Trabajar de manera autónoma nos da una gran independencia y puede resultar bastante más rentable que trabajar por cuenta ajena. Sin embargo, el marco legal español desincentiva el trabajo autónomo con unas cargas tributarias muy superiores a las que deben pagar los trabajadores y trabajadoras por cuenta propia en otros países de la UE, y el continuo incremento de las cuotas de autónomo o el IRPF agrava todavía más la situación.

Como resultado de la extraordinaria presión fiscal, muchos autónomos y autónomas han optado por dar de baja su negocio y buscar empleo en una gran empresa. Otros, en cambio, buscan la salida al ahogo financiero escalando su negocio hasta convertirlo en una empresa de mayor alcance. Por irónico que parezca, las empresas de mayor volumen pagan muchos menos impuestos que los autónomos y autónomas en relación con sus ingresos.

Si tu negocio autónomo continúa manteniéndose a flote y quieres ampliarlo para tratar de convertirte en un empresario o empresaria, estos consejos pueden ayudarte a conseguirlo:

Forma al nuevo personal, y aprende a delegar tareas

Lo primero que necesitarás es contar con el personal adecuado para escalar tu negocio. Al trabajar de manera autónoma, tendemos a hacerlo todo por nuestra cuenta. Sin embargo, nuestra capacidad física y mental tiene un límite. Necesitamos contratar a otras personas que nos ayuden a repartir la carga de trabajo, de modo que podamos dedicar menos horas a nuestro negocio, y, al mismo tiempo, ganar más. O esta es la idea.

El desafío de escalar un negocio autónomo mediante la contratación de nuevo personal no es sencillo, así que quizá quieras empezar contratando a una sola persona. Asegúrate de formarla de forma adecuada para que tus productos o servicios mantengan la calidad. Considera un contrato a tiempo parcial si tus ingresos son exiguos, y busca adherirte a cualquier posible subsidio para aligerar la carga financiera de esta contratación.

Distribuye las cargas de trabajo

A medida que tu empresa vaya creciendo, necesitarás seguir contratando a más personal para poder abarcar el aumento de la demanda. Esta etapa de crecimiento de tu empresa sigue presentando desafíos, pero debería resultar de más sencilla ahora que ya tienes experiencia contratando a empleados y empleadas. El problema pasa a ser la organización, así que deberías incorporar herramientas de gestión de proyectos al día a día de tu joven empresa.

Un software de gestión de tareas con el método Kanban desde el primer momento es la solución ideal para poder escalar tu negocio de manera fluida y según lo necesites. Este método fue desarrollado por Toyota, y utiliza tarjetas visuales para identificar tareas que pueden asignarse a diferentes tableros de trabajo. Este sistema es ideal para optimizar tu producción, cumplir con los ‘deadlines’, y asegurarte de que todo el mundo trabaja al compás.

Expande tu negocio

Cuando la organización interna de tu empresa funcione como un reloj y esté lista para adaptarse a cualquier circunstancia del mercado, será el momento de llevar tu negocio al siguiente nivel. Aquí es donde tendrás que plantearte los mercados donde quieres desembarcar para vender tus productos o servicios, por ejemplo, abriendo otro local o una nueva oficina, o bien incorporando una tienda online a tu negocio.

Dependiendo del tipo de actividad que desarrolle tu empresa, la expansión de tu negocio podría abarcar fácilmente los mercados internacionales a través de la digitalización. Aunque a veces tendemos a olvidarlo, España está muy bien conectada con otros países de la Unión Europea, y, además, el mercado latinoamericano es ideal para el crecimiento de cualquier empresa española, ¡así que te conviene considerarlos!

Evita los créditos innecesarios

Escalar el alcance de tu empresa de este modo puede involucrar grandes gastos en etapas puntuales del proceso, por ejemplo, para alquilar y equipar un nuevo local comercial. Aquí es donde entra el juego la financiación externa, ya sea en forma de créditos o de inversiones. Sin embargo, en 2024 las condiciones de los créditos en España son muy adversas, con lo que solo deberías planteártelos si tienes muy claro que la inversión será rentable.

En caso contrario, es preferible que optes por esperar y acumular algunos ahorros antes de pasar a la siguiente inversión. O, si lo prefieres, puedes buscar una solución intermedia y combinar tus propios fondos con un microcrédito de menor riesgo. Aquí es donde los neobancos pueden ser tu solución ideal, sobre todo si tienen su sede fuera de la Eurozona, donde los tipos de interés son inferiores y las condiciones de los créditos son más flexibles.

 

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