Fútbol. Una de las frases más sobadas de la historia es del manager escocés Bill Shankly, que dirigió al Liverpool entre 1960 y 1974. Dijo Shankly: "Hay gente que cree que el fútbol es una cuestión de vida o muerte; se equivocan, es mucho más importante que eso". Sentencia irrefutable que da sentido a tres asuntos de la prensa del día. El primero, el de las lamentables circunstancias que asuelan al equipo portugués Benfica desde que el austro-húngaro Béla Guttmann fuera despedido del club por pedir un aumento de sueldo. Guttmann, entrenador que había llevado a los lusos a ganar dos copas de Europa a principios de los sesenta, dijo que el Benfica no volvería a ganar un título europeo en cien años y pegó un portazo. La maldición de Guttmann se cumplió anoche por séptima vez desde que fuera pronunciada, en 1962. El Sevilla se impuso en los penalties en la final de la Uefa League, lo que antes se conocía como Copa de Ciudades en Feria y posteriormente Copa de la Uefa.
Segundo punto balompédico. La Vanguardia le casca un semáforo en rojo a la pareja de Cristiano Ronaldo, Irina Shayk, por presunto aprovechamiento de la campaña para liberar a las niñas secuestradas por el grupo Boko Haram. Le reprochan que subiera a Instagram una foto "con el torso desnudo". Tal documento gráfico es imposible de encontrar. Hay una foto de la modelo con el cartel del #BringBackOurGirls, con el que pudorosamente se tapa el pecho, lo que le resta a la contemplación pública la superficie de piel necesaria para considerar desnuda a esta ciudadana. Es una cuestión menor, seguramente relacionada con las prisas del cierre. "Nos falta un semáforo rojo", dice alguien. Y como no hay delincuentes, sátrapas, erdoganes, berlusconis e incluso compatriotas merecedores del dedo en el ojo se lo encoloman a la novia de Ronaldo, que pasaba por ahí y es gratis atizarle un mamporro.
El tercer trasunto está en El País y es una crónica demoledora y brutal sobre el suplicio del señor Gerardo Martino en el F.C. Barcelona. La firman Luis Martín y Jordi Quixano, quienes escriben que "Martino y su equipo (de colaboradores) han perdido la complicidad de la plantilla por sus métodos anticuados". Interesante debate. Explican más cosas Martín y Quixano:
"Una mañana, durante el entrenamiento, cuando todavía el Barcelona competía en tres frentes, Gerardo Martino y su mano derecha, Jorge Pautasso, se dieron por satisfechos con los rondos que habían realizado los jugadores y se fueron a ver cómo trabajaban Valdés y Pinto. Para entonces, hacía ya tiempo que en la ciudad deportiva a nadie le gustaba la manera de hacer de los técnicos y la confianza que se había ganado Tata en el vestuario durante la gira por Asia había dejado paso a la incredulidad por unos métodos que los más benévolos en el Camp Nou consideran 'anticuados'. Con los jugadores se quedó aquel día el profe Pauloroso y ordenó minipartidos de cuatro contra cuatro. En esas, un veterano dio el alto y se dirigió al ayudante de Martino. 'Pero profe, ¿no ve que esto es una vergüenza?, que con esta intensidad no vamos a ningún sitio'. (...) La respuesta del profe—'¡Pero no se me enoje!'— resultó un hachazo para muchos. 'Supe que no entendían nada y ya no lo entenderían nunca', recuerda un futbolista veterano".
Y es que el Barça no está al alcance de cualquiera, parece ser. Sostienen los periodistas de El País que "para trabajar al nivel del Barcelona, cuentan en los despachos, hay que tener cierto dominio de las nuevas tecnologías aplicadas al fútbol, y no han querido participar en ese proceso. (...) Los informes sobre los rivales, exhaustivos y detallados, pasaban a manos de los tres analistas que trajo Martino, más propensos a las libretas y a usar documentos de Word, en soportes en los que la secretaría técnica hace tiempo que invierte, como Er1c, Sport Coach y el popular Media Coach, que ofrece imágenes panorámicas y estadísticas".
Si no hemos entendido mal, la cosa es que Pautasso, Pauloroso y Martino tiraban de pizarra para la estrategia y de Word para la lista de convocados mientras que lo moderno es el Media Coach, algo así como la quintaesencia del power point y el fifa world game. Más que fútbol es un choque cultural que remite a los tiempos de los espejuelos y los collares de cuentas. Pobre Martino, él con su blackberry y aquí todos con tabletas, ifones y cuatrogés. No hay más que ver la sofisticada tecnificación en la que se desenvuelven Zubizarreta y Luis Enrique, que más que ex futbolistas parecen creativos de Google o gurús de Microsoft. Un sociólogo hablaría de eurocentrismo, Bill Shankly, Béla Gutmann y Luis Aragonés dirían que somos nosotros quienes no hemos entendido nada.
Sucesos. Continúan las investigaciones e indagaciones respecto al asesinato de Isabel Carrasco. Abc y La Razón defienden la tesis del ministro de Interior, Jorge Fernández, de controlar las redes sociales, de las que se refieren toda clase de males y la mayoría ciertos. La combinación de teórico anonimato, frustraciones, perversiones y odios de todo tipo y condición otorgan a las dichas redes el aspecto canalla y cainita de un bar de arrabal, donde todo estaría permitido, salvo disparar al pianista. En cuanto al crimen propiamente, El Mundo titula a toda página con una frase de la que sería asesina confesa, Montserrat González: "La maté porque se lo merecía; hizo mucho daño a mi familia", que es, en síntesis, lo que ya explicaban ayer El Diario de León y La Razón. En El País desaparece de portada el asesinato de Isabel Carrasco. Optan por abrir con las pesquisas del juez Ruz en torno a un político todavía anónimo que tendría cinco cuentas en Suiza. El titular es: "El juez constata la financiación ilegal y los sobresueldos en el PP".
También remite de las portadas catalanas el crimen. Se detecta una cierta dispersión. Cada periódico va a su bola. En El Periódico aseguran que "Montoro sólo permitirá que la Generalidad suba impuestos", inédito poder hasta el momento. En Ara se alarman por la incidencia de la depresión en la juventud y La Vanguardia apunta que el BCE quiere que circule el dinero, fluya el crédito y rule la pasta. La fotografía de casi todos es la de un minero turco tapándose la cara con las manos tiznadas en carbón. Alude a la tragedia en una mina en la ciudad turca de Soma. El balance es de 240 muertos, de momento. En la prensa de Barcelona se presta una cierta atención a la señora Montserrat Puigbó, la agresora de Pere Navarro, con lo que pasamos a otra sección.
Política y costumbres. Destaca en El Punt Avui el esfuerzo por presentar a esta mujer como una simpática abuelita que en un rapto de indignación le hubiera cantado las cuarenta al ex alcalde que tenía la senyera hecha un guiñapo. "La señora de Tarrasa" es el título de la crónica de Jordi Alemany en el citado diario, el perfil de una cándida mujer sobrepasada por los acontecimientos y sobrecogida por el impacto mediático de su acción. La señora Puigbó acabará optando al premio "Català de l'Any", al tiempo. Monzó, en La Vanguardia, expone las excelencias de Ullastrell, la apacible localidad donde reside tan estimada vecina y conciudadana.
Sobrecogidos y sobrepasados deben estar a estas horas los sujetos que talaron a fuerza de sierra mecánica el tronco central del Pi de les Tres Branques. Hablamos de sujetos en plural porque la mutilación se había intentado en diversas ocasiones a base de hacha y había sido imposible mellar el "resinizado" fósil arbóreo. Silvia Hinojosa, en las páginas de La Vanguardia, repasa la historia del Pi, que antes de símbolo nacionalista se consideraba la expresion natural de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Informa Hinojosa de que el árbol está muerto desde 1913, pero no preocuparse. La periodista ha hablado con el naturalista Martí Boada, quien revela que el Pi tiene cinco nietos que muy probablemente desarrollen las características genéticas del pino rojo original. Es como lo del Copito de Nieve, pero saldado con éxito.
La pregunta de moda es el proceso. Aparece un artista, un futbolista o un concertista e inevitablemente se le pregunta por el tema catalán. Antes sólo pasaba en Cataluña, pero el hábito ha cruzado el Ebro. Por fortuna, no sólo importa la opinión de Loquillo y los pareceres de Llach (Sobre esto, al único personaje público al que no se ha preguntado es al entrenador del Barça). En el Abc entrevistan al hispanista Joseph Pérez, que acaba de ser distinguido con el premio Príncipe de Asturias. Juan Pedro Quiñonero, el histórico corresponsal del Abc en París, es el encargado de abordar la conversación y presenta al personaje así: "Presidente y primer director de la Maison des Pays Ibériques de Burdeos, en cuya universidad ha enseñado, durante muchos años, las asignaturas de civilización española e iberoamericana, Pérez lleva medio siglo investigando, enseñando, divulgando y publicando obras de primera importancia sobre las metamorfosis españolas, desde los siglos XV y XVI".
¿Metamorfosis españolas? La cuestión viene a cuento y el titular es obligado: "No entiendo el secesionismo catalán. España tiene el modelo más descentralizado del mundo". Es la penúltima pregunta de la entrevista:
"–Desde una perspectiva histórica, ¿cómo percibe usted la tentación secesionista de los nacionalistas catalanes? – Francamente, no la entiendo bien. Puedo comprender la tentación secesionista de pueblos o culturas que estén o se sientan oprimidos. ¿Es el caso de los catalanes? España tiene uno de los modelos políticos más descentralizados de Europa, quizá del mundo. Los catalanes votan libremente desde hace muchos años. La lengua y la cultura catalanas se expresan libremente. ¿Dónde está el problema? Francamente, no lo entiendo bien. Dicho esto, tampoco me hago muchas ilusiones. Hubo un tiempo en que todos los habitantes de la península eran, se llamaban y se consideraban españoles. El gran Camoens, por ejemplo, decía que 'todos somos españoles'. Pero un buen día los portugueses decidieron independizarse".
15 de mayo. San Isidro Labrador.