Rajoy es inasequible al desaliento, las críticas y los elogios. Practica un estoicismo posmoderno con un mentón que parece de cristal pero que en realidad es una aleación de metacrilato y grafeno, granítico y hormigonado. Frente al estoicismo marianista se emplaza el escepticismo de los periódicos, incluso de los más partidarios. El presidente del Gobierno es dueño de sus silencios, de sus tiempos y de sus impresiones. No hace falta explicarle Cataluña ni lo que pasa en Cataluña, que fue lo primero que dijo el sábado en Barcelona. En general se ha valorado su discurso como la primera evidencia de que el líder del PP está al caso del expediente catalán y dispone de un argumentario legal y económico frente al separatismo. Hasta ahí todo va bien, tal vez con un cierto retraso, pero en línea con el hardware político del domador de la prima de riesgo.
Es la teoría, pero al Abc le interesa la práctica e insta al presidente a predicar con el ejemplo. Se trata de un editorial titulado "Rajoy, de las palabras a los hechos". Esto es, "facta, non verba". El texto tiene un aire conminatorio:
"Si el discurso de Rajoy en la Convención del PP catalán es, de verdad, el punto de inflexión a partir del cual la prudencia irá de la mano de las decisiones, de ahora en adelante cabe esperar que el Gobierno ejecute una estrategia política y social en Cataluña contra el separatismo. Hace bien Rajoy en anunciar que no penalizará a los catalanes con un cierre de ayudas a la Generalidad, pero, al mismo tiempo, debe instar a la Fiscalía General del Estado y a la Abogacía del Estado a que persigan judicialmente hasta el último céntimo malversado por ayuntamientos, diputaciones y gobierno catalanes en promocionar la independencia. Los mensajes de Rajoy deben traducirse en decisiones visibles de oposición activa al separatismo".
El columnista Ignacio Camacho, que fue director del diario monárquico entre Zarzalejos y Zarzalejos, es de un optimismo temerario, puesto que se permite dar unos consejos al líder popular de un tono y una sustancia que provocarán más de un sarpullido en el blindado entorno de Rajoy. Sostiene Camacho: "El presidente del Gobierno pronunció el sábado en Cataluña el discurso que se espera de un presidente del Gobierno en Cataluña. Tal vez fuese además en el caso de Rajoy uno de los mejores de su carrera. Se le entendió todo y se le entendió bien. (...) Sin embargo, y por alguna razón vinculada a la dificultad gubernamental para la comunicación política –que no es lo mismo que la política de comunicación–, ese discurso imprescindible fue pronunciado en un día inadecuado, la fecha semanal en que menos repercusión puede tener".
Del fallo de programación deduce Camacho que:
"El presidente ha disparado su mejor bala al aire de un día de esparcimiento, cuando la sociedad desactiva su atención en el debate político. El pasado lunes, con toda la agenda informativa a su disposición, desperdició una entrevista televisada en prime time, y el sábado se tapó a sí mismo una declaración decisiva, formidable, con un calendario y un timing mal diseñados. Quería hacerla en Cataluña, claro, pero el jefe del Gobierno puede y debe elegir la planificación de sus viajes para que el efecto de su presencia alcance el mayor impacto posible. Y el conflicto catalán, que el nacionalismo alimenta con pasión contumaz día tras día y hora tras hora, exige algo más de dedicación que los fines de semana".
La portada del diario El Mundo es incluso más dura, pero no es previsible que provoque el más mínimo rictus en Rajoy. Por arriba afirma el periódico que "El Estado recaudará lo mismo tras la reforma fiscal de Rajoy". Es una información de Casimiro García Abadillo sobre la intención de rebajar el IRPF para las rentas de hasta 33.000 euros y subir el IVA de la gasolina, eliminar la desgravación por vivienda y las bonificaciones empresariales. Por debajo, Carmen Remírez de Ganuza relata el portazo de Aleix Vidal-Quadras al PP y su ingreso en Vox, el nuevo partido de José Antonio Ortega Lara y Santiago Abascal.
"Un partido no es un rebaño flanqueado por mastines tras el pastor" es el título de la portada y una de las consideraciones que el, ahora sí, ex dirigente incluye en su carta de despedida. Rajoy, como mucho, las colecciona. De Gabriel Elorriaga, María San Gil, Abascal y ahora Vidal-Quadras. Hablamos solo de las que publica El Mundo incluso antes de que al destinatario le abran la correspondencia. La novedad del caso es que se trata de una vídeo carta abierta, dirigida a Rajoy y a los militantes, enviada a los correos electrónicos, uno a uno, nada de spams, de sus ex compañeros, según relata la periodista. "Desde que el Gobierno inició su andadura, mi diagnóstico sobre la crisis múltiple y profunda que atraviesa España -económica, institucional, moral y de unidad nacional- y las soluciones que deberían aplicarse no sólo son distintas de las del Gobierno sino que, en cuestiones esenciales, son contradictorias", dice Vidal-Quadras en su alocución, tras un fondo de libros, destaca Remírez de Ganuza, para reforzar "su perfil más intelectual".
El País tampoco está por la labor de concederle al presidente el más mínimo alivio. El domingo llegaba a proponer un referéndum en toda España sobre el "encaje" de Cataluña en un editorial en el que reprochaba a Rajoy una supuesta incapacidad para formular alternativas atractivas al caso. En apenas una semana, el diario de Prisa ha pasado de aplaudir con las orejas el "milagro" económico protagonizado por el Gobierno a dar cera con cualquier excusa. "El PP aboca al archivo una docena de casos de torturas y genocidio". Firman el texto Miguel González y Fernando Garea, que no se refieren a la Guerra Civil sino al "recorte de la jurisdicción universal", que es eso de la Audiencia Nacional cuando se pone farruca y lo mismo empapela a un presidente del Barça que a la cúpula del Partido Comunista chino por lo del Tibet. En puridad, eso supone el sobreseimiento de asuntos como la muerte del cámara José Couso en Bagdad, los vuelos secretos de la CIA o Guantánamo. Es decir, la Audiencia Nacional de Ruz, Pedraz y otros contra los Estados Unidos de Norteamérica, lo que seguramente es tan justo como inviable.
En la primera edición de El País, en la página 17, aparece una crónica de Pere Ríos y F. Manetto titulada: "El frío 'espíritu de Fonteta'".
"Uno de los presentes al almuerzo -escriben Ríos y Manetto- explica que la parquedad verbal de Mas se hizo extensiva al resto de invitados. Todo un síntoma del distanciamiento que algunos sectores del empresariado han marcado con él a causa del proceso soberanista. El llamado 'espíritu de Fonteta' -el nombre proviene del municipio gerundense donde Conde (el cazatalentos catalán que fichó a Esperanza Aguirre) tiene su masía- es un intento de la influyente sociedad civil catalana en facilitar el acuerdo entre Madrid y Barcelona, pero lo cierto es que el sábado se avanzó poco en esa senda. 'Nada trascendente, cortesía y poco más', relató uno de los presentes".
Esta pieza desaparece en la edición catalana de El País, sustituida por la información del ingreso de Vidal-Quadras en Vox.
La actualidad manda y actualidad también es la segunda avería del avión del Príncipe Felipe, portada en La Razón y en La Vanguardia, diario que en los últimos días emite señales confusas. Sin ir más lejos, la carta del director, Màrius Carol, de reconocida trayectoria como periodista de Corte. Se titula su texto "Ruth Madoff, como la Jasmine de Allen", un comentario sobre la última película de Allen (Woody) y la portada del Vanity Fair sobre la esposa del financiero estafador. "Ruth y Jasmine son iconos de la inmoralidad de sus maridos. Y, de alguna manera, cómplices indispensables de sus fechorías", concluye el director. ¿Cómo? ¿Una alusión velada a la infanta Cristina, que sería 'cómplice indispensable' de su marido Urdangarín? Hay que ser muy mal pensado. La noticia es que una película se mantiene en la cartelera barcelonesa después de dos meses y medio. "Un milagro", se exclama Carol.
La crónica sobre el aparato del Príncipe (perdonen la grosería) es de Mariángel Alcázar, que cuenta hasta lo del indicador del aceite. "Dos averías en dos meses en el mismo avión oficial, y las dos le han tocado al Príncipe", arranca su información la periodista, sucesora de Carol en la crónica real. La cuestión es que por ahorrar se ha cambiado a la empresa de mantenimiento. La austeridad y tal, pero las fotos del Príncipe bajando las escalerillas del zepelín (según el chiste de Toni Batllori) no sólo sugieren el alivio del personaje por haber aterrizado en Tegucigalpa tras una peripecia en dirigible. ¿Dónde está la princesa? Ni rastro de Letizia, que no está o no acompaña o no sale en las fotos o algo. Debería seguir la prensa del corazón para estar al tanto de que a lo mejor todo el mundo sabe dónde está y porqué no está con el Príncipe, si es que no está. En fin, que ni rastro del paradero de la princesa en las informaciones desde Tegucigalpa, una palabra que da gusto escribir, la capital de Honduras. Aunque Alcázar firma lo suyo desde Barcelona. Tegucigalpa, nada que ver con el gran Atahualpa Yupanqui. La base aérea del principesco aterrizaje se llama Palmerola. De locos. Tegucigalpa.
En Ara descubren el argumentario que envió el ministro (de Exteriores y Cooperación) Margallo a los embajadores para desactivar la ofensiva internacional de Mas. Escriben David Miró y Marc Colomer de "las diez manipulaciones del informe Margallo" con evidente retranca. "La doctrina Margallo, al descubierto", braman en portada sobre una impactante fotografía de Pere Tordera oscurecida para encajar el texto y en la que el ministro (ausente en la convención pepera, por cierto) es una metáfora del mal, una mezcla de Doctor No y Hannibal Lecter, peor que el actor secundario Bob incluso. El ministro estará encantado puesto que no queda nada mal en la imagen. Gesto concentrado y seriedad. Un buen retrato. Y dice que tiene hasta doctrina propia. ¿Qué más se puede pedir? ¿Aterrizar en Tegucigalpa?