la sede del partido que él mismo preside. Y, sin embargo, Artur Mas, que en vergonzosa actitud cesarista rehúye declarar ante la comisión parlamentaria de investigación sobre el caso Pujol —¡a la que hace convocar a Aznar y a González!—, debe a los catalanes, y a todos los españoles, alguna explicación, en función de su cargo".
A Mas le puede tocar la lotería como a cualquiera, a no ser que sólo compre de la gorda catalana. De todas maneras, hoy puede ser un gran día para nuestro "president". El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (cinco magistrados y su presidente) decide si le imputan por el 9N o lo dejan correr. Hasta puede que se aclaren las razones de la dimisión del fiscal Torres Dulce en el caso de que el TSJC decida mirar para otro lado y dar carpetazo a las nueve querellas presentadas contra Mas.
Àlex Gubern y Luis Ayllón firman en el Abc una crónica sobre la red de embajadas que se está montando el aludido, lo que muestra a las claras que nada es poco para el convento: "Más lejos, más actos, más gastos. La clásica divisa olímpica del «citius, altius, fortius» ( más rápido, más alto, más fuerte) tiene en el caso de la Acción Exterior de la Generalitat de Cataluña su propia versión: más embajadas, más acciones para promocionar el soberanismo, en definitiva, más presupuesto. En el otro lado de la balanza están la mayoría de las comunidades autónomas, que no han dudado en sumarse al plan del Gobierno para ahorrar costes integrando sus oficinas en el extranjero en la red de embajadas españolas. Las cifras hablan por sí solas: mientras Mas se ha gastado 6,3 millones en los últimos tres años, las comunidades que se sumaron al plan del Ejecutivo ya han ahorrado 3,5 y está previsto que recorten 22 millones en tres años. La aceleración en el proceso independentista decretada por Artur Mas, y que tiene en la llamada internacionalización del proceso un elemento clave, tiene su traducción automática en los Presupuestos de 2015, donde el capítulo de Acción Exterior asciende hasta los 19,8 millones (2015), frente a los 16,5 de 2014. De los casi 20 millones para el próximo ejercicio, 8,6 millones se dedican a cooperación y el resto es propiamente el gasto en «diplomacia»".
La directora de la edición catalana del diario madrileño, María Jesús Cañizares, articula casi todos los lunes una pieza impagable. Hoy solaza a sus lectores con las andanzas de dos grandes damas de la política catalana: ¿Qué tienen en común Helena Rakosnik y Alicia Sánchez-Camacho? Pues que ambas consideran que Josep Cuní tiene afán de protagonismo. La primera cree, así lo confesó a un grupo de periodistas, que el locutor pretende eclipsar a su marido en las entrevistas. Esa faceta de loba de la esposa del presidente Artur Mas es deliciosa. La segunda considera que el grupo mediático al que pertenece Cuní, convenientemente subvencionado por el Gobierno catalán, sigue sin dar tregua al PP. Y como la dirigente popular también sabe ser posesiva en lo suyo, hace unos días mantuvo un almuerzo con Cuní en un restaurante de la zona de Pedralbes. Me pregunto cuántas veces habrá tenido que soportar la presidenta del PP catalán bromitas sobre floreros que contienen micrófonos o sobre espías que escuchan desde la mesa de al lado.
Por otro lado y en El Mundo anticipan que el juez Castro sentará a la infanta Cristina en el banquillo como "cooperadora necesaria" de los negocios de Urdangarín. También lo da La Razón, que informa además de que TV3 recuperará el discurso del Rey, el nuevo. Hay casi tanto interés por si habla de Cataluña como el que suscita Peibol Churchs.
Día español de tapar agujeros. O sea, la lotería. El eterno retorno. Cualquier tiempo pasado fue mejor, sobre todo en publicidad. Añoranza.
El equipo que confecciona esta revista de prensa desea a todos sus lectores mucha salud.
22 de diciembre, Francisca Javiera, Hungero, Isquirión, Queremón, Flaviano y Honorato.