Vida

Carne de Justo para los leones y una catástrofe sanitaria

En el Abc retratan el deplorable estado de la sanidad catalana, la suciedad y los recortes. Los leones del zoo son portada catalana. Salieron indemnes del "ataque" de un trastornado. ¿Y los dardos anestesiantes?

8 diciembre, 2014 10:30

La política de este lunes son las sobras del sábado envueltas en hojas de pasta. Cannelloni con ropa vieja. El instante demoscópico proyecta la portada de Abc, que colige que si en un Gobierno del PP se producen excarcelaciones de etarras, en uno de Podemos la juerga no tendría límite. Según el periodista Javier Pagola, los presos de Eta se juramentan en apoyo a Podemos e instan a sus jefes políticos a que en el País Vasco se alíen con los amigos comunistas del Estado y propicien una "excarcelación masiva".

En El Mundo, Esther Esteban entrevista a Tania Sánchez, la candidata de Izquierda Unida para la Comunidad de Madrid, a la sazón novia de Pablo Iglesias, el líder carismático de los podemistas. Lo dice ella misma en el titular interior: "No soy la candidata de mi novio, soy la mejor candidata de IU". Uno de los destacados resulta en extremo sugerente respecto al debate sobre una hipotética alianza entre IU y Podemos: "¿Por qué Pablo Iglesias tiene un plan para disolver IU al que yo me someto y no al revés? Podemos e IU son proyectos complementarios". ¿Y esta pareja hablará de política en casa?

En El País también manda la izquierda y otro Sánchez, Pedro Sánchez, al que le pegan un coscorrón desde su propio partido. El texto es de Anabel Díaz, que apunta que los barones territoriales tienen previsto decirle que "no vuelque todo el trabajo en su imagen". Muy fuerte. Así lo cuenta Díaz: "El PSOE sube en intención de voto, en fidelidad y en confianza, tímidamente, pero sube. Así lo manifiestan todos los estudios de opinión y ayer mismo el de Metroscopia, que da a este partido como ganador. Aun así, la inquietud no desaparece entre los cuadros medios y altos. Reconocen que el ligero ascenso comenzó en julio con el triunfo de Pedro Sánchez para la secretaría general del PSOE; pero también cunde la preocupación por que el esfuerzo de Sánchez por consolidar su liderazgo no redunde en un buen resultado en las municipales y autonómicas del próximo mayo. “Debería volcar todo su enorme esfuerzo y trabajo en beneficio de todo el partido y no solo en su promoción personal”. Esta apreciación de un líder regional es muy generalizada, aunque con matices y distintos grados de comprensión y justificación de la tarea de Pedro Sánchez. Los barones con los que ha hablado El PAÍS pidieron no desvelar su identidad".

En La Razón portan la antorcha monárquica y titulan que Felipe VI reina en Iberoamérica. Es una licencia poética. En las impresdincibles páginas gráficas del periódico de Planeta hay una fotografía del padre del Rey que resulta a primera vista sumamente inquietante. Un hombre y una mujer vestidos de blanco flanquean a don Juan Carlos, que posa sentado. Son Arzak y su hija Elena, afamados restauradores de San Sebastián que sirvieron al exmonarca un menú inaudito, siempre según La Razón: "morcilla de cerveza, pudin de cabrarroca con 'kataifi' y galleta de lenteja con 'samjang'". El pudin de pescado es un clásico de Arzak pero lo de la galleta de lenteja no parece muy del gusto del Emérito, famoso por irrumpir en las cocinas de palacio para zamparse un par de huevos fritos con chorizo y una botella de tinto tirando a tintorro. Hay un mundo entre la chistorra y el 'samjang', que según la whiskypedia es la salsa de soja fermentada al estilo coreano. O sea, fritos de maíz con guacamole guantang.

La fotografía, de Efe, parece un retrato de Antonio López. El fondo es clavado: las baldosas blancas de "la mesa de la cocina" de Arzak. ¿Y dónde están las angulas, los percebes, las ostras, el jamón ibérico, la ternera gallega y el buey de Astigarraga? ¿Y los pezones de monja, los quesos de tetilla, los tocinos del cielo? ¿Dónde está la alta cocina? Ya por curiosidad y de la misma fuente, el kataifi es un fino fideo turco tipo vermicelli utilizado mayormente para esos pastelillos indigestos rebosantes de miel y dátiles.

En la prensa catalana hay división de portadas, salvo en la parte gráfica, donde mandan Messi y un león del Zoo de Barcelona. El Periódico consigna que cada vez hay más establecimientos de comida rápida y La Vanguardia, que la mayoría de los habitantes de Cataluña comienza a percibir los costes de la independencia y teme que le afecte al bolsillo. Es un 52,9% frente a un 38,8% que no tiene ningún miedo. El resto no se pronuncia.

Sobre la actualidad en Cataluña y de vuelta al Abc, Esther Armora, con fotos de Inés Baucells, muestra la otra cara de la sanidad de Boí Ruiz. El espectáculo gráfico es dantesco, a la altura de los hospitales de campaña en cualquier conflicto armado. Escribe Armora: "De cara a la galería, son hospitales punteros en clínica e investigación, reconocidos por las revistas científicas más prestigiosas; aunque por dentro parte de sus instalaciones ofrece una imagen a años luz de la excelencia. Algunos centros sanitarios catalanes de máximo nivel, habituales en los rankings internacionales por su calidad asistencial y sus reconocidas aportaciones científicas, tienen carencias básicas en sus infraestructuras como consecuencia, según denuncian los trabajadores, de la falta de inversión de la Generalitat en los últimos años. En algunos de ellos, el estado de parte de sus infraestructuras recuerda al de hospitales «tercermundistas», lo que, según los sindicatos, «atenta contra las bases mínimas de higiene y seguridad asistencial». Uno de los casos más chocantes, denunciado por los trabajadores del centro, es el del Hospital de Bellvitge de Barcelona. En la sexta planta del centro, destinada a la cirugía digestiva, apareció en octubre un hongo en el techo debido a una mancha de humedad que permaneció durante meses sin reparar. Según denuncia una empleada del hospital, que ha pedido preservar su identidad por temor a represalias, la situación del centro ha ido a peor en los últimos años, coincidiendo con los drásticos ajustes que el departamento de Salud les obliga a realizar. Este hospital, al que se encuentra vinculado el Instituto de Investigación Biomédica (Idibell), uno de los más citados en las grandes revistas científicas como «Nature» o «Science», ha sido últimamente noticia por el cierre de camas, el aumento de las listas de espera y la precariedad laboral denunciada por sus trabajadores. Los sindicatos del hospital aseguran que la falta de inversión ha conducido al centro a una situación límite que «requiere una actuación de urgencia»".

Y para el final, la noticia del domingo, una extraña mezcla de catástrofe moral y de sentido de la humanidad. Es el caso de Justo, el policía de Gelida en excedencia que quemó una estelada delante de la estatua de Casanova o que se colgó de la Pedrera con unas banderas nazis y eslóganes en contra del aborto. Se le atribuye un trastorno bipolar. Ayer se tiró al foso de los leones del Zoo de Barcelona. Está muy grave, pero según todos los diarios no se teme por su vida. En La Razón lo identifican como Justo José Mira Payá, pero la información esta fechada en Madrid.

En La Vanguardia, la información lleva la firma de Luis Benvenuty y Jaume V. Aroca, cuyo relato de lo sucedido es extenso y prolijo. Antes de que llegaran al lugar los trabajadores del recinto, varias personas intentaban socorrer a Justo: "Los empleados del zoo piden a Pep que se retire, que vuelva a atrás. A Pep y a otros cuatro o cinco ciudadanos que de modo espontáneo se plantaron en el borde del foso y se pusieron a arrojar a las bestias botellas de plástico de agua minera, ramas rotas, piedras, lo que fuera... Pero los leones no sueltan al hombre, lo agarran entre todos, con los dientes, para llevárselo en volandas a través de un túnel. El hombre no se resiste, no se revuelve, no grita... Los empleados del zoo traen mangueras, extintores y trozos de carne. Tratan de atraer la atención de las bestias".

Continúa el texto: "“Yo estaba con mi mujer y con mis dos hijos frente al foso de los leones –rememora ahora Pep–. Entonces en el zoo había mucha gente. Frente a los leones podríamos estar fácilmente una docena de familias. Entonces un hombre que iba solo levantó una pierna y salvó la primera baranda. Algunos se pensaron por un momento que era un empleado del zoo. Pero con esas ropas no podía ningún ningún trabajador del zoo. El hombre, sin mirar atrás, sin decir ni una palabra, cruzó todo decidido los cuatro o cinco metros de césped que separan la baranda del foso. La gente empezó a decirle qué hace, a gritarle qué hace... Y el hombre se encaramó a la valla que cruza en perpendicular el recinto para separar a los tigres de los leones, y en un instante llegó al otro lado”. “Y algunos comenzaron a apartar a los niños, a ponerlos a mirar a otro lado –continúa Pep–. Estaba claro que aquello era un intento de suicidio. Todo sucedió muy deprisa. En ese momento el hombre se ayudó de unas ramas, hizo ruido y las leonas se dieron cuenta de su presencia. Enseguida una de ellas lo atacó y ambos cayeron al foso. Fue un golpe muy fuerte. Aun así ni siquiera entonces se quejó. Su rostro era del todo inexpresivo. Tres leonas se lo estaban llevando en sus fauces y el miraba al cielo como si no ocurriera absolutamente nada”".

La catástrofe moral consiste en que los animales resultaron perfectamente ilesos y a nadie el zoo se le ocurrió descerrajarles los dardos anestesiantes que se suelen emplear para amansar a las fieras. Chorros de agua y trozos de carne de caballo, que es lo que comen los leones a falta de cristianos. Alucinante. Cuidado no multen a los que intentaron ayudar al pobre hombre, "un expolicía a la deriva" según el titular de portada del diario de Godó. La fotografía es de Llibert Teixidó, que se encontraba casualmente en el lugar del suceso.

8 de diciembre, Inmaculada Concepción de María.