Vida
La única duda de Mas sobre el referéndum: ¿septiembre u octubre?
Si la prensa no miente, el presidente autonómico convocará un referéndum el próximo año de la misma manera que ha ratificado a Manel Prat al frente de los mossos. Otro presidente, Aznar, presenta libro con Piqué.
7 noviembre, 2013 09:19En la política catalana las horas pasan lentas y los días a la velocidad de los segundos. Un día los periódicos dicen que votaremos sobre la independencia y al siguiente, que no habrá consulta. Todo es posible, sobre todo lo improbable. El director general de los Mossos d'Esquadra, Manel Prat, que estuvo pendiente de un hilo durante dos días terminará la semana ratificado en el cargo. Han cambiado su cabeza por las pelotas de goma. La bronca de Mas a Espadaler se vio en TV3 y se puede leer entre líneas en las crónicas de los periódicos. En La Vanguardia explican Enrique Figueredo e Iñaki Ellakuría todos los pormenores del rescate de Prat, desde el plano policial al político, de un callejón del Raval a los pasillos del Parlamento autonómico. El periódico de Godó había pedido la dimisión o en su defecto el cese de Prat, el clamor era unánime y Espadaler había evitado confirmarle en su puesto ante las cámaras de la televisión autonómica.
El gesto de autoridad de Artur Mas al confirmar a Prat al frente de la policía autonómica define rasgos del carácter presidencial, entre tenaz y testarudo, y permite aventurar que si ha dicho que habrá consulta, de uno u otro modo la habrá. La portada de La Vanguardia encaja el golpe de efecto de Mas con un titular escueto bajo una foto de Messi, del que dicen que ha vuelto. "Espadaler defiende al jefe de los Mossos e insiste en 'los errores' de la Policía" es el titular dedicado al caso Benítez.
Respecto a la consulta, una pequeña nota sombreada al pie de la página 13: "Ortega sitúa la fecha en octubre del 2014". Son razones "logísticas", ha comentado la vicepresidenta del Ejecutivo autonómico. En titulares mayores o más pequeños, el referéndum es un hecho informativo tan evidente en el plano periodístico como relativo (tirando a que va a ser que no) en las conversaciones privadas de los que saben de qué va todo. Si el mantenimiento en su puesto de Manel Prat contra viento y marea es significativo de un talante rocoso también lo es de una "voluntad política" que no tiene límites, y mucho menos constitucionales. Son datos a tener en cuenta al abordar la descripción de los puentes tendidos entre el Gobierno y el Gobierno autonómico, entre el PP y CiU o sobre si la consulta se hará o no. En El Periódico es hoy asunto prioritario: "La fecha de la consulta divide al Gobierno [autonómico] y ERC". Se trata de ese retraso que podría hacer coincidir la votación catalana con el referéndum escocés.
Quizá lo más prudente sea no pronunciarse (o pronunciarse alternativamente a favor y en contra) hasta pasadas las elecciones europeas, el próximo mayo, cita electoral que parece predestinada a centrarse en el "tema catalán", cosa que ya encaja en un ámbito de autonómicas plebiscitarias. Aquí, de unas municipales salió la República, ¿no? La última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) es el tema principal de la portada de casi todos los periódicos. En El Mundo: "Rubalcaba bate récords: el 91% de españoles no confía en él". En La Vanguardia: "El CIS da un respiro al PP y enoja al PSOE". En Abc: "El PP aumenta su distancia con el PSOE hasta los 7,2 puntos" (la fotografía es para el presidente de la Comunidad Valenciana y el asunto del cierre de Canal 9). En La Razón: "Rajoy al alza". En El País manda el capítulo de los espías, con la comparecencia del general Félix Sanz a puerta cerrada en el Congreso. "El jefe del CNI garantiza 'al 99,9 %' que Rajoy no fue espiado por EE UU". La crónica es de Miguel González y en ella se lee que el general dijo: "Los datos que tengo de los españoles no los comparto con nadie".
El diario de Prisa recela de la encuesta del CIS, como el PSOE y maneja sus propios datos sobre el humor electoral. "Alarma en el PP por la crisis valenciana" es el titular de una información firmada por Carlos E. Cué y F. Manetto. En ella se afirma que las encuestas del PP "dan por perdida la plaza" y que esos mismos sondeos también ciernen sombras sobre la Comunidad de Madrid. Las próximas elecciones, las europeas, serán el primer test sobre el terreno de lo catalán y todo lo demás.
En el Ara mantienen el cierre del Canal 9 para abrir la portada de hoy. "Revuelta en Canal 9" titulan sobre una fotografía de una conexión en directo desde la calle, en Valencia. Salvador Almenar firma la crónica en la que se describe la "toma" de la televisión autonómica por parte de la plantilla y que "airean los trapos sucios". Puro periodismo, que si el perfil bueno de Zaplana, que si la censura sobre el cheque bebé de Zapatero. Era así y puede que hasta peor. Menos mal que TV3 es modélica en todo. En El Punt Avui también hablan de un modelo singular, el policial. "Prou pilotes de goma", titulan sobre una foto de Prat sonriente. Crisis resuelta en el edén catalán.
Mas está adoptando un aire presidencialista más parecido a la tableta de Aznar que a la mano blanda de Zapatero, lo que es evidente en las declaraciones, gestos y miradas del líder nacionalista. El desgaste es visible y consecuente con la alternancia de lentitud y vértigo, esa sensación extraña de que falta una eternidad para lo que está a la vuelta de la esquina. De cumplirse los planes de Mas, falta menos de un año para que los catalanes decidan sobre el Estado, el propio y el actual.
Arcadi Espada se refiere en El Mundo al voto del presidente de Freixenet. "A Bonet, por describir el doble destino hiriente de tantos catalanes, han querido desfigurarle en Cataluña aludiendo a las intenciones comerciales que lleva su mensaje. Que un catalán pueda haberle dicho a otro, como reproche, que la única intención de su conducta es el comercio, me parece la expresión más inesperada y antipatriótica de la verbosidad nacionalista. Y la prueba, subrayada con el lápiz del tendero, de hasta donde llegaron las aguas fecales", escribe Espada, quien, por cierto, recuerda los anuncios de las burbujas Freixenet que dirigía Leopoldo Pomés.
Eran otros tiempos y ningún tiempo está a la altura de la nostalgia. En una esquina de la portada de El Mundo arranca un texto de Lucía Méndez sobre: "El 11-M de Aznar". Se titula: "Un puñal cruel y helado" y comienza así:
"La escena cumbre del drama aznariano está en la página 304 de El compromiso del poder, su segundo libro de memorias. La fecha es el 14 de marzo de 2004 y el escenario es la catedral de la Almudena, donde se va a celebrar el funeral por las víctimas de la masacre. Antes de comenzar la misa, un hombre devastado por el dolor y la rabia se acerca al presidente del Gobierno y le dice: 'Señor Aznar, le hago a usted responsable de la muerte de mis dos hermanas'. Catorce palabras que se le clavaron en el corazón del gran líder 'como un puñal cruel y helado'. Así es como lo escribió en su diario..."
Ese diario y esas memorias de Aznar recogen muchas anotaciones, sensaciones y algunas conclusiones; largos paseos a caballo y reproches a la izquierda. Hoy se presenta este libro en Madrid. Se anuncia en una mirilla de La Vanguardia. Aznar tendrá de padrinos a Josep Piqué y al ex líder de CCOO José María Fidalgo. Se explica también que el libro de memorias de Zapatero, de la misma editorial, se presentará el próximo 26 de noviembre. ¿Título? El dilema. 600 días de vértigo.
Antes, Zapatero y Aznar hubieran sido considerados demasiado jóvenes para dedicarse a las memorias. Ahora todo pasa más rápido y las memorias no son una forma de despedirse de la política, son una manera de estar. Mas, por ejemplo, podría tener preparadas ya dos de las tres partes que suelen tener los dramas y los libros. La forja de un independentista sería la travesía en el desierto tripartito. La consulta, el nudo. En un par de temporadas se puede hinchar a vender libros; impresiones aznarianas en un escenario postzapateriano, con el desenlace, la independencia o no, en pretérito.