A Pere Navarro, primer secretario del PSC, no sólo le han pegado por la calle sino que le cae la del pulpo y la del inglés en los periódicos impresos. En líneas generales, lo sucedido a las puertas de la catedral de Tarrasa presenta dos grandes controversias: determinar si Navarro entraba o salía del templo y si debería haber puesto la otra mejilla en atención a la proximidad del recinto sagrado. La ferocidad de algunas declaraciones y textos en los diarios contra el dirigente socialista subraya, sin embargo, el supuesto factor provecho de que te peguen una leche, así, por la cara y por las buenas. Dijeron el convergente Rull y el consejero Puig que Navarro se quiere aprovechar de un incidente aislado y la consigna se extendió como un reguero de pólvora. Pilar Rahola, la mossa del año, la articula en La Vanguardia:
"Si la señora estuviera vinculada a la 'crispación' que asegura Navarro, podría tratarse de crispación económica, municipal, social o política, y en las cuatro, los 'motivos' de la agresora podrían achacarse a la crisis, lío local, desahucios, ideología, etcétera. En el último caso, podría ser una socialista enfadada, una soberanista enfadada, una pepera enfadada y una sursuncorda enfadada, y en todos los casos sería sólo una impresentable agresora.
Pero a pesar de las múltiples opciones y de que ninguna embrutece a la opción ideológica, sino sólo a la agresora, Navarro lo ha aprovechado para vender su producto político como el único dialogante y convertir a los millones de personas que defienden la consulta en culpables de una insostenible crispación que llevaría a la violencia. Le ha faltado poco para achacar a Mas la agresión, aunque por ahí han ido los tiros".
Crispación en versión Rahola, Ussia y Girauta
La articulista resume la situación en una frase definitiva: "Puestos a enfadarnos, lo único realmente crispante es no permitir votar a un pueblo". Crispante, crujiente y caliente actualidad en torno al PSC, un partido en la diana de Iniciativa, ERC, CiU y los columnistas del régimen. En sentido opuesto, Alfonso Ussia, en la contraportada de La Razón subraya un detalle ambiental de la Ciudad Condal. Dice así: "En las calles de Barcelona, la siempre tolerante, cariñosa y amable Barcelona, empiezan a ser frecuentes las, acuñadas por Santiago Amón, 'miradas de Rentería'".
El concepto es de una plasticidad aplastante. Juan Carlos Girauta, en las páginas nobles de Abc, desarrolla la cuestión de las miradas:
"La miseria moral del nacionalismo impide a los afectados (incluyendo las más altas instancias locales) condenar sin más que a un líder político le arreen un puñetazo por la calle. Cuando se condena la violencia, se condena sin más. No se contextualiza, ni se invocan supuestas violencias simétricas, ni se aprovecha la tesitura para discrepar de la víctima. Pere Navarro sabe y denuncia el origen de la crispación catalana, y ha establecido un nexo entre la atmósfera del «proceso soberanista» y la agresión, en la que halla motivos ideológicos. Todos los personajes públicos catalanes incómodos al nacionalismo catalán saben muy bien de qué está hablando Navarro cuando nos informa de «las miradas de odio», de los insultos por la calle, de las amenazas constantes".
La opinión de "los nuestros"
Arcadi Espada, en El Mundo, aporta otra perspectiva, relativa a la cuestión de si Navarro hizo bien al dejar marchar a su agresora o si tal condescendencia es el síntoma reflejo de una empanada mental:
"Yo comprendo esa manera de pensar, tan propia de la izquierda, que consiste en liberar de responsabilidad a las pobrecitas personitas. Y hasta cierto punto, al que probablemente llego por caminos muy distintos de los de Navarro, lo comparto. Pero mi escepticismo ante el libre albedrío humano no supone desprotección ante los ataques de la fiera. Es probable que la dama de Tarrasa no pudiera hacer otra cosa que lo que hizo; pero tampoco la víctima debería haber podido hacer otra cosa que llevarla ante la policía, que se explicara y que pagara. Si no lo hizo fue porque no estaría en su naturaleza hacerlo. En esa mencionada naturaleza global de la izquierda, que irresponsabiliza a las personas. Pero también en esa naturaleza concreta del socialismo catalán, que lleva treinta años poniendo la otra mejilla ante el nacionalismo y diciendo dejadlos ir mientras muestran al mundo su tumefacto rostro de nazarenos".
No es que el Abc sea un diario precisamente afecto a las tesis que defiende Pere Navarro, pero el coscorrón editorial que le propina es como para recordar la frase, creo que de Pío Cabanillas, "al suelo que vienen los nuestros". El editorial es duro, afilado: "En lugar de situarse en el sitio adecuado, es decir, en la defensa de la Constitución y la democracia, Navarro conduce al PSC hacia una supuesta «tercera vía» que únicamente beneficia a los independentistas. Ni siquiera el hecho de ser víctima de un acto de agresión injustificable le lleva a una reflexión sensata, porque sigue pretendiendo mantener la «equidistancia» a costa de perjudicar gravemente la defensa del Estado democrático. Por supuesto, este periódico seguirá condenando una y otra vez cualquier tipo de excesos. Sin embargo, sería deseable que el PSC aclarase cuanto antes sus ideas para evitar el deterioro de la convivencia en Cataluña".
Un ministro zarandeado
La Vanguardia abrió ayer sus puertas a Navarro, que acompañaba a Elena Valenciano en su acto principal en Cataluña, mientras el PP presentaba a Arias Cañete y su programa electoral por Barcelona y Castelldefels. Obtuvo un cierto consuelo y muchas muestras de solidaridad, pero eso no significa que el diario de Godó se haya pronunciado, de momento, al respecto. Sí que cuentan que otro político conocido, nada menos que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, también ha sufrido un incidente de parecidas características. La información es de Iñaki Ellakuría, quien escribe: "Entre las muestras de apoyo que recibió Navarro destacó la llamada telefónica del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien le expresó su malestar por lo ocurrido. Fernández, además, le desveló que recientemente él también fue objeto de una agresión parecida a las puertas de un céntrico restaurante de Barcelona, cuando estaba con su familia. Un matrimonio se acercó al ministro y lo zarandeó mientras le gritaban: 'Hijo de puta, estarás contento con lo que hacéis'. La escolta de Fernández evitó que la situación pasara a mayores".
En esa pieza también se recogen las tesis de la contraparte: "Menos amables fueron las palabras del consejero de Empresa, Felip Puig, quien reprochó al líder del PSC que utilice la agresión como 'un argumento del debate político sobre el proceso que vive este país' [por Cataluña]. A un 'hecho puntual' también quisieron limitar la agresión CiU y ERC, negando cualquier vínculo con el soberanismo".
El incidente del ministro está en la portada de El Mundo, bajo una fotografía del acto de Mas con los Mossos firmada por Jordi Soteras. No se la pierdan, es como esas colecciones de soldaditos de plomo que había en los escaparates de las jugueterías predigitales. "Eres un fascista", titulan en El Mundo, pero se refieren al insulto que recibió el ministro en Barcelona, a un palmo de la cara. El texto es de Lucía Méndez y Cristina Rubio: "El incidente sufrido por el ministro del Interior fue muy parecido al que ha denunciado el líder de los socialistas catalanes, Pere Navarro. Jorge Fernández Díaz, histórico dirigente del PP catalán, había mantenido la discreción sobre unos hechos que sucedieron el domingo 6 de abril durante una celebración familiar, pero tras escuchar el relato de Navarro se sintió identificado con él y ha decidido hacerlo público para evidenciar la gravedad de la fractura social que -a su juicio- el proceso independentista está abriendo en la sociedad catalana".
¡En el pasaje de la Concepción!
Prosigue la información, con el apresto de los detalles: "Esto es lo que sucedió según han relatado a este diario fuentes próximas al ministro catalán. Jorge Fernández celebraba su cumpleaños y acudió a comer con su familia a un céntrico restaurante barcelonés. A la salida, en el Pasaje de la Concepción que une el Paseo de Gracia con la Rambla Cataluña, se le acercó una mujer de mediana edad y de clase media -la misma descripción que ha hecho Navarro de su agresora-, que le agarró fuertemente del brazo y le llamó "hijo de puta, fascista y cabrón". Tanto el ministro, que conducía el carrito de su nieta, como su familia y los escoltas se quedaron helados, aunque la mujer -que había dejado a su marido atrás para acercarse al ministro- siguió insultándolo mientras se alejaba. Los escoltas no llegaron a intervenir". El pasaje de la Concepción, la rue por antonomasia, la zona cero de algunas de las más grandes catástrofes de la gastronomía local y uno de los lugares más pintorescos y trillados del Eixample.
Se harán bromas, si no se están haciendo ya, sobre este asunto en las redes sociales, aunque es difícil a poco que uno se ponga en situación y piense, por un momento, en cosas como ir en el Ave y que un individuo interrumpa tus cogitaciones para preguntarte cosas del tipo ¿usted por qué odia a Cataluña?, referido de primera persona en otro artículo de Girauta para Libertad Digital. No obstante se me ocurre una que seguramente no tenga ninguna gracia, pero de las descripciones físicas que han hecho Navarro y Jorge Fernández de sus recientes interlocutoras transeúntes, Pilar Rahola, Carme Forcadell y Muriel Casals estarían en el grupo de presuntas sospechosas.
El día en papel trae muchas más noticias. El malestar de Aznar porque no le proponen participar en la campaña de las europeas. Un acto del ex presidente del Gobierno en Cataluña es como un titular soñado, un mirlo blanco, una de esas cosas que parecen una profecía de Nostradamus, como la de los cuatro papas de estos días. Podríamos estar días con el tema, los mismos que La Razón y el Abc han dedicado a glosar los últimos acontecimientos vaticanos. La noticia, en este caso, es de carácer cuantitativo, puesto que ambos diarios subrayan que el Papa Francisco pasó más rato con el Rey y la Reina que con Obama.
La sustitución de Arias Cañete por su número dos, Isabel García Tejerina, es una noticia de carril en un día en el que aún se registran ecos de la presentación de Societat Civil Catalana. En La Razón, el imprescindible José María Marco fija su mirada en el puñetazo y en SCC en una combinación sutil de causas y efectos:
"La sociedad civil, cuando lo es de verdad, no suele ser agresiva ni violenta. Al revés, refleja la voluntad de vivir juntos, y es consecuencia de una actitud que no considera los proyectos de vida ajenos como adversarios. (...) Lo contrario está ocurriendo en Cataluña, en donde una presunta 'sociedad civil', bien manipulada desde el poder, se manifiesta para ocupar el espacio público. Se crea así un clima de crispación que da pie a incidentes como el sufrido por Pere Navarro. Denota bien, por su trivialidad, hasta qué punto se está fomentado la intransigencia. Por eso es tan importante que surjan opciones como la de Societat Civil Catalana...".
De vuelta a las noticias, más madera, Mas con los mossos, el ¡Viva España! fuera y la señera dentro, y la redada contra quienes enaltecen el terrorismo en las redes sociales, que ya tienen sus barrios chinos y chungos, barra libre a todos los odios. El señalamiento vía digital es otro de los alicientes temáticos de la jornada. El hijo de Javier Pradera anda acosando en "can piulada" a Hermman Terscht, curado de espanto. Y más odios. El platanazo del jugador del Barça Alves es otro de los temas estrella, la apertura de El Periódico, que recoge la solidaridad internacional generada por el cinematográfico gesto del futbolista al comerse la banana que un perturbado le lanzó desde el graderío de un campo de fútbol mientras ejecutaba un saque de esquina. El homenaje al futbolista es generalizado y se combina en las portadas con el funeral de Francesc "Tito" Vilanova en la catedral de Barcelona.
El lado frívolo está en los lamentos que la prensa catalana dedica al conmocionante hecho de que El Celler de Can Roca ya no es el mejor restaurante del mundo. Lo vuelve a ser el Noma, un local danés que tuvo que cerrar en el pasado por una intoxicación alimentaria. Y lo dice una revista inglesa, que es como otra broma en plan un danés, un inglés y un catalán y un solo paracaídas.
29 de abril, Santa Catalina de Siena, San Hugo Abad y Santa Tertulia, virgen y mártir.