El "proceso participativo" es todavía más esperpéntico que el referéndum del 9N, un mojón con los atributos de la inconsistencia, la inconstitucionalidad y la incompetencia, hasta el punto de que una reunión de famlias para elegir al jefe de la camorra es mucho más democrática, transparente y legal que el mondongo de Mas y Homs para el día 9. Hasta unas elecciones a la Presidencia del Barça son más limpias que el "nou nou ene", la última parida de la chistera convergente.
Cómo será la cosa que Carme Forcadell y Muriel Casals comienzan a sentir vergüenza ajena. Ahí radicaría la sustancia de lo que se proponen, que no es ni más ni menos que presentar una "lista de país", como los perniles, con un único punto en el programa: la Declaración Unilateral de Independencia (DUI). Es otra especialidad catalanista, la del adjetivo chocante, sobrante y trigonométrico. Unilateral, perpendicular, curvo y angular. Bien. Es el argumento principal de El Periódico y El Punt-Avui.
El temblor soberanista comienza a desconfiar de los auténticos propósitos de Mas. Algo, todavía no saben bien el qué, no les cuadra. Junqueras, Fernàndez y Herrera les han dicho que el president no es de fiar. Se malician que se guarda la sota de puños y rosas en la bocamanga de la camisa. Está en la crónica que en el Abc firma María Jesús Cañizares:
"Artur Mas afronta en solitario el resto de su mandato, que se prevé corto, tras el abandono de los partidos que le han dado apoyo hasta ahora. El secesionismo ya no une y el presidente catalán sufrió ayer en el Parlamento catalán el desplante de ERC, ICV y CUP, que tras la renuncia del líder nacionalista a convocar una consulta el 9 de noviembre en los términos pactados, le reprocharon sus incumplimientos. El reto más inmediato es encontrar socio para aprobar los presupuestos de la Generalitat para 2015. Nada se sabe de ello, a pesar de que las cuentas autonómicas suelen presentarse en noviembre. No sería la primera vez que las prorroga. La sesión de control celebrada ayer en la Cámara catalana permitió visualizar la soledad del líder de CiU. Mas se mostró tenso, en ocasiones indignado, en otras irritado. En los últimos dos años, los plenos parlamentarios se convertían en altavoz de la complicidad entre el presidente y su socio de legislatura, el líder de ERC, Oriol Junqueras. Nada de eso hubo ayer. Solo Miquel Iceta, como en anteriores ocasiones, tendió la mano a Mas para agotar la legislatura y gestionar el desgobierno que ha supuesto dos años entregados a la consulta fallida, en detrimento de la sanidad, donde los recortes han obligado a cerrar camas y provoca el impago a las farmacias, o la educación, con altas cifras de fracaso escolar y reiterados incumplimientos de las sentencias judiciales. Por no hablar de la deuda pública catalana, que se ha duplicado desde que gobierno Artur Mas. La confusión y el caos se han adueñado de la gestión".
Confusión, caos y reuniones entre Duran e Iceta. Podría ser el comienzo de una gran amistad o la ciclogénesis perfecta. Como dice Tonino Carotone, "es un mundo difícil, es una vida intensa, felicidad a momentos y futuro incierto". Según La Razón y bajo la firma de Toni Bolaño, "Mas rechazó un pacto con el PSC días antes de firmar el 9-N". Escribe Bolaño: "En opinión de Miquel Iceta, Mas 'no tiene ninguna intención de cambiar de socio, al menos de momento'. El momento al que alude el líder del PSC tiene fecha de caducidad, el 9 de noviembre. Según Iceta, 'Mas seguirá manteniendo el juego con ERC, con sus más y sus menos, con sus diferencias, pero todo seguirá igual hasta el día 9'. ¿Qué pasará después del día 9? Esa es la gran incógnita. El mundo soberanista está en plena vorágine y los movimientos de unos y otros son constantes. También se agrandan las diferencias".
En Madrid está de guardia Mariano Rajoy, protagonista de la crónica de C. E. Cué y M. Noguer: "El presidente ha ordenado a su Gobierno y al PP que eviten salir en tromba contra Mas y hagan llamadas al diálogo. Y él mismo quiso este miércoles pararse en los pasillos del Congreso, algo poco habitual, para ofrecer un mensaje no hostil en el que prácticamente obvió el sucedáneo y se concentró en lo que para él es más importante: que Mas ha renunciado al referéndum. Rajoy dijo: 'Ese referéndum no se va a celebrar, lo ha dicho el señor Mas. Ayer [martes] califiqué eso de excelente noticia y lo reitero ahora. Es un triunfo de la democracia y de la ley, celebro esa noticia, es muy positivo. Se abre un camino para hablar y dialogar'. 'No sabemos lo que es eso, pero sabemos que no es referéndum, y eso es lo importante', resumen fuentes del Gobierno".
Visto así, lo de Gerard Piqué y la Guardia Urbana no es desacato, prepotencia y chulería sino un civilizado intercambio de pareceres con los gorrillas. La historia es original de La Vanguardia:
"La Guardia Urbana denunció la madrugada del lunes a Gerard Piqué por una falta de respeto y desobediencia leve a la autoridad, según avanzó Raquel Mateos en la web de La Vanguardia. Los hechos tuvieron lugar a las 2.30 horas frente a la salida de la discoteca Catwalk, uno de los establecimientos de ocio en el Port Olímpic de Barcelona. El futbolista iba con su hermano Marc, que conducía un vehículo, cuando la Guardia Urbana le dio el alto por 'llevar 15 minutos' parado en el carril bus de la calle Trias Fargas, entorpeciendo la circulación de los taxis que tienen parada en esa misma zona, según se estipula en la diligencia de la Guardia Urbana".
¿Dos y media de la mañana? ¿Una discoteca? La cosa era que iba para el casino, donde le gusta jugar al póquer. Tiempo libre, nada que decir. Como si fuma en los descansos, tal que hacía Cruyff.
Ahora bien, la parte mollar es la fraseología del defensa central de la selección, el trato exquisito dispensado a los guardias: "Tras bajarse del coche el defensa discutió con los agentes y profirió frases como: 'Me tenéis envidia porque soy famoso', 'me estáis multando porque vais a comisión, porque no tenéis dinero y os tenéis que llevar comisión', 'esta denuncia va a quedar en nada porque llamo a tu capo y me la quita', 'voy a hablar con tus jefes y se te va a caer el pelo', 'sois unos chulos y os creeis los amos del mundo por llevar ese uniforme y multar a la gente', 'esta multa la va a pagar tu padre' o 'sois una vergüenza, me da asco vuestro trabajo y la Guardia Urbana es una puta vergüenza', según consta en el informe policial".
Una puta vergüenza, sí señor. La lía así otro y estamos ahora hablando de una comisión de investigación en el Parlamento. ¿Hubiera tenido el señor Piqué valor para emplear ese lenguaje ante una patrulla de los Mossos d'Esquadra? ¿Conoce el señor Piqué al 'capo' de la Guardia Urbana? ¿Le han quitado multas con anterioridad al señor Piqué? ¿Van a comisión los agentes municipales, tal como afirma el señor Piqué?
Y va y se disculpa como el ex Rey, con un "lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir" por Twitter.
Este partidario del desplazamiento en largo y el derecho a decidir debería ser obligado a trabajos para la comunidad consistentes en leer en voz alta cien veces el artículo que aparece en El País del profesor de derecho internacional Martín Ortega Carcelén. Se titula "El derecho a decicir no existe" y dice así:
"Este eufemismo ha sido repetido tantas veces en Cataluña que parece haberse convertido en verdad. Pero el llamado derecho a decidir no existe ni en la práctica internacional, ni en derecho constitucional, ni en el lenguaje político comparado, que encontraría ese término demasiado impreciso: ¿quién decide, qué se decide? [...] La dificultad estriba en que los parámetros de la decisión son establecidos unilateralmente por el que ha diseñado ese derecho. Y entonces la democracia se convierte en autocracia. Qué se decide y quién lo decide lo decido yo, que también fijo el modo y los tiempos sin discusión. En cuanto al qué, surgen muchas preguntas que deberían responder los que apoyan esa idea: por qué votar la posible independencia en una parte de España en lugar de otra, por qué limitarse a algunas provincias (según se definieron en 1833), o por qué no se vota antes sobre nuestro régimen político como monarquía parlamentaria. En cuanto al quién, la definición del censo que hizo la convocatoria del plebiscito es caprichosa, porque niega la participación de los demás españoles después de una larga convivencia en un mismo Estado, porque acepta el voto desde los 16 años cuando salvo raras excepciones la inmensa mayoría de los países del mundo conceden esa capacidad a los 18 años, y porque impide votar a los catalanes que nacieron en Cataluña y hoy viven en el resto de España".
Es mucho más largo, pero a Piqué, que debe ser un chico listo, seguro que con ese par de párrafos le vale.
Menos conceptual, pero no menos importante es el artículo de Lluís Foix en La Vanguardia: "Se perfila una alianza interesante entre Artur Mas, la ANC y Òmnium Cultural. El president ha perdido el apoyo de los partidos de la consulta y acude a la calle para seguir adelante en un camino incierto. No soy partidario de la desobediencia civil, dijo Mas, sino de la obediencia al pueblo de Cataluña. Se votará el 9N y ya está. Sin leyes ni decretos ni censos. El populismo, ya se sabe, tiene estas cosas".
El populismo y el servicio, que ha tomado el poder y ya no es lo que era. El lamento, como habrán adivinado, es de Salvador Sostres: "El día que nació uno de los hijos de Oriol Pujol, estaban reunidos en el despacho de Artur Mas los que eran entonces sus hombres de confianza: Alfons López Tena, Germà Gordó, David Madí y el propio Oriol. Eran los años de oposición al tripartito. De repente entró Quico Homs para sumarse a la reunión y Oriol al verle exclamó:
'Quico, qué bien que hayas venido, porque mi hijo ha nacido esta mañana y necesito que lleves unas flores al hospital y mires si todo funciona'.
Le tenían por un ser tan insignificante que nadie se preocupó de cortarle las alas. ¿Qué alas? Le llamaban 'el ceporro' y se ocupaba de los recados. Pero cuando David Madí dejó la política se cumplió la terrible ley de que un mediocre se rodea siempre de gente todavía más mediocre que le haga sentir bien, y así el ya presidente Artur Mas convirtió a Francesc Quico Homs en su persona de confianza".
"El ceporro". Quince días nos quiere tener votando. Menos mal que ya no es un referéndum.
Periodismo. Arcadi Espada, también en El Mundo, dedica su columna a dicha especialidad, al The New York Times y al caso catalán: "He pensado en el editorialista que el martes, y en el Times de Nueva York, se acomodó en su silla, se mesó los cabellos y declaró: 'Se van a enterar en Moncloa'. He pensado en él con ternura, incluso, porque siempre he creído que algo de esa candidez es necesaria para escribir en los periódicos. Y también con algo de la satisfacción que da ver confirmados los juicios de valor propios: una vez más se demuestra que el Times es un gran diario de provincias".
Continúa Espada: "El editorial se refería, naturalmente, a la cuestión catalana y exhibía la tesis taxista de que hay que votar, como en Escocia, y arreglao. Y si no se puede votar pues que se le suba el sueldo a Cataluña, que para eso ingresa 19 y recibe 9. La indigencia argumental en apoyo del pacto tercerista era manifiesta. Pero lo puramente increíble estaba en este párrafo: 'Algo tan complejo y emocional como la identidad nacional no puede reducirse a una cuestión estrictamente jurídica; requiere soluciones políticas. La larga lucha contra los separatistas vascos terminó sólo cuando ambas partes acordaron negociar'. El Times comunicaba a sus lectores que el Gobierno y ETA habían negociado y que la larga guerra (the long war!) había terminado gracias a esa negociación. No solo era un error escandaloso, sino que servía maligna y eficazmente a la tesis editorial. Cualquiera se preguntaba: '¿Cómo es posible que se haya negociado el fin de una guerra con los vascos y a los pacíficos y cariñosos catalanes se les niegue la negociación?'".
16 de octubre, Ambrosio, Bonita, Demetrio, Florentino, Eduvigis, Margarita María de Alacoque, Galo, Bertrán, Lulo y Martiniano.