El pueblo de Lleida que engaña con su nombre de cava, Sant Guim de Freixenet

El pueblo de Lleida que engaña con su nombre de cava, Sant Guim de Freixenet AYUNTAMIENTO SANT GUIM DE FREIXENET

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Del tren al yogur: el pueblo de Lleida que engaña con su nombre de cava

Viejas escuelas y bordas dan personalidad a un municipio de lo más particular

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Quien sea fan del cava puede sorprenderse circulando por las carreteras de la provincia de Lleida. En medio del altiplano de la Segarra hay un municipio con nombre de burbuja: Sant Guim de Freixenet.

¿Tiene algo que ver con las bodegas? No; estas están en el Penedès. El topónimo tiene un origen más tradicional. Se trata de un nombre compuesto que hace referencia a la vegetación del entorno, más concretamente al fresno, freixe en catalán.

Aunque el nombre actual del municipio surge en el siglo XX, cuando se fusionaron los antiguos núcleos de Sant Guim y Freixenet, dos pequeñas comunidades rurales que acabaron formando un único pueblo.

Pero esa tradición agrícola y ganadera de la comarca ha cambiado. La fisonomía actual de Sant Guim de Freixenet es sorprendentemente moderna.

La llegada del ferrocarril

El gran motor de su desarrollo fue la estación de tren, inaugurada a comienzos del siglo XX como parte de la línea Barcelona–Lleida. Lo cambió todo.

Para empezar, su urbanismo: se trazaron calles rectilíneas y planas, poco habituales en pueblos medievales, en función de la estación, que se convirtió en punto neurálgico. Y, a su alrededor, se levantaron talleres, almacenes y pequeños comercios que dinamizaron la vida económica.

El yogur que lo cambió todo

A la historia ferroviaria se suma otro elemento que ha proyectado a Sant Guim de Freixenet mucho más allá de sus fronteras: Pastoret, la reconocida marca de yogures y postres lácteos.

La empresa, que empezó como una pequeña explotación familiar, ha crecido hasta convertirse en un referente internacional, con una planta de producción situada en las inmediaciones del pueblo.

Sant Guim de Freixenet

Sant Guim de Freixenet AJUNTAMENT DE SANT GUIM DE FREIXENET

Pastoret ha generado empleo, fijado población y situado Sant Guim en el mapa para miles de consumidores que desconocen que la marca nació aquí. No tendrán cavas, pero los yogures también dan riqueza.

Sin embargo, en torno a la economía que ha favorecido el crecimiento del municipio, sobrevive el pasado medieval e histórico del lugar. Y, como es habitual, la iglesia ocupa un papel central.

Más allá de la estación

Es el principal edificio patrimonial del casco antiguo. De origen románico, ha sido reformada en diferentes épocas, combinando elementos medievales y modernos. Su campanario corona la parte alta del pueblo y es una referencia visual inconfundible.

Más allá de la estación, que mantiene la estructura original, las viejas escuelas y algunas viviendas conservan el estilo propio de la primera mitad del siglo XX, en contraste con la arquitectura de piedra tradicional.

Bien de interés cultural

Porque sí, como buen pueblo de pasado medieval, aquí todavía se pueden ver varias bordas y masías aisladas, con sus campos de cultivo que explican la economía histórica de la Alta Segarra. Eso sí, ahora quedan en los márgenes del núcleo urbano.

Y más allá, la constelación de pequeños municipios de notable valor patrimonial como Amorós, La Rabassa o La Tallada, declarada Bien Cultural de Interés Nacional. A pesar de tener una sola calle y varias masías, en este enclave se erige la Bodega Cooperativa, una obra del arquitecto Cèsar Martinell (discípulo de Gaudí), construida en 1920 y considerada parte destacada del patrimonio catalán.

Cómo llegar

Por eso, aunque no tengan cavas, una visita a Sant Guim de Freixenet bien merece la pena. Aquí hay calma, historia y patrimonio a los que se accede cómodamente en coche.

Está a 50 minutos de Lleida y es tan fácil llegar como tomar la A-2 y salir en dirección a Cervera. Tras abandonar la autovía, una carretera local bien señalizada conduce al municipio en unos diez minutos. Desde Barcelona el camino es el mismo, solo que en dirección contraria y algo más largo: el trayecto en coche dura una hora y 20 minutos, con carreteras amplias, fluidas y bien señalizadas.