Fracasado estruendosamente el lanzamiento de su nuevo satélite espía, Corea del Norte ha encontrado en su propia basura un arma verdaderamente insólita, según leemos en Chosun Ilbo. Los globos llenos de basura.
En respuesta a la propaganda que algunos activistas surcoreanos difundían con altavoces en la frontera, enfocados al norte, para que llegase a los oídos de los aduaneros del país vecino lo grato que es vivir en un país libre y próspero, en vez de la cárcel siniestra regida por una dinastía de tiranos más o menos lunáticos, Pionyang ha enviado cerca de mil globos llenos de basura que al llegar florando por el cielo hasta las inmediaciones de Seúl y la zona vecina de Gyeonggi –que en su conjunto albergan cerca de la mitad de la población total surcoreana– los hace detonar (los globos llevan incorporado un temporizador), provocando así una lluvia de basura sobre la población surcoreana: los globos van llenos de botellas de plástico, colillas de cigarrillos, trapos sucios, restos de comida, etcétera. Es de imaginar que con ese contenido basuril aluden las autoridades del norte a su opinión sobre la calidad de la propaganda del Sur: ¡basura! Desde el pasado martes han llegado ya a Seúl 1.000 globos, cada uno con su indeseable regalito.
Las autoridades de la ciudad de Seúl enviaron una alerta a los residentes el sábado, advirtiendo de la presencia de un “objeto no identificado que se cree que son folletos de propaganda norcoreanos”, lo cual también parece una manera de hablar en clave de ironía. Pero el Ministerio de Unificación de Seúl ha advertido de que tomará medidas “insoportablemente dolorosas” contra Corea del Norte si continúa con la suelta de globos. Ahora bien, ¿qué clase de represalia, salvo el recurso a las armas, puede ser “insoportablemente dolorosa”? Misterio. No cabe descartar una remesa de globos con las barquillas llenas de estiércol, en la confianza de que soplen vientos hacia el norte… Sería también un statement de la opinión que le merece a los países democráticos y a las sociedades abiertas la tiránica y triunfal dinastía Kim.
Revolución en Irán
A propósito de dinastías, Der Spiegel publicaba una interesante entrevista con el hijo del sah de Persia, Reza Pahlevi, o Pahlavi, que como el lector sabe fue depuesto por la revolución integrista del ayatolá Jomeini, para instaurar un régimen clerical que tanto se ha esforzado para hacer miserable mediante la sharia la vida de sus ciudadanos y sobre todo de sus ciudadanas. El difunto sah falleció en el exilio, y su hijo mayor, que ahora tiene 63 años, hasta hace poco se ha mantenido en un discreto segundo plano, pero habiendo detectado el malestar de los iraníes y tras el alzamiento popular de 2022 ahogado en un baño de sangre, ha empezado a moverse para alentar “una revolución”, que él espera pilotar desde Estados Unidos, donde ahora reside. El hijo del sah ha estado recorriendo capitales como Tokio, Seúl, Washington, Bruselas, el año pasado se presentó en la Conferencia de Seguridad en Múnich, y ahora está en Londres, reuniéndose con políticos, periodistas y consejeros.
Operaciones políticas como la que pretende pilotar pueden parecer improbables, y pocas son las restauraciones de las monarquías –con notorias excepciones, como, precisamente, la española–, pero también cabe recordar el caso del rey Simeón, que pocos años después de la implosión del poder comunista en Bulgaria se presentó a las elecciones legislativas, las ganó y gobernó su país durante unos años, aunque ya no como monarca, sino como presidente democrático.
Pahlavi se ofrece a los iraníes “como intermediario honesto de la transición a una nueva era”: “Intento decirle a la gente que no debe limitarse a esperar tiempos mejores, sino que debe decírselo: empecemos a creer que realmente podemos hacerlo. Mi objetivo es garantizar el Estado de derecho para todos y cada uno de los ciudadanos, incluidos los derechos de las mujeres, los derechos étnicos, los derechos religiosos y los derechos de los LGBTQ”.
Abreviamos a continuación algunas de las declaraciones de Reza Pahlavi hijo:
–Der Spiegel: ¿Podría la muerte del presidente Ebrahim Raisi contribuir a ese cambio? Se le consideraba el probable sucesor del líder supremo Alí Jamenei, de 88 años.
–Pahlavi: La muerte de Raisi cambia poco las cosas. Era un brutal asesino de masas, un antiguo servidor de Alí Jamenei y de la República islámica. Los iraníes no lloran su muerte. La política de la República islámica continuará, con Alí Jamenei como dictador en la cima.
–Der Spiegel: Usted permaneció en un segundo plano durante bastante tiempo. Ahora lucha activamente por un cambio de régimen. ¿Qué es lo que quiere?
–Pahlavi: Han pasado muchas cosas desde que me fui de Irán y, dada su riqueza en recursos y capacidades, Irán debería haberse convertido al menos en la Corea del Sur de Oriente Medio. En lugar de eso, nos hemos convertido en la Corea del Norte de Oriente Próximo. Ya nadie cree en las reformas y los iraníes buscan un escenario para la transición. Yo intervengo para ofrecer ese liderazgo, porque hay muchas expectativas puestas en mí. Esto me obliga a intervenir. Quiero servir a mi país.
–Der Spiegel: En 1979, los iraníes echaron a su padre del país por su estilo autoritario de liderazgo y sus injusticias sociales. Su familia también tuvo que marcharse. ¿Qué le hace confiar hoy en que el pueblo le quiere de vuelta?
–Pahlavi: Recibo una respuesta abrumadora; leo lo que se escribe en las redes sociales en Irán; oigo a los iraníes corear el nombre de mi abuelo en los partidos de fútbol; veo a jóvenes iraníes que se tatúan la firma de mi padre en el brazo. Para mí, son señales claras de que muchos iraníes han revisado su postura anterior, a pesar del adoctrinamiento al que han estado sometidos allí durante décadas.
–Der Spiegel: Su padre, el último sah, gobernó con mano dura. Según organizaciones de derechos humanos, bajo su mandato se detuvo a un gran número de presos políticos, muchos de los cuales fueron torturados y asesinados. Eso no se ha olvidado en Irán.
–Pahlavi: Hubo una crisis política, hubo deficiencias. Ningún sistema es perfecto. Pero los iraníes reconocieron que el objetivo de la dinastía Pahlavi de mis antepasados era la modernización: la introducción de infraestructuras, educación, reforma agraria, sanidad e igualdad de derechos para las mujeres. En cierto modo, Irán era vanguardista en aquella época. Las mujeres obtuvieron el derecho al voto ocho años antes que los suizos. Hasta que se produjo una revolución que se apoderó de nuestro país.
–Der Spiegel: Teherán está gobernado por un brutal Gobierno autocrático que demostró su determinación a defender su poder con todas sus fuerzas en el reciente levantamiento de masas tras la muerte de la joven kurdo-iraní de 22 años Mahsa Jina Amini bajo custodia policial. ¿Cómo piensa deshacerse de ellos?
–Pahlavi: Cualquiera que analice este régimen, ya sea dentro o fuera del país, ya no cree que pueda reformarse. Vemos que incluso personas radicales que en realidad están a favor del régimen se están apartando, como el antiguo redactor jefe de Kayhan, uno de los periódicos más conservadores del país. Este hombre era muy cercano al líder supremo Alí Jamenei. Hoy vive en Toronto porque ya no cree en la República islámica y quiere un cambio.
–Der Spiegel: La revuelta más reciente ha costado la vida a más de 500 iraníes desde 2022, decenas de miles de manifestantes han sido detenidos y torturados, y algunos incluso han sido ejecutados.¿Quiere una nueva revolución iraní?
–Pahlavi: Sí, quiero una revolución. Los iraníes siguen dispuestos a hacer sacrificios. Porque saben que su país está condenado si no nos deshacemos de este régimen […] El último levantamiento ya fue una revolución. Fue su respuesta natural a la opresión, no porque yo la convocara. Los manifestantes coreaban “Muerte al dictador”. Alí Jamenei, el líder revolucionario que representa a este régimen, es rechazado por al menos el 80% de la sociedad iraní. El régimen ha aplastado este levantamiento con todos los instrumentos de represión, pero está mucho más débil que nunca. Está dividido. Elementos del ejército y de los paramilitares temen ser las primeras víctimas de actos de venganza en caso de escalada. Ya hay desertores […] Se trata de proporcionar el máximo apoyo a los iraníes que quieren el cambio. Al mismo tiempo, tenemos que desarrollar un escenario de salida y ofrecer una salida a quienes actualmente están atrapados en el sistema de la República islámica. Estoy pensando en principios de reconciliación nacional como en Sudáfrica: necesitamos un sistema de justicia transicional, un proceso constitucional que prepare legalmente la transición. […] La cuestión no es si el régimen desaparecerá, sino cuándo, y si hemos dado a la sociedad iraní el máximo apoyo. Concretamente, si podemos acelerar la desaparición de la República islámica antes de que alcance el umbral de poseer un arma nuclear. Porque entonces tendremos una situación de conflicto completamente diferente. Podría ser dentro de seis meses o de dos años. No tenemos tiempo que perder”
La violencia en México
Al otro lado del Océano, México celebró el pasado domingo elecciones, con el resultado de la aplastante victoria del Movimiento de Regeneración Nacional, MORENA, y la entronización de su candidata, y heredera del populista Andrés Manuel López Obrador (AMLO), Claudia Sheinbaum, ingeniera medioambiental y alcaldesa de Ciudad de México, como su predecesor. Esta es un poco menos desagradable que aquel, y quizá sea un poco más responsable. Como en tiempos del PRI, ahora derrotado sin apelación en 25 de los 32 Estados y en casi todas las ciudades, México, que para algunos es un Estado en manos del narco, y un Estado fallido –pues allí donde políticos y periodistas son asesinados impunemente a un ritmo vertiginoso no sólo no se puede hablar propiamente de “democracia”, sino ni siquiera de “Estado”–, México es un régimen de partido único.
La prensa internacional, confiada en el aura de técnica eficiente que rodea a Sheinbaum y en su carácter más suave, menos lunático que el que adornaba a AMLO, rendida ante su indiscutible victoria y admirada de que una mujer gobierne un país ultramachista, la recibe con benevolencia.
La revista Time escribe: “Ser mujer en México es duro, cuando no peligroso. Las mujeres ganan un 16% menos que los hombres, y la brecha de género en la participación laboral es una de las más altas de América Latina. Pero quizá la estadística más impactante sea que cada hora desaparece al menos una mujer, y cada día mueren violentamente 11”.
El periódico berlinés Tageszeitung recuerda que “La próxima presidenta de México nunca dejó dudas en cuanto a que continuará la política de su correligionario López Obrador. Desde el punto de vista de la política social, es una buena noticia, porque la población pobre se benefició del aumento del sueldo mínimo, al igual que de la renta básica y programas similares. Pero, al mismo tiempo, su declaración es inquietante. López Obrador no desarrolló una estrategia para poner coto a la violencia. Durante su período desaparecieron más personas que nunca a manos de criminales y fuerzas de seguridad. Aún más regiones son gobernadas por el crimen organizado, la impunidad es escandalosamente alta…”. Claro que el diario berlinés no explica la zona de sombra de esa asombrosa “generosidad” económica del régimen, ni de dónde sale el dinero, ni el precio que tiene.
Según The New York Times, la violencia es el reto más formidable al que Sheinbaum tendrá que enfrentarse cuando asuma el poder en octubre. “No ha dibujado ninguna estrategia clara para gobernar un país bañado en sangre, marcado por fosas comunes en campos de vacas y vertederos de basura. La Sra. Sheinbaum estará a cargo de una nación asolada por más de 30.000 asesinatos al año, el 90% de los cuales quedan sin resolver, y tendrá que enfrentarse a los poderosos cárteles que están detrás de esas cifras, que ahora son redes de delincuencia organizada paramilitar y están profundamente arraigados en las comunidades. En la actualidad, estos grupos no sólo trafican con drogas como el fentanilo, sino que también dirigen una cartera de delitos que van desde el tráfico de personas a la extorsión generalizada”.
Esta violencia es, en parte, el resultado de la “política” antinarco de AMLO: “Abrazos, y no balazos”, cuyo éxito es perfectamente descriptible. El rotativo neoyorquino recuerda que “la campaña electoral ha sido una de las más violentas de la historia reciente de México. Decenas de candidatos fueron asesinados; un hombre armado disparó a un aspirante a la alcaldía mientras estrechaba la mano de sus partidarios en una cancha de baloncesto. Sheinbaum no puso este derramamiento de sangre en el centro de su campaña. Ganó las elecciones con la promesa de continuar los programas sociales del actual presidente y presentó interesantes propuestas sobre energías renovables y la lucha contra la escasez de agua”.
The New York Times matiza que “dicho todo esto, la Sra. Sheinbaum ha demostrado que puede adoptar un enfoque pragmático frente a la delincuencia. Como alcaldesa de Ciudad de México de 2018 a 2023, inundó la ciudad de cámaras de seguridad y desplegó a la policía en determinadas zonas de alta criminalidad. Los asesinatos se redujeron aproximadamente a la mitad en la ciudad durante su mandato, según las estadísticas oficiales. La candidata opositora Xóchitl Gálvez ha afirmado que la señora Sheinbaum manipuló esas cifras para ocultar los homicidios, y existe un debate legítimo sobre el verdadero número de víctimas mortales de la violencia de los cárteles en todo México. Pero hoy, los habitantes de la capital se sienten notablemente más seguros”.
Los insectos sienten y padecen
Corea, Irán, México… ¿Y en Europa? Sí, en el balneario del mundo también pasan cosas de interés. Bajo el título “Los insectos, la nueva frontera de la conciencia animal”, Nathaniel Herzberg y Hervé Morin publican en Le Monde un artículo sobre la llamada “Declaración de Nueva York”, firmada recientemente por 287 expertos, según la cual el hecho de que muchos invertebrados tengan una forma de conciencia es una “posibilidad realista”, y nos invita a sacar las conclusiones necesarias.
“¿Podrían los insectos, esa multitud que pulula, se arrastra, nada y vuela, ser seres sensibles, capaces de sentir dolor y placer, y de tener una forma mínima de conciencia de sí mismos? Esto es lo que sugieren las investigaciones llevadas a cabo en la última década, que aportan numerosas pistas. Han demostrado, por ejemplo, que los abejorros pueden hacer rodar canicas aparentemente por el único placer del juego, o que el sueño de las moscas drosophila [también llamada mosca del vinagre, o de la fruta] se ve perturbado cuando se las aísla de sus congéneres. Estas inquietantes observaciones se suman al creciente conjunto de pruebas de la capacidad de los vertebrados para acceder a la experiencia consciente”.
“La acumulación de estos resultados llevó a filósofos y expertos en la materia a publicar el 19 de abril una ‘Declaración de Nueva York sobre la Conciencia Animal’, firmada desde entonces por 287 investigadores, en la que se pide que se tenga en cuenta en el modo en que tratamos a los animales, ya sea en el contexto de la investigación experimental o de la cría de animales. Va más allá que la ‘Declaración de Cambridge’ (2012), que ya afirmaba ‘inequívocamente’ que ‘los humanos no son los únicos que poseen los sustratos neurológicos que generan la conciencia’”.
Que las cucarachas de la cocina tengan también conciencia no es una buena noticia para el “mono desnudo”. Nuestros nietos, viendo corretear a un escarabajo o una hilera de laboriosas hormigas, sentirán la tentación de devorarlas, y se sentirán culpables, malvados.