La ruta de agua más bonita de Cataluña: cascadas, piscinas naturales y puentes colgantes

Pasada la época de la playa, queda la alternativa de la montaña. Siempre estuvo allí, y más en Cataluña, donde las piscinas naturales abundan.

Escoger una siempre es difícil, pero hay una que es conocido como la ruta del agua, una de las más bonitas de Cataluña.

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Ya se ubicación es especial. Está en la Garrotxa, conocida por ser la tierra volcánica de Cataluña y alojar uno de los hayedos más extensos de España, la Fageda d'en Jordà.

Allí no todo son cráteres y hayas, hay lugar para el agua. Las montañas están atravesados por ríos y riachuelos que conforman cascadas y piscinas, casi mini lagos que invitan a sumergirse en ellos.

Una de las opciones para descubrir varias de ellas es hacer la Ruta del Agua de Sadernes. Es uno de los itinerarios más frecuentados por excursionistas y familias, pero también de los más bellos.

Dónde está

El recorrido empieza en la pequeña iglesia de Santa Cecília de Sadernes, en el municipio de Montagut i Oix. Desde allí se accede a un bosque que va a seguir la riera de Sant Aniol. 

Esta pista forestal, llena de encinas y robles, forma parte del la zona protegida del Espacio Natural de Interés de la Alta Garrotxa. A medida que se avanza, el camino se estrecha y permite olvidar la civilización.

Un puente de medieval

El ruido de los motores dejan paso el rumor del agua que baja por la riera, hilo conductor de toda la ruta. En el paseo es habitual encontrar pequeños saltos, pozas y remansos.

Estos pasos de agua han de cruzarse en más de una ocasión. Uno de esos puntos de cruces es Puente de Valentí, una construcción de piedra de origen medieval que permitía antiguamente salvar el río y que aún hoy se conserva en uso. 

Gorg Blau Unió Excursionista de Catalunya

Este puente da paso a una senda que, poco a poco, se adentra en un valle cada vez más encajonado, con paredes de roca que se elevan a ambos lados. El sendero sigue cruzando la riera por pasarelas o piedras dispuestas como improvisados cruces.

La naturaleza también esconde tesoros arquitectónicos. Fruto de la mano del hombre, luce imponente la ermita de Sant Aniol d’Aguja.

Un templo y un puente colgante

Este templo románico del siglo XI se levanta en un pequeño rellano rodeado de bosque. A su lado, además, se encuentra un refugio que hace las veces de lugar de acogida para caminantes.

Desde este enclave parte un puente colgante que cruza la riera y conduce hacia un sendero ascendente. La señalización indica el camino hacia el Gorg Blau, una de las pozas más espectaculares de la Garrotxa.

Una poza azul

Su nombre ya da pistas de cómo es. Esta piscina natural destaca por el color intenso de sus aguas, un azul intenso que reposa entre rocas. El lugar se ha convertido en una de las imágenes más reconocibles de la Alta Garrotxa.

Quienes deciden prolongar la excursión pueden continuar hacia el Salt del Brull. Menos frecuentada que la piscina natural, bajo este nombre se halla una hermosa cascada.

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Una cascada imponente

Este salto de agua, menos frecuentado que el Gorg Blau, requiere de un trayecto adicional y de cierta destreza, ya que el camino es más estrecho y pedregoso. 

El recorrido completo hasta el Gorg Blau y el Salt del Brull suma unos 15 kilómetros entre ida y vuelta. El tiempo estimado para completarlo es de unas cuatro o cinco horas. 

Cómo llegar

Para hacer la ruta es necesario acercarse en coche hasta Sadernes. Se va por la AP-7 hasta la salida de Girona Nord, donde se enlaza con la carretera C-66 en dirección Besalú.

Una vez en el pueblo, se continúa por la C-260 hasta Montagut i Oix, donde aparece el desvío a Sadernes. El viaje es de una hora y 40 minutos desde Barcelonab.