La Organización Mundial de la Salud alerta de que la calidad del aire en la mayoría de las ciudades que han monitorizado –un total de 1600 ciudades de 91 países– no cumple con los niveles de seguridad establecidos sobre contaminación atmosférica, exponiendo a las personas al riesgo de padecer enfermedades respiratorias y otros problemas de salud.

Esta semana la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha presentado el estudio "La calidad del aire en deterioro en muchas de las ciudades del mundo" en el que se afirma que la en muchas de las ciudades del mundo se vulneran sus directrices de contaminación del aire, lo que implica graves problemas de salud para la población.

Este trabajo se ha elaborado con el apoyo de una base de datos sobre la calidad del aire urbano que abarca 1.600 ciudades pertenecientes a 91 países.

"No nos sorprende que este aire sea peligroso, por ello un número creciente de ciudades en todo el mundo están tomando medidas al respecto", comenta Flavia Bustero, directora general para la Salud de la Familia, la Infancia y la Mujer.

Los datos revelan que solo el 12% de las personas que viven en ciudades donde se informa sobre la calidad del aire reside en ciudades donde se cumplen los estándares de la OMS.

Asimismo, alrededor de la mitad de la población urbana que reside en las zonas monitorizadas está expuesta a una contaminación atmosférica al menos 2,5 veces mayor que los niveles que recomienda la OMS, lo que supone un riesgo adicional para su salud.

Según la organización, en las ciudades donde hay suficientes datos para comparar la situación actual con años anteriores, la contaminación atmosférica cada vez va a peor.

Por otro lado, algunas ciudades están haciendo mejoras notables, lo que demuestra que la calidad del aire se puede mejorar mediante la implementación de medidas políticas, tales como la prohibición del uso de carbón como calefacción, usar fuentes de energía renovables y mejorar la eficiencia del motor de los vehículos.

"Ciudades como Copenhague y Bogotá han mejorado la calidad del aire mediante el fomento del transporte público, a pie y en bicicleta", afirma María Neira, directora de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes Sociales de la Salud de la OMS.

Riegos para la salud

El mes pasado la OMS anunció que la contaminación atmosférica fue la responsable de la muerte de unos 3,7 millones de personas menores de 60 años en 2012. También declaró que la contaminación del aire interior y exterior se encuentra entre los mayores riesgos para la salud a nivel mundial.

La organización resalta la peligrosidad de las grandes concentraciones de partículas pequeñas y finas, ya que están relacionadas con un alto número de muertes por enfermedades del corazón y derrames celébrales, así como patologías respiratorias y cáncer.

"Podemos ganar la lucha contra la contaminación atmosférica y reducir el número de personas que sufren cáncer de pulmón y enfermedades del corazón –comenta María Neira–. Las políticas y estrategias eficaces ya son conocidas, pero tienen que ser implementadas a gran escala".



Mejorar la calidad del aire para salvar vidas

El informe señala que las ciudades pueden tomar medidas locales para mejorar este parámetro, y por lo tanto, ir en contra de las tendencias regionales. Una buena calidad del aire también puede estar relacionada con el desarrollo económico, tal y como han demostrado algunas ciudades en América Latina.

"No podemos comprar aire limpio en una botella, pero las ciudades pueden tomar decisiones que limpiarían el aire y salvarían la vida de muchas personas", subraya Carlos Dora, coordinador de las intervenciones para Ambientes Saludables de la OMS.

Las medidas incluyen garantizar que las viviendas son energéticamente eficientes, que el desarrollo urbano sea compacto y bien comunicado por líneas de transporte público, que el diseño de las calles sea atractivo y seguro para peatones y ciclistas, y que los residuos estén bien gestionados.

El informe destaca la gran dificultad que esto representa para países con bajos ingresos, ya que carecen de las herramientas para llevar estas políticas a cabo. También se destaca la escasez de datos sobre calidad del aire de zonas como África y las regiones del este del Mediterráneo.

La OMS concluye el informe resaltando la contribución de esta publicación hacia la prevención de las enfermedades relacionadas con la contaminación del aire. Lo que implica el desarrollo de una plataforma global para mejorar los datos sobre estas enfermedades, así como, apoyar a los países proporcionándoles información al respecto.