Vistas las portadas de la prensa de Madrid, cabría preguntarle al presidente de la Generalidad, Artur Mas, qué parte de la palabra "no" le plantea dudas de comprensión o interpretación. El adverbio de negación es simple, directo y compacto. No es un "no, pero" ni un "ahora no". Es "no". Aún así, Mas insiste, se esfuerza y se retuerce de mil maneras para obviar el sentido primero y último del no, para superar el escollo semántico de la partícula negativa, su exacta, inconmovible y consistente naturaleza, el significado subyacente y el sentido literal. No, nein, niet.
En El Mundo se lo ponen en caja alta, vulgo mayúsculas. "NO de los empresarios a Artur Mas", reza la portada del rotativo madrileño. En el Abc subrayan la persistencia patronal también como primer argumento de primera página: "Los empresarios vuelven a decir 'no' a Artur Mas". En La Razón recibieron ayer al ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, pero también les cabe la negativa y más: "Los empresarios evidencian la soledad de Mas y aseguran que no se implicarán en el proceso soberanista". Y en El País, otra de lentejas: "La gran patronal catalana rechaza la apuesta soberanista".
El software de Mas está dañado, hay palabras que no entiende, actualizaciones en las que se bloquea y entra en esa fase en la que el ordenador parece querer decirnos algo pero está encallado. De todas maneras, no es culpa suya del todo. Que la prensa de Madrid dice 'no' es tan aparente como que la prensa de Barcelona no dice nada (o casi) sobre lo de Joan Rosell, presidente de la CEOE, y lo de Joaquim Gay de Montellà, presidente de Fomento Nacional del Trabajo (Foment).
De esta forma, el president también se puede leer cuatro periódicos sin que nadie le diga que no, lo cual puede que explique algo del comportamiento de Mas. En El Periódico, un pequeño sumario de portada apunta: "La patronal se desmarca de la petición de ayuda de Mas". Completa la lectura de los hechos con la frase "Rosell pide diálogo y señala que 'España debe entender que en Cataluña hay un problema'". Y no se refiere al problema de la comprensión lectora. En La Vanguardia, otro tanto: "El presidente de la CEOE insta a afrontar el problema de Cataluña". Eso sí, aclara que "Rosell y 'Foment del Treball' rechazan implicar a las patronales en el proceso soberanista", que es lo más próximo al "no", de entrada y de salida, que se registra en la prensa catalana. El Punt Avui se deja de paños calientes y acusa: "Foment y la CEOE hacen frente común contra el soberanismo", titular que supone, al menos, haber superado la fase de la negación. ¿Y el Ara? El Ara no da nada en portada sobre este particular, pero merece un comentario aparte. Sigan leyendo.
En sentido positivo (lo que hablando del "no" en la prensa no deja de ser contradictorio), de la negativa empresarial cuelgan matices, con lo que no estaríamos ante un "no" a secas sino ante un "no" y "no sólo", lo que demuestra la capacidad virguera del "no" bien acompañado.
A la primera pregunta, los empresarios han respondido que no. Ya después está el porqué (estabilidad política, seguridad jurídica y estímulos fiscales en lugar de proclamas, cartas a Malta y entrevistas en la Cope). Y, por último, una petición a Madrid de diálogo, que es un clavo ardiendo. Claro que un clavo es un clavo, siempre.
En El Mundo, Salvador Sostres tiene una explicación que no pasa por los empresarios, sino por el presidente del Gobierno:
"Rajoy, que es un killer silencioso, le ha tomado la medida al mundo independentista y les responde callando. No se presta a que le usen de sparring, ni alimenta una dinámica pensada para crecer en la reacción y el agravio. A Mas le ignora como interlocutor y el mayor terror que tiene el president no son los tanques ni la Guardia Civil, ni que le suspendan la autonomía o le metan en la cárcel, sino declarar la independencia de Cataluña y que todo continúe igual porque Rajoy no le tome en serio y nadie le haga caso. (...) El estilo de Rajoy es sigiloso y desconcertante, y cuesta de entender hasta a sus colaboradores más cercanos, pero así estamos saliendo de la crisis, así se ha desvanecido Bárcenas, y así Mas y Quico Homs nos demuestran, una vez más, que no es necesario que España venga a hacernos nada porque ya los propios catalanes nos encargamos de destruirnos y de humillarnos".
El Mundo editorializa sobre el contencioso de Mas con los empresarios, pero tampoco se llama a engaño sobre la posición de las élites económicas:
"Lo cierto es que al recordar a Mas sus respectivas obligaciones, los empresarios, lejos de pasar de la política, fijan posición contra la ruptura y por la convivencia. De hecho, el propio Juan Rosell ya avisó la semana pasada de que la independencia supondría, además de un desastre económico, «un importante destrozo de las relaciones humanas». Estos mismos empresarios que ahora se oponen al proyecto soberanista de Artur Mas suscribieron en 2009 la campaña proEstatuto impulsada entonces por su predecesor en el Gobierno autonómico, José Montilla. Esto revela hasta qué punto el actual presidente de la Generalidad actúa de espaldas no sólo a lo que advierten reiteradamente los dirigentes de la UE, sino a quienes de un modo más directo conocen las necesidades económicas de Cataluña. Los empresarios catalanes sí quieren una agencia tributaria propia y un pacto fiscal, según reiteraron ayer, pero no quieren ni oír hablar de independencia. El presidente [autonómico] catalán debe dejar de conducirse como un autista ajeno a las advertencias que, desde Europa, España y su propia comunidad, le lanzan sobre las dificultades que afrontaría una Cataluña independiente. Ojalá los empresarios catalanes logren que el presidente [autonómico] catalán abandone su sordera y los escuche".
El pacto fiscal y una hacienda propia, como un traje a medida, son los límites del campo, que los empresarios quieren de juego en vez de batalla. De golf, a ser posible, con suaves lomas y setos altos, para facilitar el diálogo.
Hay otros dos artículos destacables sobre el caso catalán. Se trata de Abc y se trata de los textos de Juan Carlos Girauta y Hermann Tertsch. El primero alerta de "El peligro de los últimos coletazos", título de su colaboración:
"Ahora empiezan a comprender que no tienen nada que hacer, como lo demuestran las recientes declaraciones del presidente de la Generalidad a Corriere della Sera: convocará elecciones anticipadas. Se da por hecho que la fecha será la prevista para la consulta. Sin vanagloria: lo predije en estas páginas. Pero el resentimiento sembrado en unos, la frustración provocada en otros, quedará ahí. Además, el dúo no abandonará el escenario sin dar sus últimos coletazos. En esta reacción de perdedores, desesperada y temeraria, se inscribe la decisión gubernamental de llevar a los juzgados a Federico Jiménez Losantos para, según dicen, proteger el honor del pueblo catalán. No les gustan ciertas palabras, que en todo caso iban dirigidas al nacionalismo catalán, no a Cataluña (una confusión propiciada por quienes decidieron llamar «minoría catalana» a los diputados de CiU en el Congreso). Los nacionalistas catalanes no admiten que se les retrate, y menos que se les tilde de totalitarios. Ellos que comparan a Albert Rivera con José Antonio. Ellos que llaman nazis a los empresarios alemanes. Pero la desesperación es mala consejera: en Federico, su diana favorita, apuntan a una víctima de verdad, una víctima del terrorismo separatista. Han traspasado muchos límites, pero este se les va a resistir. No saben dónde se han metido".
¿Cómo? ¿Federico? Tertsch abunda en el enésimo capítulo de la caza de brujas, lo del CAC y los funcionarios de la Stasi escuchando a Jiménez Losantos y redactando informes sobre lo que opinan los tertulianos. Es una carta abierta:
"Me dicen, querido Arturo, que nos habéis denunciado. Que habéis presentado una denuncia ante el Juzgado de Primera Instancia Nº12 de Barcelona contra varios periodistas. ¡Qué cosa tan rara, Arturo! Un Gobierno democrático de Europa occidental que presenta una demanda contra muchos periodistas. No contra un periodista por cometer un delito. Sino contra varios, muy distintos, de medios muy diversos. Muchos no viven en Cataluña, sino en otros puntos de España. Bajo otras jurisdicciones. Y ninguno de ellos ha sido acusado de tales delitos por ninguna instancia. Algunos de los periodistas ya han recibido la citación, toda ella en catalán. Imagina que no la entienden. O que responden en alemán, en ruso o en yiddish. Para así comenzar esta relación en perfecta falta de respeto mutua. Raro. Periodistas acusados desde el poder por opinar. Me recuerda a mi época en el Este bajo el Pacto de Varsovia.(...) Vuestra delirante denuncia se basa en un informe de un organismo inventado para la censura. Que ha fabricado la conclusión de que cometimos el delito de «fomento del odio, menosprecio o la discriminación por motivos de nacionalidad y opinión». Aquí, lo sabes, los únicos que fomentan el odio a todo lo español sois vosotros. Quienes consideramos a los catalanes españoles no podemos odiaros. Solo deseamos que los aquejados por ese veneno decimonónico del nacionalismo despierten del tóxico sueño y sean otra vez con serenidad ambas cosas, españoles y catalanes, a la vez".
Es de recomendable lectura el artículo, además, por los detalles familiares de carácter histórico a los que recurre el autor.
Fuera de Cataluña, la muerte de los subsaharianos, los saltos en Melilla al grito de ¡Barça! ¡Barça!, la deuda pública y el conflicto diplomático entre la UE y Suiza son algunos de los asuntos destacados, como la reflexión de Dolores de Cospedal sobre las "intrigas" en el PP, partido cuyas diferentes "sensibilidades" se torpedean con inquina sin que ello parezca implicar la recuperación del PSOE. En El Periódico, por ejemplo, destacan los artículos de Josep Borrell y Joan Tapia. El primero de ellos sobre las fronteras internas en Europa. El segundo es Europa, lo que de momento, incluye Cataluña. Dice Tapia que Durao ha pinchado la burbuja independentista. El mal rollo entre Salmond y Cameron también está en los periódicos. El Reino Unido empieza a convertirse en el antiejemplo.
La sensación puede ser la de que Mas camina hacia el ridículo, casi en solitario. Que el proceso está tocado y hundido, que el no de Isidre Fainé, según la lectura de El Mundo, es el resultado de la consulta. Pudiera ser, como también que Artur Mas se rehaga y se levante, se reinvente y recupere la iniciativa. El fin del proceso es un titular recurrente dentro del proceso. Es notorio que los empresarios piden un diálogo que ya existe y sobre el que se trabaja a ambos lados del puente aéreo con perspectivas de recambio de régimen.
Necrológicas: Ha muerto Robert Descharnes, que fuera fotógrafo, secretario, ayudante, hombre de confianza de Dalí. Es un obituario de La Vanguardia firmado por Josep Playà Maset:
"Descharnes, que vivía retirado en Azay-le-Ridau (Loira), fue nombrado hace dos años Caballero de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura francés. Pero de su currículum señalaba con especial orgullo su decisiva actuación para salvar a Dalí de un incendio en Púbol. Descharnes dormía la noche del 30 de julio de 1984 en ese castillo cuando se produjo un cortocircuito. Acudió a la habitación y, junto con un guardia civil, pudieron sacarlo a rastras, pero con graves quemaduras y casi ahogado por el humo. Polémicas al margen, es indudable que su vida estuvo unida a la de Dalí".
El comentario aparte sobre el Ara. La fotografía principal de la portada es la de un niño sirio de cuatro años. Caminaba solo por el desierto porque había perdido a su familia. La imagen viene firmada por Andrew Harper, de Acnur y recoge el momento en que personal de Naciones Unidas encuentra al crío, camino de Jordania.
18 de febrero, San Simeón, primo carnal del Señor.