El Abc, La Razón y La Vanguardia no son precisamente la Unión Monárquica pero coinciden en subrayar la exposición del cuadro La Familia Real, de Antonio López, ahora rebautizado como "La familia de Juan Carlos I". El dato llamativo son los veinte años que ha dedicado el gran artista a plasmar toda la verdad de una familia muy normal, una familia española con ocho apellidos franceses. El cuadro sobrecoge, de ahí que el Rey emérito diga que se ve "fenómeno", pero que está mejor ahora. La profundidad, el momento exacto, el gesto congelado y la mirada vital confieren al lienzo un valor extraordinario, cumbre pictórica, histórica y simbólica de la España del salto de siglo.
Antonio López debería ser una gloria nacional, pero como ocurre casi siempre, los genios se distinguen por las conspiraciones de los necios y se cuestionan desde los plazos hasta los pagos. De este modo, un cuadro grandioso se convierte en una de esas pinturas chorras que se encargan los ministros cuando dejan de serlo. Eso sí que es un escándalo mayúsculo. Sin embargo, que Antonio López haya tardado veinte años en no terminar el cuadro desconcierta al modernismo. Durante dos décadas, López ha trabajado en un taller del Palacio Real ajeno a cualquier otra influencia que no fuera la verdad de una tarde en la que se consiguió juntar a todos los miembros de la Familia Real, con los tres hijos de Don Juan Carlos y Doña Sofía solteros y casi enteros. La infanta Cristina coge unas flores con la mano. Su hermana Elena, un abanico. A la derecha, el actual Felipe VI se proyecta hacia el futuro separado de sus padres por unos sutiles centímetros de más.
A cualquier otro artista español en vez de un retrato de la familia del Rey Juan Carlos I le habría quedado un cuadro de personas disecadas con la expresividad de los ojos de cristal de las bestias que cuelgan de las paredes de algunos bares: toros, jabalís, ciervos, etcétera, etcétera. Eso mismo pintado por Miquel Barceló habría sido una obra cumbre, pero de la taxidermia.
Y luego, el coste. Veinte años de trabajo le han supuesto a López unos ingresos de 350.000 euros, a razón de 17.500 euros al año, 1.458 euros al mes, menos el 21% de todo ello. O sea, bastante por debajo de lo que le dan de beca a Errejón y calderilla al lado de lo que se puede ganar al año por estar en un consejo de administración de cualquier empresa pública española.
Por 58 millones de pesetas, que son 350.000 euros, el negocio que ha hecho Patrimonio Nacional con Antonio López es una estafa para el pintor, una ofensa, una humillación. O sea, lo típico en un país de golfillos y jetas que no entiende a los artistas. ¿Y cómo es posible que España sea un país de grandiosos artistas? Es el misterio de la vida, la flor del edelweiss, lo extraordinario.
El retrato de la Familia Real de Antonio López ha sufrido el boicot de la Corona. A la Reina doña Letizia tal vez no le guste demasiado el estilo hiperrealista porque conoce, de cuando fue periodista, el potencial revolucionario de la pintura de Antonio López. Y no sólo de la pintura, pues el de Tomelloso es un artista integral, un genio absoluto equiparable a cualquier grande del Renacimiento. Y un lobo solitario, estricta y vocacionalmente apartado del show bussines y las pijerías. Un hombre honrado. Un revolucionario del trabajo.
El director de La Vanguardia, Màrius Carol, le dedica su carta diaria, llena de detalles llamativos y hasta relevantes: "Diego de Velázquez tardó cinco años en pintar Las meninas, que fue un encargo de Felipe IV en el que debía aparecer la familia real, y Antonio López ha tardado veinte en acabar La familia de Juan Carlos I, que desde ayer se exhibe en el palacio de Oriente, en el marco de la exposición titulada El retrato en las colecciones reales. Por cierto, los 58 óleos de Las meninas de Picasso, que pueden verse en su museo de Barcelona, fueron realizados en apenas unos pocos meses (1957). Cada pintor tiene sus ritmos y sus tiempos. También es verdad que el realismo necesita de más horas que el cubismo. El citado Picasso hizo a lo largo de su vida 13.500 cuadros, 100.000 grabados, 34.000 ilustraciones y 300 estatuas y cerámicas. Antonio López, entre pinturas y esculturas, apenas ha llevado a cabo un centenar de obras. La capacidad de trabajar el detalle del artista de Tomelloso es infinita. Leonardo da Vinci decía que una obra no se termina nunca, sólo se abandona...".
Expediente catalán. Por pasiva, activa y perifrástica la conclusión natural de los actuales acontecimientos conduce indefectiblemente a unas elecciones anticipadas, sea con lista única, candidaturas paraguas, gobiernos de unidad, de concentración o de transición y que salga el sol por Antequera. Ni la hipótesis plausible de que las cosas pudieran ir mejor con un poco de estabilidad arredran a Mas o a Junqueras, que no tienen nada que perder y mucho que ganar. Así de crudo, como la bronca que le metió Carme Forcadell a Marta Rovira en lo de Junqueras.
En el plano informativo, María Jesús Cañizares en el Abc expone: "Artur Mas está abocado a un nuevo adelanto electoral, tras el rechazo oficial de Esquerra a una lista conjunta cuya única finalidad es diluir un previsible revés en las urnas de CiU. Por ello, el presidente de la Generalitat tiene intención de emprender una ronda de contactos con las formaciones secesionistas antes de tomar una decisión definitiva al respecto. Aunque bajo la premisa de que, según dijo ayer, hay que «anteponer Cataluña» a los intereses de partido y «ser generosos» Previamente, el propio líder republicano, Oriol Junqueras, le había pedido cita a través de un SMS. El dirigente nacionalista contemplaba ya un avance de los comicios en su hoja de ruta, pero con la esperanza de que las formaciones secesionistas le acompañaran en su proyecto de candidatura única. Descartada esa coalición preelectoral, pues Junqueras se opone a ello, es casi obligado que el dirigente convoque elecciones, aunque no en las condiciones que a él le gustaría. Ya lo hizo en 2012 con un proyecto secesionista que, dos años después, ha perdido el apoyo de su principal socio, ERC, así como de ICV y CUP, que dieron respaldo a su simulacro de consulta el pasado 9 de noviembre".
Y en el plano opinativo, Lluíx Foix, en La Vanguardia, coincide en el diagnóstico del adelanto inevitable: "El trepidante momento político que vive Catalunya arranca en gran parte de la precariedad parlamentaria de Artur Mas y la falta de un socio estable. Hemos vivido tres colosales manifestaciones ciudadanas desde las elecciones del 2012, además de la consulta participativa del 9-N. Pero el presupuesto presentado por el conseller Mas-Colell espera en vano su aprobación inmediata. No tiene apoyos suficientes, lo que hace pensar en una inevitable convocatoria anticipada de elecciones, ya sea con lista única, con varias listas unitarias o en formato clásico. Ahora estamos en temporada de conferencias cuando lo que importa es cómo va a quedar el nuevo Parlament que permita gobernar la Catalunya que tenemos. La nueva, en todo caso, tendrá que salir de una decisión parlamentaria. Primero habrá que contar los votos y ponderar las posibles mayorías. La política democrática tiene sus tiempos".
La realidad. El Periódico apuesta por el lado oscuro de la vida y lleva a portada al vagabundo que mora en los aledaños del paseo de San Juan con Diagonal, muy cerca del diario. Expone ceniceros hechos con latas de refrescos, peluches rescatados del contenedor y una pequeña colección de tesoros de trapero. Escriben Helena López y Víctor Vargas Llamas: "Esta noche, unas 900 personas dormirán al raso en Barcelona. El 90% de ellas son hombres y su esperanza de vida es de 58 años, más de 20 menos que la media en la ciudad. La radiografía la hace Ferran Busquets, director de la Fundació Arrels, una de las entidades de referencia en la lucha por garantizar los derechos de las personas que duermen en la calle. «Por intentar que nadie duerma en la calle», matiza maximalista. «Es posible, hay ciudades que prácticamente lo han logrado, como Ámsterdam», añade. «Novecientas son las personas que pasan la noche al raso. Personas sin hogar hay muchísimas más, casi 3.000», matiza Busquets. Esa cifra -2.933 personas, según las últimas cifras municipales, del 2013-, era de 2.113 en el 2008. Descontadas las 900 personas que pernoctan en la calle, las restantes 2.100 personas duermen o en pequeños asentamientos -los grandes, la mayoría en Sant Martí, han sido prácticamente erradicados- o en los distintos alojamientos públicos o privados que ofrece la ciudad".
4 de diciembre, Bárbara de Nicomedia, Juan Tarasceno, Apro, Osmundo.