Hay iglesias imponentes, como la Sagrada Familia, otras destacan por su historia y algunos lo hacen por su emplazamiento. En Tarragona hay una que impresiona por esto último,
La Ermita de la Mare de Déu de la Roca, en Mont-roig del Camp, se encuentra, literalmente, erigida entre las rocas. Unas rocas muy particulares, elevadas a 300 metros sobre el nivel del mar y de un color rojizo, tan intenso, que parece Marte. ¿Qué hace allí?
Es todo un misterio. Si se atiende a las leyendas, las iglesias solían construirse en algún lugar cercano a donde se aparecía la virgen. Aquí, en cambio, no se sabe.
La primera mención documentada de la ermita se remonta al año 1230 y no hace referencia a la Virgen. Sí se sabe que, desde entonces, el santuario ha desempeñado un papel espiritual y simbólico para los habitantes de Mont-roig del Camp y sus alrededores.
Impacto de la guerra
Durante la Guerra de la Independencia, en 1811, la ermita fue destruida, aunque posteriormente se emprendió su reconstrucción, que culminó con la edificación de la capilla de Sant Ramon en 1826.
La capilla, situada en una posición elevada, fue concebida también como punto de referencia para los navegantes que transitaban la costa. Su ubicación estratégica hacía visible su silueta desde el mar, convirtiéndola en una guía luminosa en un tiempo en que la costa aún carecía de faros modernos.
Cómo es la ermita
Pero lo más sorprendente de todo es que está entre las rocas y sus detalles arquitectónicos. A pesar de lucir simple, es imposible no fijarse en que ha tenido que hacerse un lugar en medio de la naturaleza.
El edificio principal, de planta cuadrada y una sola nave, está parcialmente excavado en la roca rojiza que le da nombre. Fue construido con mampostería tradicional y su simpleza contrasta con lo impactante del lugar.
Ermita de la Mare de Déu de la Roca
Declarado Bien Cultural de Interés Nacional por la Generalitat el templo brilla por su simpleza y su fuerza. Pareciera que este pequeño edificio soporta él solo el peso de la roca.
La ermita en sí es una pequeña capilla de arquitectura modesta y sencilla. La fachada luce blanca, con unos ladrillos del color de las rocas en un lateral. En la parte posterior, un campanario ciego remata la estructura y refuerza su perfil característico
La iglesia que inspiró a Miró
El conjunto se completa con varios espacios auxiliares vinculados a las funciones religiosas y de acogida. En su interior se conserva una imagen de la Virgen, centro de la devoción popular, así como diversos elementos ornamentales que reflejan la continuidad del culto mariano a lo largo de los siglos.
La plaza a la que se abre su fachada se ha convertido en un espléndido mirador de la zona. Un paisaje que, como la misma capilla fascinó al mismísimo Joan Miró.
"La ermita de la Virgen de la Roca siempre ha sido un gran impacto para mí. Ese color rojo avinagrado que dio nombre al pueblo...", relataba en un documental sobre la influencia de Mont-roig en su obra.
No es para menos. Estas tierras parecen completamente salidas de otro planeta. Sus colores, sus formas, la vegetación y esta ermita tienen algo de extraordinario. Cerca de allí se encuentran varias cuevas esculpidas en la montaña, fruto de la erosión.
Tradición viva y funciones actuales
El paisaje es realmente mágico y es lugar de peregrinación y celebraciones religiosas. Cada 8 de septiembre tiene lugar la festividad de la Mare de Déu de la Roca.
Durante ese día, los vecinos y devotos peregrinan hasta aquí y celebran una misa en honor a la Virgen. Al terminar, celebran el tradicional Ball de Coques, danza popular documentada desde antiguo.
Montanya del Areny
Durante el resto del año son muchos los que se acercan hasta ella desde Mont-roig del Camp. Otros, toman la iglesia como punto de partida para adentrase en la montaña del Areny, el Marte en tierras catalanas.
Cuevas
El itinerario más emblemático lleva a los visitantes a la Cova Foradada. El recorrido es relativamente fácil hasta aquí, pero si se hace una ruta circular, ésta no es apta para las personas que sufren vértigo.
Tras la cueva, la ruta desciende por las Escales del Diable, una sección con pendientes pronunciadas. En el Clot o pla de l’Areny, una formación en forma de circo, llega la siguiente parada para apreciar el paisaje de la zona.
Para quienes prefieren una ruta más accesible, existe un itinerario alternativo que parte del parking de la Cova del Patou. Aunque se tome una ruta u otra, esfundamental llevar calzado adecuado, agua y protección solar.
Y para descansar, peregrinos y excursionistas que vienen a conocer la zona, los ermitaños disponen allí mismo de un albergue. Además de alojamiento, ofrece un servicio de restaurante con gastronomía típica de la zona.
Cómo llegar
Si uno prefiere no caminar, se puede ir andando. La Ermita de la Mare de Déu de la Roca es fácilmente accesible por carretera.
Desde Tarragona, el trayecto en coche es de solo 40 minutos. Hay que ir por la autopista AP-7 hasta la salida hacia Mont-roig del Camp y allí segur por la T-322 gasta la capilla. Desde Barcelona, el viaje dura un poco más, cerca de una hora y 45 minutos.
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