
Habla el Extranjero
Hace unos días, el mejor periódico del mundo, The New York Times –con permiso de The Wall Street Journal— dedicó un reportaje de portada a Barcelona, firmado por Liz Alderman, que había pasado cinco días en la capital catalana hablando con tirios y troyanos. Este reportaje ha sido glosado por algunos medios de la prensa española (El País y Ara, por ejemplo).
Cinco días es poco para palpar la realidad de una ciudad, pero la señora Liz Alderman, la redactora del TNYT, desde luego que los aprovechó a fondo.
Siempre es interesante, para saber quién eres, escuchar lo que los demás piensan de ti. En base a esta verdad, reproducimos a continuación los párrafos más jugosos del reportaje de la periodista Alderman que, como es tradicional en el periodismo anglosajón, comienza contando un caso particular, para de ahí elevarse al contexto general:
“En 33 años, Marga Aguilar nunca dejó de pagar el alquiler de su apartamento en un edificio de estilo modernista en el corazón de Barcelona. El propietario del edificio siempre la había tratado a ella y a los demás inquilinos como si fueran familia, y mantenía los alquileres razonables.
“Pero hace poco, cuando el propietario murió, la Sra. Aguilar, de 62 años, recibió un duro golpe. Un fondo de inversión holandés se apresuró a comprar el edificio —llamado Casa de la Papallona porque está coronado con un mosaico de una mariposa— con planes de convertir los apartamentos en lucrativos alquileres temporales. Los inquilinos recibieron avisos de desalojo, pidiéndoles que se marcharan al mes siguiente […]

El Eixample de Barcelona
En fin, una historia que oímos los barceloneses todos los días: la historia de cómo el capitalismo especulativo, más veloz que la acción gubernamental y los parches legislativos que se puedan aplicar, nos está robando a golpe de talonario las ciudades que hemos construido con prolongado esfuerzo de generaciones.
“España afronta una crisis de la vivienda que se ha convertido rápidamente en una de las más agudas de Europa”, sigue la señora Alderman. “Desde 2015, casi una décima parte del parque de viviendas del país ha sido adquirida por fondos de inversión, o convertida en alquileres turísticos. La escasez de viviendas ha contribuido a que los precios suban mucho más rápido que los salarios, haciendo que las viviendas asequibles estén fuera del alcance de muchos.
“El problema es complejo, quizás en ningún lugar más que en Barcelona, que se ha convertido en el epicentro del dilema de la vivienda en España —y en un crisol para los desafíos de intentar solucionarlo- […]
“A pesar de los esfuerzos para ayudar a los residentes a acceder a viviendas asequibles, los inversores han encontrado formas de eludir las restricciones.
“Las dificultades de Barcelona reflejan el dolor que azota a otras ciudades europeas: los bienes raíces residenciales se han convertido cada vez más en activos financieros para los inversores. Un auge del turismo global y de trabajadores que cruzan fronteras ha llevado a los propietarios a preferir alquileres a corto plazo sobre inquilinos protegidos a largo plazo. Las ciudades necesitan más viviendas, pero los altos costes y las regulaciones complejas han frenado la construcción. Un parque de vivienda social que antes era ejemplar para albergar a familias con dificultades se ha reducido después de que los gobiernos vendieran esas viviendas para recaudar fondos.

La superilla del Eixample AJUNTAMENT DE BARCELONA
El problema de la asequibilidad se ha convertido en uno de los principales motores de la desigualdad en Europa. Los alquileres en la Unión Europea han subido un 20% en 10 años, y los precios de la vivienda se han disparado a la mitad, según Eurostat. En 2023, uno de cada diez europeos gastaba el 40% o más de sus ingresos en vivienda.
“El problema es complejo, quizás en ningún lugar más que en Barcelona, que se ha convertido en el epicentro del dilema de la vivienda en España —y en un crisol para los desafíos de intentar solucionarlo.
“Con la esperanza de revertir la tendencia, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea, nombró recientemente al primer comisario de vivienda de Europa.
“En Barcelona, la situación se considera tan crítica que el alcalde, Jaume Collboni, se ha unido a sus homólogos de otras 14 ciudades europeas, incluidas Ámsterdam, Budapest, París y Roma, para instar a Bruselas a tratar la crisis con la misma urgencia que la defensa de Ucrania.
“[… ] Barcelona [… ] atrae a unos 15 millones de turistas al año. Decenas de miles de trabajadores extranjeros han inmigrado recientemente, impulsando la economía pero aumentando la presión sobre la vivienda.
“El derecho a la vivienda está protegido en la Constitución española. Pero los precios de alquiler han aumentado un 57% en el país desde 2015 y los precios de la vivienda un 47%, mientras que los ingresos de los hogares sólo han crecido un 33%, según PwC. Sólo en Barcelona, los alquileres se han disparado un 68% en una década".
Siguen unos párrafos sobre las medidas del alcalde de Barcelona y de la Generalitat para paliar la catástrofe. Entre ellas, “Barcelona se convertirá en la primera ciudad europea en eliminar las licencias para viviendas de Airbnb, exigiendo a los propietarios que en 2028 las ofrezcan como alojamientos de largo plazo con alquileres limitados o las pongan a la venta".
“Los propietarios de viviendas dicen que las regulaciones se han vuelto tan protectoras con los inquilinos que muchos prefieren dejar las viviendas vacías. ‘Falta vivienda porque los promotores, propietarios y caseros han sido criminalizados’, sostiene Jesús Encinar, fundador de Idealista, el mayor portal inmobiliario de España.
“La tensión se refleja en una ley nacional que el Sr. Collboni calificó de “agujero negro”, que deja vulnerables a los residentes de edificios como la Casa de la Papallona. La ley permite a los inversores comprar edificios para convertirlos en alquileres temporales, que ofrecen contratos de menos de un año. El primer ministro español, Pedro Sánchez, presentó un proyecto de ley para eliminar la ley, pero afronta la oposición de legisladores preocupados por el derecho de propiedad.
“En un barrio cercano, Inmobiliaria Gallardo, una promotora dirigida por una familia propietaria de Almirall, una de las mayores farmacéuticas de España, aprovechó una laguna legal en las leyes de vivienda de Cataluña que se abrió brevemente en 2023 para obtener licencias y convertir los 120 apartamentos residenciales de un edificio de 11 pisos en alquileres turísticos.
“Un día notamos que algunos vecinos se mudaban, luego más y más —en una semana, se fueron 10 personas”, dijo Maite Martín, de 63 años, empleada universitaria que ha vivido en el edificio durante 25 años.
[…] “Ahora, una cuarta parte de los apartamentos alojan a turistas. ‘Esto era una comunidad de familias y personas mayores que han estado viviendo aquí durante décadas’, dice la Sra. Martín sentada en su mesa con dos vecinos que dijeron estar rodeados de desconocidos. ‘Ese tejido se está destruyendo’, añadió.”

Turistas en el Park Güell de Barcelona EUROPA PRESS
En fin, hasta aquí un extracto del artículo de portada de TNYT. Y ahora (privilegio del traductor) me permitiré una acotación personal, y el lector me disculpará si no es demasiado original:
El éxito es nuestra ruina.
Después de haber viajado tantísimo, y durante tantos años, por cuatro de los cinco continentes, he comprobado que España, y particularmente Cataluña, es uno de los mejores países para vivir. Es una observación objetiva, libre de patrioterismos: está el clima, tan apacible; está la seguridad social, que todavía aguanta; está la belleza de algunas ciudades; el Estado de Derecho; la policía abnegada y operativa, que garantiza el imperio de la Ley (en tres cuartas partes del globo está, en cambio, corrompida hasta el tuétano); está el carácter generalmente cordial de la gente; y, en fin, comparado con otros países del primer mundo, es un país barato.
¿Cómo no van a querer venir aquí los burgueses europeos del norte, a comprarse una segunda residencia asequible y soleada? ¿Y cómo no querrían venir todos los miserables del sur a buscar una oportunidad de vida, aunque sea a cambio de arriesgarla? ¿Y cómo no van a hacernos una OPA hostil todos los fondos de inversión –representantes de los inversores de las clases medias de EEUU y Europa, anhelantes de ganar un dinerito que redondee sus ingresos y sus pensiones-, y los pobres y ricos de los Estados suramericanos, fallidos desde que se permitieron el capricho de independizarse de la corona española? Y ahora, además, los chinos, que quieren también echar mano al parque español de viviendas. Y, sobre todo, la plaga del turismo internacional, que todo lo vulgariza, encarece y arrasa.
En nombre de la libertad de comercio, o de la libertad a secas, se nos roban las ciudades que nuestros padres levantaron con el sudor de su frente.
Morimos de éxito.