Efecto Puigdmeont. Los medios se rinden a la figura del expresidente de la Generalitat prófugo/residente en Waterloo. Las carambolas del 23-J y el voto de los residentes en el extranjero confirman a Carles Puigdemont como el hombre del momento, el personaje del verano, el monstruo de lago Ness de la prensa española. Acostumbrado a la soledad, el expresidente se muestra tranquilo y se expresa mayormente a través de la red social de la X de Elon Musk, donde publica sus cartas a los filisteos y a los fariseos. En la pugna por el protagonismo en el campo soberanista, Puigdemont ha dejado muy atrás a Junqueras, casi en la irrelevancia. El club de fans del inquilino de la "Casa de la República" se ha reactivado mientras que personajes que le habían dado por amortizado giran ahora visitas a Bruselas para testar el estado de ánimo del "exiliado".
Todo pasa por Puigdemont y Puigdemont explota con discreción su "momentum". Nada de alardes, nada de declaraciones explosivas, nada de afilar la guadaña. Calma, prudencia y buenos alimentos. Explican que en el jardín trasero de su mansión crece el perejil, el hinojo y la hierbabuena que utiliza para cocinar y aliñar. Casi seis años después de su fuga, una brizna de esperanza. Vuelve a ser el actor protagonista de la serie "El Procés". "Los empresarios impulsan un pacto con Junts que encauce la cuestión catalana", apunta La Vanguardia. Manel Pérez es el autor de la crónica sobre el reverdecimiento de las peregrinaciones a Waterloo para visitar al profeta de la independencia. Su crónica arranca así: "Pragmatismo catalán por encima de cualquier otra consideración. El tradicional afán de las élites económicas barcelonesas, ser políticamente determinantes en Madrid, se insinúa después de una larga travesía del desierto tras las elecciones generales del pasado domingo. En estos primeros compases de lo que se intuye larga negociación para formar gobierno, la burguesía catalana intenta que no sea solo un espejismo. En los próximos meses se verá si la tragedia devendrá en farsa o cabe albergar más esperanzas".
Tras explicar que el empresariado catalán se había decantado por Alberto Núñez Feijóo, el enésimo líder popular empeñado en explorar el campo vacío dejado por Convergència, Pérez da cuenta del cambio de tercio: "Pero, pese a esa distancia, los empresarios más activos no ignoraban qué se llevaba entre manos el expresident desde su refugio en Waterloo. Había alejamiento, pero no ruptura o incomunicación. Y la prueba es que algunos líderes económicos han mantenido contactos a través de visitas regulares y sabían que Puigdemont tenía en la cabeza desde hace meses la posibilidad de abrir una negociación con el Gobierno central. La pasada primavera, antes de que nadie pudiera imaginar que Pedro Sánchez adelantaría las elecciones, Puigdemont ya había anticipado a algún representante de la burguesía que esperaba ser determinante en el Parlamento cuando los comicios tuviesen lugar. Entre otros, se reunió en Bruselas, poco antes de las pasadas municipales, con el presidente de Foment, Josep Sánchez Llibre, quien a su vez informó del contenido a los grandes empresarios catalanes y a algunos líderes de otras fuerzas políticas. En aquel momento, el líder de Junts aventuraba obtener en los comicios hasta una decena de diputados, lo que indica que consideraba con tal vez cierto exceso de optimismo que ya sería posible el sorpasso a los rivales de la ERC de Oriol Junqueras".
Sigue el texto: "Puigdemont explicó a sus interlocutores económicos que el pacto que propugnaba debía incluir, además de al gobierno de turno, al resto de los poderes del Estado, empezando por el Rey y la justicia. También el mundo económico. La amnistía para todos los represaliados, más de 4.000 según los cálculos máximos, era la gran condición. No mencionó, en esos encuentros, el referéndum de autodeterminación. Sobre esa predisposición de Puigdemont asientan los poderes económicos catalanes su esperanza de un acuerdo que “pueda contribuir a resolver el conflicto entre Catalunya y el resto de España". Y los contactos ya se han multiplicado durante los pocos días trascurridos desde el recuento de los votos, especialmente con Illa y el entorno de Puigdemont. En todos los casos, los empresarios han urgido a los políticos al acuerdo. Desde Foment hasta el Cercle d’Economia, que preside Jaume Guardiola, los empresarios quieren que además de las cuestiones más políticas, como la amnistía, se encaren temas que pueden impulsar la economía al tiempo que mejoren el clima entre Catalunya y el resto de España: la financiación autonómica y la inversión en infraestructuras, en primer lugar. También, la gestión directa de los fondos europeos Next Generation".
Así pues, amnistía e inversiones. La autodeterminación quedaría en segundo plano según la composición de lugar del momento actual.
El interés sobre Puigdemont es de tal envergadura que El Mundo ha enviado a uno de sus reporteros, Martín Mucha, a husmear sobre el campo de batalla. Amplio reportaje de ambiente a las puertas de la Casa de la República del que destaca la parte final: "La puerta de madera blanca se abre lentamente. Sale de la residencia. Su seguridad le acerca un paraguas rápidamente para que no se moje. "Halaaaa", suelta Cristina, emocionada. Baja las escaleras lento, para no resbalarse. Está rejuvenecido. Lleva chaqueta de traje azul, polo debajo, vaqueros y zapatos marrones. Sonríe. Llega hasta la verja exterior y se apoya en ella. Saluda a la familia. También estrecha mi mano. De un trato exquisito con Cristina, Jordi y sus hijos, conversa con ellos.
-Ánimo -suelta Jordi.
-¿Está bien? -indaga ella.
-Sí -contesta Puigdemont.
Recibe una palmada en el brazo de Jordi. Responde con una sonrisa. Suena el teléfono del político que tiene en sus manos la presidencia de Sánchez. Mira de soslayo quién es. Comienza a hablar. Ininteligible. Hasta que alza la voz...
-¡Filtraciones, no!- se escucha decir nítidamente a un Puigdemont con rostro adusto.
Ininteligible el resto. Cuelga. Vuelta a las sonrisas. La familia le cuenta la comarca de dónde vienen. Cristina le dice: "Una foto y partimos". Caen más gotas. Puigdemont acepta con el mejor talante. "Muchas gracias". Tras la imagen nos acercamos para hacerle preguntas fundamentales: ¿Ha llamado ya Sánchez? ¿Qué le pedirá para que sea investido presidente? ¿Mantendrá su palabra de no hacerlo? Educadamente, se niega siquiera a que se las formulemos. Su rostro ha cambiado de pletórico a severo. Sus escoltas le protegen y vuelve a casa".
-¿Está bien? -indaga ella.
-Sí -contesta Puigdemont.
Recibe una palmada en el brazo de Jordi. Responde con una sonrisa. Suena el teléfono del político que tiene en sus manos la presidencia de Sánchez. Mira de soslayo quién es. Comienza a hablar. Ininteligible. Hasta que alza la voz...
-¡Filtraciones, no!- se escucha decir nítidamente a un Puigdemont con rostro adusto.
Ininteligible el resto. Cuelga. Vuelta a las sonrisas. La familia le cuenta la comarca de dónde vienen. Cristina le dice: "Una foto y partimos". Caen más gotas. Puigdemont acepta con el mejor talante. "Muchas gracias". Tras la imagen nos acercamos para hacerle preguntas fundamentales: ¿Ha llamado ya Sánchez? ¿Qué le pedirá para que sea investido presidente? ¿Mantendrá su palabra de no hacerlo? Educadamente, se niega siquiera a que se las formulemos. Su rostro ha cambiado de pletórico a severo. Sus escoltas le protegen y vuelve a casa".
Arriesgada predicción.
Por lo demás, el Barça ganó al Madrid en el clásico de Dallas (Texas) por un rotundo 3-0. El conjunto blanco estrelló cinco balones en el larguero.
30 de julio, santoral: Abdón, Senén, Pedro Crisólogo, Godeleva, José Yuan Gengyin, Julita de Cesarea, María de Jesús Sacramentado y Urso de Auxerre.