Vida
Insultos a Marhuenda e incienso para Mas en 'La Vanguardia'
El Vaticano no se ha pronunciado en los dos últimos días en contra del "proceso", afirma Ara. En El Punt Avui celebran el "Sí contundente" en Crimea. Alicia en El País y un frente "unionista" en Abc.
17 marzo, 2014 09:38Crimea copa las portadas. El presidente de la Generalidad, Artur Mas, no quiere saber nada de comparaciones, ahora precisamente. En una semana, Crimea ha pasado de tener un parlamento regional a votar en referéndum su secesión de Ucrania y su regreso a la Rusia imperial. Invadida por los soldados de Putin, la vía crimeana es la que señala la "Assemblea Nacional Catalana", la expresividad de los hechos consumados. El enviado especial de TV3 subrayaba en el parte del mediodía que de los quince días que llevaba en la zona, el domingo de la votación era el más tranquilo y pacífico. Bendita democracia, el derecho a decidir es el lexatín de los pueblos. Un domingo cualquiera en Simferópol. Después de la invasión, del corralito para evitar la fuga de capitales, de las manifestaciones y contramanifestaciones, ayer domingo se verificó en paz y tranquilidad el 9-N crimeano. Una pasada de unanimidad, una mayoría aplastante a favor de Rusia, orden y nostalgia. La prensa de Barcelona y Madrid anota un ochenta por ciento de participación y un 95 por ciento de las papeletas con el sí. A los crimeanos se les ve contentos, la verdad, así que lo mismo parecen independentistas frente al hotel Majestic que "unionistas" del Bajo Llobregat el día que España ganó el mundial.
En realidad, casi todo el mundo es partidario de no hacer comparaciones. Y casi todo el mundo las hace. La comparación es la parábola de los tiempos. Hermann Tertsch sea probablemente el periodista español más documentado sobre el particular de Crimea. Escribe para el Abc. Hoy titula su colaboración así: "Comparaciones obscenas". Y afirma:
"Es manifiestamente injusto comparar la lucha de un oficial del Ejército rojo que, arma en mano, combate por su vida, por su patria y por su ideal comunista entre las ruinas de Stalingrado, con las miserables actividades de un funcionario comunista que se enriquece con el estraperlo, dirige un burdel y denuncia a sus camaradas. Son dos comunistas. Cierto. Pero distintos. Pues viene a ser lo mismo comparar a un nacionalista ucraniano que defiende sus fronteras legales e internacionales contra los intentos de Rusia de arrebatarle una vez más la soberanía, con un nacionalista catalán que practica cómoda, impune y muy lucrativamente desde su despacho oficial de la Generalidad, del Estado español, el chantaje permanente contra la unidad e integridad de España".
La conclusión de Tertsch es tan desoladora como precisa: "Hay mucho intoxicador y mucho intoxicado. España parece más vulnerable a cualquier propaganda que suene antioccidental. Lo cierto es que la destrucción de la integridad de Ucrania por la fuerza sería un misil contra la estabilidad en Europa. También dentro de Rusia. La destrucción de España sería un misil contra la Unión Europea. Indecente e inmoral es, en todo caso, comparar a quienes se juegan la vida propia y de sus hijos con quienes no se juegan ni la merienda".
Comparaciones al margen, Mas ha dedicado el fin de semana a la práctica de la pirotecnia. En El Periódico se apuntó a la vía de la ANC de la declaración unilateral de independencia. Lo pueden ver en la web. Se trata de un coloquio en "petit comité" con ciudadanos no periodistas. Comenta Mas que no renuncia a agitar ese espantajo por su valor de farol en la "negociación" (sic) con el Estado. Es la solución total, una arenga desde el balcón de Companys o en la fuente de Canaletas. Además de la aportación de El Periódico, Mas ha sacrificado el fin de semana en la abductora tarea de diseñar la República. Jordi Barbeta, en La Vanguardia, acentúa el "discurso más izquierdista" de Mas. Se lamenta el cronista de que las referencias a Crimea y a lo de David y Goliat (eso sí que es una comparación con un par) taparán el "giro a la izquierda" de Convergència. La evolución del personaje Mas también es un fenómeno religioso para el periodista, la conversión de un tipo común en un líder carismático. Escribe Barbeta:
"Artur Mas no ha destacado nunca como ideólogo ni como estratega. De hecho, llegó a la política casi por casualidad y se enfrenta a los problemas con mentalidad aritmética. Mas se convirtió al soberanismo tras concluir que el problema que tenía planteado no tenía otra solución. Ahora, camino de Ítaca, ha vuelto a caer del caballo. Era de derechas y la realidad le ha convencido en dejar de serlo. Tiene un ápice de razón la derecha cuando le trata de antisistema, porque, efectivamente, se ha rebelado".
En el "soviet" del Ara la religión es denominación de origen Vaticano, pata negra. Inasequibles al desaliento y atentos a las consignas, el titular principal del diario apela directamente a la fe. Te lo crees o no te lo crees. "El Vaticano se niega a pronunciarse contra el 9-N". Sostienen tal afirmación en una crónica de Joan Serra y Jesús Bastante Liébana en la que se atribuye al ya ex presidente de la conferencia episcopal, el cardenal Rouco Varela, una operación para que el papa se pronunciara contra el secesionismo que no cuajó, según ese texto de Ara. Hay hasta documentación escrita del nuncio del Vaticano en España reprendiendo públicamente al abad de Montserrat por afirmar que la Santa Sede reconocería inmediatamente un Estado catalán. Pero qué mas da. Ojo, Obama tampoco se ha pronunciado en contra. De lo de Crimea, sí, pero del tema catalán no se le ha escuchado ni palabra.
En la portada de El Punt Avui manda una entrevista al consejero de Cultura, Ferran Mascarell, uno de los intelectuales del proceso y gran fichaje de Mas para la causa. Dice que la "tercera vía" no es nada y que el Estado español ya no rula. Mascarell y la razón práctica: cada cierto tiempo hay que cambiar de coche, de marca de tabaco o de vida o de trabajo, es impepinable. Pero más sustancioso resulta el abordaje en la portada de El Punt Avui del tema Crimea: "Sí contundente" celebra el periódico con la fotografía del vuelco de una urna. Es lo de TV3, el triunfo de la democracia aplastante, subgénero o sucedáneo catalanista, fervor y hervor de fin de semana tras un siete a cero del Barça al Osasuna. Visca Crimea!
De vuelta a las comparaciones, Mas ha incurrido en una de las más comunes. Ha estado sembrado el president. Les recomiendo el visionado del discurso de clausura de la convención convergente. Es el club de la comedia, Kike San Franscisco haciendo chascarrillos sobre España. Todo un humorista Mas en el tramo en el que se choteaba de Margallo. "España es anterior al big bang" se descojona el monologuista. Y el auditorio que se parte y se monda. Y ahí encaja ese "yo soy David", el de la honda. Pero nada de violencia, esto no es Crimea, remacha el Saulo de Barbeta. Es la misa convergente.
En La Razón, Mas y Crimea forman parte del mismo debate. El titular de portada es una alerta: "La última baza de Mas, sacar a la gente a la calle como en Ucrania". El subtítulo ilustra las prevenciones del diario de Planeta: "El presidente de la Generalidad aseguró ayer que no descarta la declaración unilateral y augura movilizaciones". El artículo de Toni Bolaño describe el contexto con precisión: "Afirma (Mas) que la secesión de Cataluña no se puede comparar con Crimea. En Cataluña no hay violencia. ¿Seguro, presidente? ¿Cómo hay que interpretar este tuit? 'Buenos días. La animadversión por el derecho a decidir de sectores españoles o partidos en pleno siglo XXI no puede ser gratuita'. Es de julio de 2013. Origen: cuenta oficial de Convergència Democràtica. No es el único. Las musas del secesionismo llaman colonos a los castellanohablantes -Anna Tarrés-, los tildan de colaboracionistas -Toni Soler-, consideran que vinieron cargados en vagones que envió Franco -Montserrat Carulla-, que España es un estado terrorista -Toni Albà- y algún que otro energúmeno -por cierto, no desmentido- pide juzgar a quienes no comulguen con la independencia". Inapelable.
Más detalles. El futuro de Alicia Sánchez-Camacho. El País ya no parece tenerlo tan claro. Miguel Noguer, en un apunte, destaca que si bien se baraja su nombre para las listas europeas, el asunto no está ni mucho menos decidido: "El relevo de Sánchez-Camacho presenta muchos riesgos. De entrada, el PP carece en estos momentos de un sustituto claro como jefe de filas en el Parlamento autonómico. Además, nadie sabe a ciencia cierta si en otoño habrá elecciones anticipadas en Cataluña, algo que convierte el relevo de la líder en una operación de alto riesgo". El titular es "Sánchez-Camacho, en la cuerda floja", tal cual.
En el Abc, la salida europea de Sánchez-Camacho es un "viejo rumor". Escribe María Jesús Cañizares:
"Menos favorecedores son los sondeos para el PP que preside Alicia Sánchez-Camacho, de ahí que cobre fuerza un antiguo rumor, su marcha al Parlamento europeo. Es justo recordar que Camacho logró el número más alto de escaños de la historia del PP catalán, un total de 19. Que Mas comió de su mano pues, gracias a los populares, pudo aprobar los presupuestos de 2011 y 2012. Y que ha soportado una fortísima campaña de acoso, tanto político, como mediático y personal. Cómo entender si no que el caso Método 3, en el que aparece como víctima de espionaje -el libro publicado por el cerebro de la trama fue titular en TV3-, le haya erosionado. Me cuentan que, en una reunión privada, aseguró estar dispuesta a sacrificarse en favor de un frente constitucional liderado por Josep Duran Lleida. De ser cierta, atribuyo esta predisposición a un pronto, fruto del cansacio que supone advertir una y otra vez al presidente Mariano Rajoy de que hay que pasar a la acción porque el secesionismo en Cataluña se está enrocando".
En El Mundo, el titular principal es una entrevista con Carlos Lesmes, la primera que concede el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial. "Las decisiones unilaterales no encajan en la Constitución" es la frase escogida. El texto es de la decana de la crónica judicial María Peral.
De regreso a La Vanguardia, sorprende la crítica televisiva, que en realidad no lo es, de Fernando de Felipe. Deja las cosas claras desde el título: "Viva el gran Wyoming!". El contenido es un zurriagazo tras otro a Francisco Marhuenda, el director de La Razón, que se revela como una fijación de De Felipe:
"Con medicación o sin ella, Marhuenda parece decidido a que al presentador le piten los oídos día y noche de tanto citarlo. Y es que, venga a cuento o no, y aunque la ironía no sea precisamente lo suyo, cualquier ocasión es buena para mentarlo, tanto cuando se sabe rodeado de 'izquierdosos' tertulianos en la Sexta, como cuando se siente espartanamente arropado en 13tv por sus jaleadores colegas de pensamiento único. Su última reacción alérgica hasta la fecha le ha llevado a tildar a Wyoming de 'impresentable' y de 'busto parlante simplón', acusándolo incluso de 'no ser un hombre de grandes lecturas" (acusación esta última verdaderamente sintomática de lo mal que está este hombre, habida cuenta del poco amor a los libros y a la letra impresa que, más allá del Marca, profesa su idolatrado Rajoy). Tampoco sería descabellado pensar que Marhuenda, en el fondo (de su bilioso corazón), tan solo pretende llamar la atención de Wyoming cual enamorado no correspondido".
¿Medicación? ¿Bilioso? ¿Perro no come perro? Parece que Marhuenda le deba dinero o algo a De Felipe, cuyo ajuste de cuentas recoge La Vanguardia. Por una cosa parecida se dejaron de hablar un tiempo el editor Lara y el editor Godó.
A De Felipe le sale un ramalazo raro a mitad del artículo, cuando tilda a las trabajadoras y periodistas del equipo de Wyoming de "sección femenina" y escribe: "lo cierto es que ni el más ofendido Marhuenda podría negarle a Wyoming su exquisito gusto en lo que a colaboradoras se refiere". ¿Tal vez machismo o solo sana voluptuosidad la de De Felipe?
Una comparación más para acabar la revista. La Vanguardia muestra en su portada una de las especialidades de la prensa editada en Barcelona, un "clásico" del periodismo catalán. "El comercio crece en Cataluña y cae en Madrid", nos ilustra el decano de la prensa condal. Claro, ya se sabe. Lo catalán no sólo es mejor, sino también la medida universal, la "mida mitjana" catalana. ¡Ponme una caña, Sebastián, con su rayo sideral!
17 de marzo, San Patricio y San Agrícola.