Publicada

Ay, España estaba ayer en portada de los periódicos más importantes del mundo. Aunque no por un motivo agradable. Le Monde, Le Figaro, The guardian, Il Corriere della Sera, The New York Times, etcétera, recogían ayer las últimas noticias sobre el desastre natural en la región valenciana, los más de 90 muertos víctimas de las inundaciones y la posibilidad de que la funesta DANA o gota fría repita sus tétricas hazañas más hacia el sur, en Andalucía.

Como les supongo informados de este desastre, tan novedoso e impactante en nuestro país, pero que se va repitiendo con acelerada frecuencia y provocando más o menos víctimas mortales cada año en las costas americanas, en Alemania y centro de Europa, en Polonia e Italia –cada año le toca a uno u otro país–, comentaremos hoy un asunto menos espectacular, pero que constituye un signo inquietante a medio plazo para la estabilidad europea: la crisis de Volkswagen y en general de la industria automovilística alemana.

La dirección de Volkswagen ha hecho públicas cifras de negocio terroríficas y anunciado que va a cerrar al menos tres fábricas en Alemania y a despedir a miles de trabajadores. Aún no ha confirmado estos planes, pero ayer habló de una "situación grave" y reportó una caída masiva de nada menos que el 64% en sus beneficios en el tercer trimestre de 2024.

Daniela Cavallo, presidenta del comité de empresa general y del grupo de Volkswagen AG, y Thorsten Groeger, negociador de IG Metall, en un evento informativo del comité de empresa general de Volkswagen AG en la planta principal de VW JULIAN STRATENSCHULTE

Ahora bien, un cierre de una de sus fábricas era cosa que la firma automovilística, que tiene diez sólo en Alemania, y de la que dependen muchas otras fabricantes de piezas y de otras marcas automovilísticas en varios países europeos, no había hecho nunca.

La empresa anuncia despidos de miles de trabajadores y recortes salariales de hasta el 20%. El motor de Europa está gripando. La prensa internacional analiza las causas de la crisis en el sector industrial clave de Alemania.

 ¿Pero a qué responde esta crisis? Se han estado ignorando constantemente las señales de advertencia, y se han demorado las reformas precisas cuando aún se estaba a tiempo de implementarlas, sostiene el diario austriaco Kleine Zeitung: “Debido a la estructura de su propiedad, con el estado federado de Baja Sajonia como su segundo mayor accionista, VW siempre ha sido un centro de ramificaciones políticas... El hecho de que recortes tan masivos sean ahora inminentes también puede atribuirse a la persistente negación de las señales de alerta (tendencias de costes, bajos márgenes, presión inversora). Aquellos miembros de la junta que presionaron con demasiado fervor para que se hicieran los cambios estructurales necesarios se encontraron rápidamente saliendo por la puerta giratoria. Aquellos que durante años clasificaron incluso las modestas regulaciones como innecesarias se despertarán ante las medidas drásticas que probablemente se adoptarán ahora. Simplemente continuar como antes ya no es una opción”. 

Fábrica de Volkswagen en Wolfsburgo CLEMENS BILAN

La crisis en VW es un anticipo de lo que le espera a Alemania como país productor de automóviles, teme el Frankfurter Allgemeine Zeitung: “No solo VW, sino también BMW y Mercedes están sintiendo los efectos de la reducción de los márgenes de beneficio provenientes de China, ya que los rivales locales en movilidad eléctrica han tomado la delantera. En Europa, los altos costos de energía y mano de obra están pasando factura, sin mencionar el caos en torno a la eliminación de los motores de combustión. Sería simplista acusar a estas empresas de haberse quedado dormidas durante la transformación, pero el hecho de que la industria ahora clame al unísono por apoyo estatal suena a burla. Los incentivos para comprar coches eléctricos pueden mejorar la débil demanda a corto plazo, pero lo más importante es que VW y otros fabricantes de automóviles finalmente recorten sus costos para poder ponerse al día con la competencia global”.

Según el semanario conservador británico The Spectator, la crisis en la industria automovilística alemana paga el precio de una política climática mal gestionada y es el resultado de expectativas erróneas: “Construir coches requiere mucha energía, y es imposible que Alemania siga siendo competitiva cuando la electricidad cuesta más que en EEUU, el Golfo o Asia. La cruda verdad es esta: Europa ha gestionado completamente mal la transición ecológica, ignorando su base industrial y asumiendo complacientemente que 'los bien remunerados empleos verdes' aparecerían milagrosamente para reemplazar a los que se pierden en la manufactura tradicional. Uno de los mayores empleadores de su mayor economía ahora está pagando el precio de ese error. Desafortunadamente, VW no será el último”.

Un trabajador de Volkswagen JULIAN STRATENSCHULT

Los fabricantes de automóviles alemanes apostaron por el caballo equivocado, concluye Deutsche Welle: “La receta del éxito de Alemania en el sector automotriz son los modelos premium costosos, que hasta ahora han generado altos márgenes de beneficio. Más de tres cuartas partes de estos coches fueron exportados, siendo casi uno de cada cinco destinado a China. ... Los analistas critican la dependencia excesiva de China y advierten de que el segmento premium, que incluye vehículos todoterreno, SUV y coches deportivos que cuestan más de 100.000 euros incluso en su versión básica, está destinado a reducirse al menos en un 9%. Los fabricantes de automóviles alemanes ahora han reconocido cuán fuerte se ha vuelto la competencia china en los últimos años, tanto en el sector de los coches eléctricos como en el segmento premium”.

La competitividad de los fabricantes de automóviles chinos es el mayor problema para las empresas europeas, confirma el Financial Times: “El año pasado, China reemplazó a Japón como el mayor exportador de coches nuevos del mundo... Los fabricantes chinos como BYD, Nio, SAIC (propietario de MG), Great Wall y Chery están construyendo coches eléctricos más avanzados con costos un 30% inferiores a los de los fabricantes europeos. ... En las salas de exhibición chinas, los vehículos eléctricos están cerca de alcanzar la paridad de precios con los coches de gasolina. ... El auge de las marcas locales ha reducido drásticamente las ventas de los fabricantes europeos, estadounidenses y japoneses en China, que en los últimos años ha sido el mercado más grande y lucrativo para marcas como Volkswagen, Mercedes-Benz y BMW”.