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A la fuerza ahorcan, y después de que los partidos tradicionales fueran incapaces de ponerse de acuerdo durante tres meses para formar un gobierno de coalición que dejase al margen a la extrema derecha –el FPÖ, que ganó las elecciones y que en caso de repetirse éstas subiría notablemente su porcentaje de voto, según las estadísticas-, esta semana el presidente austriaco, el “progresista” y ex “verde” Alexander Van der Bellen, ha encargado al líder del partido populista de extrema derecha, Herbert Kickl, que forme gobierno e inicie conversaciones de coalición con el conservador ÖVP (que viene a ser el PP austriaco).

La prensa europea está, o se muestra, muy alarmada. Como ejemplo de la tónica con que recibe a Herr Flick, el diario holandés Der Handelsblad (liberal de izquierdas): “Tanto el programa del FPÖ como las declaraciones de su líder, Herbert Kickl, contradicen fundamentalmente los valores que representa la UE en las áreas de derechos humanos, Estado de derecho y libertad de prensa".

Y añade: "Kickl quiere mantener buenas relaciones con Rusia para asegurar el suministro de gas a Austria. Desea mantener fuera a los inmigrantes, tomar medidas enérgicas contra los activistas climáticos y marginar legalmente a las personas transgénero. Austria se alineará con otros estados miembros de Europa Central donde los populistas antieuropeos han ganado un poder político sustancial”.

El líder del Partido de la Libertad (FPÖ), Herbert Kickl HELMUT FOHRINGER - DPA

En Der Standard, periódico liberal austriaco, el periodista Paul Lendvai advierte, bastante alterado, sobre la amenaza a la democracia liberal que significará Kickl como canciller: “Marcaría un punto de inflexión en Austria -en política exterior e interior, económica y culturalmente-”.

“Una fortaleza dominada por políticos de extrema derecha con un núcleo de miembros de fraternidades nacionalistas alemanas se unirá al club de destructores liderado por Viktor Orban y Robert Fico en la UE... Los títeres, los aduladores, los seguidores sin cerebro y sin carácter están listos para ayudar al vencedor azul a abolir el odiado 'sistema': la democracia liberal”.

El liberal vienés Die Presse acusa a las fuerzas políticas tradicionales de inmadurez: “Esto ha sumido a todo el país en un caos político... La pregunta de quién tiene la culpa es inútil, pero debe hacerse. El hecho de que las élites de tres partidos [ÖVP, SPÖ, Neos] que se describen a sí mismos como 'pilares fundamentales del Estado' no hayan logrado llegar a un acuerdo en el transcurso de tres meses marca el punto más bajo en la destreza política de este país hasta la fecha".

A su juicio, "los políticos profesionales que reciben un buen salario utilizando el dinero de los contribuyentes están fallando en hacer lo que se espera de todos los adultos a diario: alcanzar compromisos y resolver problemas”.

La influyente revista checa Respekt contextualiza el caso en la tendencia general europea: “Un nuevo espectro acecha a las democracias europeas: el espectro de la ingobernabilidad".

Hemiciclo del Parlamento Europeo, en Bruselas EUROPA PRESS

"Cuando el año pasado llegaba a su fin, los gobiernos de Francia y Alemania colapsaron y la formación de un nuevo gobierno en los Países Bajos resultó extremadamente complicada... A esto se suma la tendencia de la extrema derecha que gana fuerza constantemente. Se está beneficiando de numerosas crisis, las dificultades en la integración de inmigrantes, el auge de las redes sociales a expensas de los medios tradicionales y el pesimismo general en Europa. Como muestran los acontecimientos actuales en Austria, formar una coalición sin la participación de estos partidos se está volviendo cada vez más difícil”, añade.

El periodista Christian Ortner, del sitio de noticias de extrema derecha eXXpress, considera que tanta alarma está injustificada: “Es evidente que hay ciertos aspectos de este hombre que no lo recomiendan exactamente como canciller. ... Pero eso no es razón para descartarlo por completo. Tampoco su llegada a la cancillería transformaría el país en un constructo autoritario, como algunos de sus críticos y opositores, sacudidos por el miedo, están prediciendo. Esto no sería posible en primer lugar porque el FPÖ ni siquiera está cerca de tener una mayoría parlamentaria, por no hablar de la mayoría constitucional requerida para tales medidas".

Citaremos con mayor extensión el plausible análisis de Oliver Noyan en el prestigioso medio norteamericano Politico:

“El próximo líder nacional de Europa parece que provendrá de la extrema derecha. Con Herbert Kickl en posición privilegiada para convertirse en canciller de Austria, el establishment de la Unión Europea se prepara para un nuevo tormento y otro golpe en su postura contra Vladimir Putin de Rusia. Kickl, quien se convertiría en el primer líder de extrema derecha de Austria desde la Segunda Guerra Mundial, no ha ocultado su admiración por el primer ministro húngaro Viktor Orbán y es probable que siga un manual de instrucciones similar: acercándose al Kremlin, chocando con la corriente principal de la UE y persiguiendo políticas de línea dura en áreas como la migración”.

El ataque del ejército de Putin a Ucrania hunde las bolsas europeas, incluido el Ibex 35 / EUROPA PRESS

“Si su Partido de la Libertad (FPÖ) toma el control, significaría que una franja de la UE, desde Hungría pasando por Austria hasta Eslovaquia bajo el franco primer ministro Robert Fico ―y potencialmente hasta la República Checa, donde el ex primer ministro Andrej Babiš lidera las encuestas antes de las elecciones de octubre― sería simpatizante de Rusia tres años después de la invasión a gran escala de Putin a Ucrania”.

“También trae recuerdos inquietantes para Bruselas, que en 2000 vio al FPÖ bajo uno de los predecesores de Kickl, Jörg Haider, convertirse en parte de la coalición gobernante de Austria. En ese momento, otros gobiernos dentro de la UE rompieron los contactos bilaterales con Viena”.

[…] “Las similitudes entre Kickl y Orban, a quien aquél ha llamado 'modelo a seguir', son sorprendentes. Al igual que Orban, el FPÖ apuesta por el gas ruso, es muy crítico con las sanciones contra Rusia y quiere recortar la ayuda a Ucrania. Lo preocupante para la UE, especialmente en áreas donde se necesita el acuerdo de los 27 gobiernos, es que el dúo probablemente trabajaría junto para bloquear iniciativas importantes. Hungría y Austria combinadas podrían ser una fuerza a tener en cuenta. No es difícil imaginar que la primera víctima podría ser Ucrania.

“La Unión Europea está actualmente siguiendo una escalada que podría terminar en una Tercera Guerra Mundial", dice el programa del partido de Kickl. […] El partido se ha comprometido a bloquear cualquier ayuda a Ucrania a través del Fondo Europeo para la Paz, un fondo de dinero para seguridad.

Viktor Orban, primer ministro de Hungría Europa Press

“En 2016, el partido incluso firmó un 'acuerdo de amistad' con el partido Rusia Unida de Putin, en el que ambas partes acordaron intercambiar información y realizar consultas conjuntas regulares. Las visitas de Orban y Fico a Moscú fueron descritas como "diplomacia de paz real" por la extrema derecha austriaca […]

Kickl, quien durante la campaña electoral de 2024 se proclamó canciller del pueblo, o Volkskanzler, (término que cobró prominencia cuando los nazis tomaron el poder en Alemania en 1933), también está considerando una revisión completa del sistema de asilo de Austria.

“Ha prometido preservar la homogeneidad del pueblo austriaco suspendiendo el derecho de asilo mediante una 'ley de emergencia' y presionando por la re-migración de los solicitantes de asilo. Esto sería una clara violación de la ley de la UE. El programa del partido aboga por la ubicación de centros de migración europeos en terceros países para millones de personas, y la suspensión de pagos a la UE si ésta no cumple su promesa de 'proteger' sus fronteras externas.

“El FPÖ también busca desmantelar el Pacto Verde Europeo, un conjunto de políticas de la UE destinadas a reducir la tasa de carbono del bloque, que considera una de las principales causas de la falta de competitividad de Europa. ‘El corsé de las regulaciones de la UE debe romperse', dice el programa del partido.

“En Alemania, la extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), que ocupa el segundo lugar en las encuestas previas a las elecciones de febrero, está de celebración. Aunque la AfD y el FPÖ no se sientan en el mismo grupo paneuropeo en el Parlamento Europeo, están estrechamente alineados, alimentando los temores en Berlín de que Austria podría sentar un precedente para la economía más grande de Europa y su vecino más cercano”.

Bien, Kickel es otro síntoma, otro signo de la deriva europea hacia la derecha y más allá… Veremos en los próximos meses si las alarmas que genera su probable presidencia son exageradas… o se quedan cortas.