En los periódicos, aciertos y errores acostumbran a ser cosa del azar, felices hallazgos o terribles despistes, siempre casuales. Antes, los consultores ponían como ejemplo de buenas prácticas el funcionamiento de los diarios. Sostenían que el caos era creativo y a la vez productivo, porque de otra forma no se entendía que cinco minutos antes del cierre todo el periódico estuviera por hacer y siempre llegara puntual a los quioscos. Camba dejó escrito que, en realidad, los periódicos se hacían solos. Eran otros tiempos.
Quien los lea con la actitud de un conspiranoico podrá flipar lo que quiera y probar las más variadas teorías, pero el error pesa más que la astucia, el olvido tonto suele estar por encima de la intención aviesa, no hay mensajes ocultos. Osvaldo Soriano, un gran periodista y escritor argentino, se durmió mientras cubría un partido de fútbol y publicó una crónica entera con el resultado al revés, dando como perdedor al vencedor, Estudiantes frente a Boca, o algo parecido. Eso son los periódicos. Pero a veces, muy pocas veces, en días especiales, un diario te sorprende con un detalle que sí tiene una intención, un punto (o una tonelada) de malicia, un mensaje directo, de hombre a hombre, o una clave oculta, para espías, un reto o un choque de cuernos en plena berrea.
Es sabido que las relaciones entre el Grupo Planeta (La Razón, Antena 3...) y el grupo de La Vanguardia no pasan por el mejor momento. De uno a otro lado hay toquecitos, pijaditas, el comentario de un articulista, la respuesta de una tertuliana, y así; un Rahola contra Marhuenda en la tele más insospechada y en prime time, a su izquierda, con calzón cuatribarrado, etcétera. Un conflicto mediático de baja intensidad. Hasta hoy. El conde de Godó se ha plantado, ha dicho basta y le ha mandado un recado de aquí te espero al editor José Manuel Lara, el patrón de Planeta. Les cuento: hoy se fallan los premios y ayer, Lara protagonizó la rueda de prensa total. Todos los periódicos hablan de eso, del viaje que le metió a Mas, de que la independencia es imposible, de que quién va a pagar las pensiones de los catalanes y de que la fractura social ya es "irreversible". Está en casi todas las portadas y lo dan por amplio todos los diarios. ¿Todos? Hasta tres veces he recorrido las páginas de La Vanguardia para encontrar la información, de eso y de lo del Premio Planeta, un acontecimiento de los que salen hasta en los gratuitos de las panaderías y se explican en la radiofórmula.
Pues lo da, sí que lo da, La Vanguardia. Media columna, en la sección de Cultura, página 29. Titular: "Planeta espera que Amazon sea un aliado de los libros". ¿Y lo de la independencia y tal? También sale. Último párrafo, nueve líneas nada menos: "Preguntado sobre el desarrollo del proceso soberanista catalán, Lara reiteró su rotunda oposición, y consideró 'imposible' que la independencia llegue a consumarse. Puso los ejemplos de Baviera y Córcega para argumentar por qué tanto Alemania como Francia se opondrían". Firma la media columna un tal "Redacción". ¿Qué, cómo se han quedado? Por estas cosas merece la pena aún comprar los periódicos.
Más sorpresas. A veces, te crees que estás leyendo una información y te están colando una promoción. Te lo dicen, sí, pero de aquella manera. Por ejemplo, lo dan camuflado, titular tipo: "¿Dónde está Wally?". Ejemplo. Dice El Mundo en su primera plana, "El director de Método 3 acusa a Camacho de encargar la grabación de La Camarga", escondido entre lo de Aznar y Rajoy, pero ahí está. Buscas la información y te encuentras con una página de publicidad de esas de injertos de pelo. Entrevistan al dueño de la agencia, que ya ha escrito un libro para la editorial del periódico. Cuesta 20,90 euros. No les digo más porque destrozaría el final de la película.
Destaca también la portada de El Periódico, pero destaca mucho. Un concierto de Miguel Bosé, foto y titularazo: "Mucho Bosé en el Liceo". Ha sido largarse Joan Matabosch (el ex director del antaño local de ópera y música en general) y el primer concierto es de... ¡¡¡Miguel Bosé!!! Aún recuerdo cuando se quemó el Liceo, la chispa de un soldador dijeron. Y lo que costó reconstruir aquello. Las polémicas por los carteles de cantantes como Aznavour o Raphael, la expectación ante los estrenos de las grandes óperas, las bofetadas para conseguir entradas. Y ahora resulta que se ha convertido en un garito como El Sidecar, con todos los respetos por El Sidecar si aún existe.
Ahora, en serio. Los barones del PP y Rajoy copan la prensa catalana. Coinciden Ara y El Punt Avui en subrayar lo de que el presidente dijo que no cambiará cromos con Cataluña. También utiliza el "cambio de cromos" El Periódico. Y hasta La Vanguardia titula: "Rajoy a sus barones: 'No cambio ningún cromo con Cataluña'". Se trata de la revisión de la financiación autonómica, un espectáculo comunitario, y de la posible publicación de las balanzas fiscales. Juan Carlos Girauta, en Abc, aporta un interesante dato sobre el debate: "¿Saben que, según el criterio ampliamente aceptado en Cataluña, a efectos de cálculos de las balanzas fiscales no se considera que los catalanes no nos beneficiemos de los gastos de Defensa o los gastos en embajadas?", comenta el articulista. Se podrá decir que nos los podríamos ahorrar, como tantos otros, pero lo que está claro es que los pagamos todos, lo diga un teórico de la territorialidad o un sufrido contribuyente.
En El Mundo dan amplia cobertura al discurso de Aznar, acompañado de María San Gil, en San Sebastián. Gran titular: "Aznar pide a Rajoy que 'lidere' a España frente al separatismo". Habla el ex presidente de un "desfalco de la soberanía nacional" y de que "no hay moderación en aceptar la ilegalidad". En Abc, como en La Razón, la foto es para el Rey, que ayer preparó la Cumbre Iberoamericana con Rajoy, Margallo y el Príncipe, pero destacan también el discurso de Aznar. En La Razón, como es obvio, recogen las palabras del editor.
En El País informan de que ya hay cuatro consejeros autonómicos y un dirigente de Convergència que discrepan abiertamente de Mas. Es una crónica de M. Noguer y M. Roger. Los disidentes son Ramon Espadaler, Felip Puig, Lluís Corominas, Josep Maria Pelegrí y Santi Vila. La acusación formal es que han sugerido que tal vez no se pueda celebrar el referéndum en 2014 o que se deban hacer unas plebiscitarias en 2015. El Soviet Supremo está que trina.
El fallecimiento de Max Cahner centra la atención en la prensa catalana, donde se le rinde homenaje como "último noucentista", hombre de pensamiento y acción, gran catalanista, hijo de unos padres que tuvieron que huir de la Alemania de Hitler y primer consejero de Cultura de Jordi Pujol. Ciertamente, el catalanismo ha perdido a una de sus figuras clave. Y las letras, a un erudito y a un gran editor. Como hombre de acción, se le atribuía en el telenoticias de TV3 la primera idea en lo de crear la televisión y la radio públicas catalanas. Jordi Pujol le dedica un obituario de una página en Ara. Ayer, en la tertulia matinal de TV3, fue Isabel Nadal quien explicó cómo se marchó Max Cahner de Convergència. Fundó un partido y lo integró en ERC. Pere Esteve, también fallecido, lo imitaría años después. Ahora es el partido entero el que migra hacia la Esquerra.