El pueblo de Girona de menos de 180 habitantes y un castillo que engaña, Torrent

El pueblo de Girona de menos de 180 habitantes y un castillo que engaña, Torrent VISIT EMPORDÀ

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El pueblo de Girona de menos de 180 habitantes y un castillo que engaña: una perla por descubrir

El núcleo histórico, pequeño pero acogedor, gira en torno a la Iglesia de Sant Llorenç

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El Empordà es una de las zonas con más encanto de la provincia de Girona. Cobija el arte de Dalí, las ruinas grecorromanas de Empúries, varios castillos medievales de defensa y unas playas increíbles. 

También cuenta con pueblos erigidos en piedra como Canapost, Pals, Peratallada, Palau-Sator y otros menos conocidos, como Torrent. Este último tiene apenas 173 habitantes y un encanto por descubrir.

La primera impresión al llegar es la de encontrarse en un pueblo medieval. Se repite la estampa: casas de piedra, callejuelas estrechas y masías dispersas por el paisaje. La diferencia está en la calma. 

Torrent no es un destino de masas, sino un refugio. Un lugar hecho sin prisas y para ser visitado liberado de ellas. Eso permite descubrir detalles arquitectónicos casi inadvertidos o, simplemente, escuchar el silencio.

El casco histórico

El núcleo histórico, pequeño pero acogedor, gira en torno a la Iglesia de Sant Llorenç, el edificio más emblemático del municipio. De origen medieval, sus primeras estructuras se remontan probablemente al románico tardío, aunque el paso de los siglos ha dejado en ella numerosas capas de historia. 

La iglesia, anclada en el centro del pueblo como una brújula temporal, muestra una arquitectura sobria que combina elementos románicos, góticos y reformas posteriores. Su nave única y las capillas laterales añadidas entre los siglos XVI y XVIII le dan otra forma.

La iglesia de Sant Llorenç

Uno de los rasgos más interesantes de Sant Llorenç es precisamente su espíritu híbrido. El visitante atento descubrirá la estructura robusta propia del románico, la elevación y la luz del gótico y la sobriedad de las reformas del siglo XIX. 

El campanario, de base cuadrada, conserva proporciones medievales, mientras que la fachada y ciertos volúmenes revelan intervenciones más modernas. En el interior, la atmósfera es sencilla, casi austera, pero cargada de historia, especialmente en sus retablos tardíos.

A pocos metros, aunque fuera del circuito turístico habitual, se alza el Castell de Torrent, una joya discreta y prácticamente desconocida incluso para muchos ampurdaneses. 

No es un castillo monumental ni una fortaleza militar como el Montgrí o el de Begur, sino una casa fortificada medieval: una de esas construcciones híbridas que ejercían a la vez funciones residenciales y defensivas.

Un castillo falso

Su origen podría situarse en los siglos XIII o XIV, cuando muchas familias nobles o terratenientes erigían pequeñas fortificaciones para proteger sus tierras en épocas de inestabilidad. 

Hoy, el castillo es propiedad privada y no puede visitarse por dentro, pero su presencia imponente se aprecia desde el exterior. Sus muros gruesos, su planta sólida y la evolución arquitectónica visible —ventanas ampliadas en época moderna, portal adovelado, volúmenes añadidos con los siglos— impresionan.

El entorno

En el pasado, fue el centro laico del poder local, complementando la función religiosa de la iglesia. Controlaba el territorio agrícola, administraba tierras y actuaba como referente en momentos de inseguridad. 

Con el tiempo, perdió su carácter defensivo para transformarse en masía, integrándose por completo en el paisaje agrícola del Empordà. Pero, más allá de su patrimonio, Torrent también conquista por su entorno natural.

Casas de Torrent

Casas de Torrent WIKIPEDIA

Los caminos rurales que lo rodean ofrecen algunas de las estampas más bucólicas de la comarca: campos de cereales mecidos por el viento, hileras de cipreses que escoltan senderos, masías centenarias y pequeños bosques que cambian de color con cada estación. 

La proximidad con pueblos como Pals o Peratallada hace posible conocer otros lugares del Empordà, pero con la paz de un pueblo de menos de 200 habitantes.

Cómo llegar

Torrent está a media hora de Girona. Basta con tomar la carretera C-66 en dirección a La Bisbal d’Empordà, enlazar con la GI-652 hacia Pals y, desde allí, seguir las indicaciones hacia el pueblo. 

Desde Barcelona, el viaje dura aproximadamente una hora más. Se llega por la AP-7 en dirección a Girona hasta la salida 9; después, se continúa por la C-35, que conecta con la C-31 hacia Palafrugell. Poco antes de llegar, aparece el desvío hacia Pals / Torrent.