Siete días después de la celebración de las elecciones municipales las circunstancias conspiran para que Xavier Trias sea designado alcalde de Barcelona. Sin embargo, el candidato de Junts no se fía, algo no acaba de cuadrar. El veterano político percibe la posibilidad de un tripartito de izquierdas y hasta de que el PP de Sirera se decante por el socialista Collboni para evitar que la ciudad se convierta en un distrito de Bruselas.
La convocatoria electoral anticipada y las malas relaciones de Ernest Maragall con el PSC serían motivos más que suficientes para que Trias diera por sentada su elección, pero de momento evita echar las campanas al vuelo. Es lo que se deduce de la entrevista que concede al diario Ara este domingo. El hombre se niega incluso a explicar qué es lo primero que hará cuando sea alcalde porque, alega, si es alcalde tendrá que gobernar a base de consensos y no de alcaldadas. Dice también que le parece que ERC se quiere entender con él. Claro que en el partido republicano todavía se tienen que recuperar del tremendo bofetón propinado en las urnas a Junqueras, Aragonès y Rufián y aún no saben por dónde les da el aire. 
La entrevista corre a cargo de Esther Vera y ahí va la selección de las preguntas y respuestas más interesantes:
Pregunta: Serà alcalde?
— Espero que sí. Espero que tothom acabi posant una mica de seny. Hi havia un cert clam de la gent, que volia un canvi. Jo crec que s'ha de produir el canvi a Barcelona i jo crec que el represento.

P: Qui el té més sorprès, el PSC, Esquerra o els comuns?

— Sobretot el PSC. Dels comuns no entenc que la senyora Colau no vegi encara que no ha guanyat. Encara es creu que pot ser alcaldessa. Però el PSC... Els propers dies m’asseuré amb el PSC. Però no enganyo a ningú: jo tinc molt d'interès de fer un govern, si puc, amb Esquerra i el PSC.


P: Amb qui s'ha trobat fins ara?

— Jo m'he trobat amb la gent d'Esquerra, amb Ernest Maragall, i m’he reunit amb el PP, amb el senyor Sirera. Només m'he reunit amb aquests dos. Ahir vaig estar intentant localitzar la senyora Colau perquè m’hi vull asseure a veure com va.

P: ¿A hores d'ara la seva opció seria un govern amb Esquerra?

— A hores d'ara, si puc, la meva voluntat seria fer un govern amb Esquerra i amb els socialistes, amb tots dos. El que és lògic és que si jo tinc 11 escons i els socialistes en tenen 10, 11 i 10 són 21, i a mi m'agradaria que, a més, a Esquerra s’hi sumessin. És veritat que les primeres converses amb Esquerra, des del meu punt de vista, han sigut molt positives i amb un caire amb ganes de col·laborar i d'entendre's. És a dir, he trobat una Esquerra Republicana amb ganes d'entendre’s amb mi, amb ganes de veure què podem fer… Els estic agraït. I crec que és una manera de bastir ponts i que les coses passin.

P: Senyor Trias, si és alcalde, que sembla que està bastant a prop de ser-ho, quina serà la seva primera mesura?

— Entendre’ns. La meva obsessió és fer un govern fort. No em faci dir quines mesures prendré, perquè el que és segur és que jo no governaré sol. I si governo sol governaré en minoria i tot el que haurem de fer haurà de tenir un grau important de consens.


P: Per tant, pot acabar fent el tramvia.

— Jo no diré què faré o no faré. És evident que jo no sóc favorable al tramvia. Primer hem d'aclarir quina situació econòmica tenim. I després hem de ser capaços de marcar prioritats molt clares. I jo sempre dic que són prioritats de canvi. Insisteixo molt que la cultura ha de tenir un paper molt important. Entre altres coses perquè és una font evident de creació d'activitat econòmica. No podem anar de prepotents, hem d’anar amb una voluntat de complicitat, de buscar acords, de buscar eines que permetin entendre’ns.

P: Parlem de la seva força política. ¿Vostè és el pal de paller de la reconstrucció de Convergència?

— Convergència està morta.

P: ¿De la reconstrucció de l'espai de centre liberal a Catalunya?

— Jo no em sento un liberal clàssic.


P: ¿Vostè és un socialdemòcrata?

— Jo soc un socialdemòcrata. És veritat que en temes econòmics tinc els plantejaments d'una socialdemocràcia liberal, però jo no em sento un liberal autèntic. Jo fujo d'etiquetes. El que és veritat és que hi ha tot un espai molt ampli que es mou entre el centredreta i el centreesquerra, que a més té un altre eix important, que és que hi ha gent que és nacionalista i sobiranista, i n'hi ha alguns que són molt independentistes i d'altres menys independentistes. Tot això pot fer una amalgama de gent. És el que jo intento. En aquestes eleccions he intentat fer de pal de paller.
Claro, claro, un socialdemócrata Trias, de la socialdemocracia del Turó Park.
Decíamos que ERC todavía acusa el golpe y no se ha despejado de la modorra y ya están los amigos y amigas de la Assemblea Nacional Catalana dando la brasa y promoviendo la abstención por las esquinas. "Plataformas como la ANC y el Centre Català de Negocis doblan su apuesta para las elecciones generales y ponen en la diana a JxCAT, ERC y la CUP", asegura El Confidencial. La pieza es de Marcos Lamelas: "El independentismo radical doblará su apuesta por el abstencionismo en las elecciones generales del 23 de julio, según explican fuentes de estos sectores del movimiento nacional catalán. La idea la lideran personas sin partido como el expresidente del Parlament Josep Costa o la eurodiputada Clara Ponsatí. Este movimiento busca castigar a ERC, JxCAT y la CUP por no haber sido capaces de llegar hasta el final tras la consulta del 1 de octubre de 2017. Ya habían planeado esta segunda vuelta para los próximos meses de diciembre y enero, pero ahora se adelanta el calendario electoral y están eufóricos ante las buenas perspectivas".
Sigue Lamelas: "Desde el punto de vista organizativo hay dos entidades que juegan esta carta: la ANC y el Centre Català de Negocis. La ANC ya ha anunciado que iniciarán una rueda de contactos con esos partidos independentistas para que acuerden un "bloque común independentista de confrontación". En caso de que este fracase, entonces consultará a las bases para decidir si recomendar un voto nulo o la abstención. Los partidos tendrían menos de una semana de tiempo para hacer algo así. No habrá lista única, lo que quiere decir que la ANC hará campaña por la abstención. Lo mismo el Centre Català de Negocis, el ente que consiguió que el independentismo se hiciera con la presidencia de la Cámara de Comercio de Barcelona. La entidad ya ha emitido un comunicado asegurando que "considera que los resultados de las últimas elecciones municipales suponen un castigo severo a los partidos del proceso soberanista". Y añaden que "tanto el voto nulo como el voto en blanco han más que doblado su apoyo a las últimas elecciones, superando conjuntamente el umbral autonómico del 3% en casi todas las circunscripciones catalanas". "Dado este resultado, el Cercle Català de Negocis quiere reafirmar su compromiso con el movimiento del voto nulo y del voto en blanco; razón por la que volverá a instar a votar con el boleto del 1-O en las próximas elecciones, convocadas para el próximo 23 de julio", aseguran en su nota".
El voto del 1-O, qué osados. Tanto o más que el ínclito Rufián, candidato a las generales porque él lo vale, porque Junqueras lo dice y porque no hay otro, aunque es seguro que Marta Vilalta, por ejemplo, haría un buen papel. O el amigo Lluís Salvadó, aunque tendría que hacer el sacrificio de dejar la presidencia del Puerto de Barcelona. Claro que eso sería un contratiempo fatal para su economía. El caso es que Rufián se habría impuesto el objetivo de recuperar los trescientos mil votos que perdió su partido el domingo pasado, según explica  Nicolas Tomás en El Nacional: "En la sala de máquinas de Calàbria no pueden esconder la resignación, el descontento, incluso la preocupación. Se han encendido todas las alarmas. De ser la primera fuerza municipalista a ser la tercera. Esquerra Republicana se dejó más que 300.000 votos en las urnas el pasado domingo, en las elecciones municipales. También dejaron escapar una victoria tan simbólica como la de Barcelona y alcaldías tan potentes como las de Lleida y Tarragona. Fueron arrasados por el PSC y por Junts per Catalunya. Frente a esto, al día siguiente de los comicios locales, ya se pusieron a preparar el terreno para la batalla de las generales. También hay mucho en juego: fueron la primera fuerza en las dos últimas españolas, las de 2019. Encaran el 23-J como una segunda vuelta del 28-M. ¿La estrategia? Recuperar la bandera independentista y apelar a las emociones con un frente antifascista".
Sigue Tomás: "En el cuartel electoral de ERC todavía no han acabado de analizar qué falló en las elecciones municipales. Lo primero que hacen es sacar pecho: "Teníamos muchos elementos en contra y, sin embargo, hemos sacado medio millón de votos". Pero sí que apuntan tres causas de la caída, que son las que quieren revertir. La primera es el "desencanto político", que consideran que afecta más a las izquierdas que a las derechas. La segunda, que no ha habido "conversación nacional" durante la campaña de las municipales. Y la tercera, que en un contexto de "derechización de la sociedad", el PSC "ha capitalizado buena parte del voto reaccionario y españolista". (...) Sea como fuera, ahora toca elecciones generales, con menos de dos meses de diferencia. Y, ni veinticuatro horas después del porrazo municipal, Oriol Junqueras ya se encargó de revalidar la confianza en Gabriel Rufián como cabeza de cartel en estos comicios. Es prácticamente el único que ha mejorado resultados, en las elecciones de Santa Coloma de Gramenet, pero una mejora escasa: ganando un solo concejal y sin romperle la mayoría a la socialista Núria Parlon, que subió en porcentaje. Desde la ejecutiva de ERC insisten en que es el mejor candidato, que "no hay candidato alternativo" y que es el mejor posicionado para intentar reflotar el partido. "En una política líquida que es más marketing, es el mejor candidato, el que mejor apela a las emociones," justifican fuentes republicanas. A pesar de todo, hay algunas voces críticas dentro del partido por cómo se ha procedido: "Se le ha confirmado sin dar ningún tipo de margen a la militancia". Se ha activado el mecanismo interno que podría desembocar en primarias. Pero nada parece amenazar a la candidatura".
Mientras tanto, Junts y ERC negocian en Suiza un "acercamiento" de cara a las generales. En El País lo explica Camilo S. Baquero: "Primeras espadas de Junts y ERC se reunieron el pasado viernes en Suiza, donde está huida la secretaria republicana Marta Rovira, para analizar conjuntamente el mapa que dejaron los comicios municipales del pasado 28 de mayo y exploran la posibilidad de pactos. (...) A la reunión, según adelantó Público, asistieron por parte de Junts su número dos, Jordi Turull; el jefe del grupo parlamentario, Albert Batet y el diputado David Saldoni, quien ejerce realmente de secretario de organización. Los delegados republicanos, además de Rovira, fueron el líder parlamentario Josep María Jové y el vicesecretario de coordinación interna, Oriol López. Ninguna de las partes ha explicado si la CUP fue o no invitada y fuentes de Junts aclaran que la reunión se había agendado antes de las elecciones. (...) En la ecuación juega un papel importante la Diputación de Barcelona, donde actualmente PSC y Junts gobiernan y, hasta ahora, se abrían a repetir coalición. Hace cuatro años, socialistas y republicanos empataron en primer lugar (14) pero Junts (7) con el PSC pese a sus críticas continuas a la vía del diálogo. Ahora, a la espera del resultado oficial, el PSC sube a 18 escaños y puede decantarse por cualquiera de los otros dos, cada uno con 11, para la mayoría absoluta (25)".

El País 4 de junio

La prensa no sólo repara en las vicisitudes y cuitas del frente independentista. En La Razón, por ejemplo, Javier Gallego firma un análisis sobre los resultados del PSC, que ganó con rotundidad las elecciones pero tropezó en aquellos municipios donde mantenía pactos con ERC: "Es un partido al alza, que ha obtenido más votos que en las autonómicas de 2021. Sin embargo, y a pesar de que los datos son muy buenos porque también ha vencido en tres de las cuatro capitales de provincia (Girona, Tarragona y Lleida) y podría gobernar, además, en Barcelona, ha recibido también una advertencia de los electores: en aquellos grandes municipios en los que ha gobernado con Esquerra, ha sufrido un duro revés. En este sentido, Badalona, Castelldefels, Sant Cugat, Tàrrega o Figueres son ciudades en las que apostó en 2019 por formar gobiernos de coalición con los republicanos y ha recibido un duro castigo ahora en 2023. En las cinco importantes ciudades ha perdido votos y concejales, algo que contrasta con la tendencia general del partido, que es claramente al alza en toda la autonomía catalana".

La Razón 4 de junio

Sigue la nota: "En total, tras las elecciones municipales de 2019, el PSC llegó a 40 pactos locales con ERC. Sin embargo, por magnitud, las cinco ciudades más importantes son Badalona (223.506 habitantes), Sant Cugat (95.725), Castelldefels (67.307), Figueres (47.088) y Tàrrega (18.398). En este sentido, en Badalona, que es la cuarta ciudad de Cataluña, es probablemente donde más visibilidad han cosechado los pactos de los socialistas con los independentistas porque han tenido que unirse con ERC, CUP y JxCat para echar a Xavier García Albiol, que ha acabado arrasando este 2023. En 2015, el PSC permitió gobernar dos años a Dolors Sabater (actual portavoz de la CUP en el Parlament) y luego ha tomado la alcaldía gracias al apoyo del resto de fuerzas independentistas (de hecho, el actual gobierno municipal de Rubén Guijarro incluía a ERC y JxCat). Al final, los socialistas han acabado sufriendo un batacazo el 28-M, consiguiendo tan solo cuatro concejales tras haber crecido hasta los seis en 2019: en total, se han dejado 6.000 votos en la ciudad".
4 de junio, santoral: Noemí, Ruth, Francisco Caracciolo, Gualtero de Servigliano, Metrófano de Bizancio, Nicolás, Trano, Optato de Milevi, Petroc de Cornualles y Quirino de Sisak.