El fracaso de la negociación para renovar la cúpula del Poder Judicial marca la agenda mediática. Hay versiones para todos los gustos. La prensa de orientación conservadora atribuye la ruptura al ministro de Presidencia, Félix Bolaños, que habría toreado a Esteban González Pons, el mandado de Alberto Núñez Feijóo. Según esa teoría, el ministro habría negado hasta la saciedad que el Gobierno se planteara la rebaja de las penas del delito de sedición. "Ruido mediático" es lo que decía Bolaños respecto al aluvión de informaciones que daban por sentada la reforma del Código Penal.
La contraparte sostiene que una conjura derechista liderada por Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, habría dado al traste con la negociación. Se apunta también que Feijóo es un títere muy sensible a las presiones de una especie de entramado político, mediático y judicial contrario a desbloquear el nombramiento de nuevos magistrados para el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Supremo y el Constitucional.
Abundan en digitales y papeles las reconstrucciones sobre la frustrada negociación. "'Nos ha engañado': así se la jugó Bolaños a González Pons y Feijóo" es el titular de apertura de Vozpópuli. El texto corre a cargo de Jesús Ortega: "El PP culpa a Félix Bolaños del giro de 180 grados de Feijóo en la negociación del CGPJ. El líder popular afirmó que el fin de las conversaciones con el Gobierno se debía a la voluntad de Sánchez de rebajar el delito de sedición apenas 48 horas después de que la secretaria general, Cuca Gamarra, desligara una cosa de la otra. Desde Génova explican que la posición del partido fue esa hasta el jueves porque el ministro de Presidencia aseguró en todo momento a Esteban González Pons que esa modificación del Código Penal no iba a llevarse a cabo: "Nos ha engañado"".
Sigue Ortega: "Ese es el balance que hacen desde el entorno de Feijóo de unos días de intensas negociaciones con el Gobierno que han acabado de la peor forma para el líder del PP. En Génova consideran ahora que Moncloa se la ha jugado y que nunca existió voluntad de cerrar un acuerdo con las condiciones acordadas con el partido: "El pacto era tan bueno, que han hecho todo lo posible para reventarlo". Las fuentes consultadas por Vozpópuli admiten que existían aún algunos flecos a finales de la semana pasada, pero todo empezó a torcerse a partir del lunes, cuando El País publicó que el Gobierno se abría a reducir a la mitad la pena de sedición. Desde entonces, las conversaciones entre Pons y Bolaños entraron en otro terreno, y el PP confió en la palabra del ministro de Presidencia, finalmente "desmentido por el propio Pedro Sánchez". Desde Génova explican a este diario que, desde el primer momento, el PP pidió explicaciones a Bolaños. Su respuesta no parecía dejar lugar a dudas: "Nos dijo que la reforma del Código Penal era mero ruido mediático. Y le creímos"".
Esa supuesta credulidad popular contrasta con la versión gubernativa. "El Gobierno cree que la ruptura pasará factura a Feijóo y que ya no puede ser su 'interlocutor'", apunta El Independiente. Escribe Juanma Romero: "Irritación. Indignación absoluta. El Gobierno trata de reponerse de un golpe que no esperaba y que le ha levantado en armas contra el PP y contra su líder, Alberto Núñez Feijóo. El pacto para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), reitera, estaba prácticamente cerrado, a falta de los últimos flecos, como la presidencia del órgano, pero estaban listos los nombres de los vocales y hasta sus suplentes. Pero el castillo se vino abajo porque, para la Moncloa, Feijóo no supo resistirse a las «presiones» de las «fuerzas más extremistas de la derecha, que nunca han querido el acuerdo». No saldrá gratis al jefe de los populares, estiman en el Ejecutivo y en el PSOE: la «ruptura unilateral» de las conversaciones le pasarán factura, creen, porque «ha perdido credibilidad y autoridad». Y su palabra «no vale nada». Por eso para el Gobierno él ya no es un «interlocutor válido», alguien confiable con quien sentarse. Lo que queda por delante es una guerra, ya sin cuartel, entre los dos grandes partidos, de aquí hasta las generales de dentro de un año. «A sangre y fuego», como admite una dirigente de primer nivel.
En el equipo de confianza del presidente sostienen que aún no se ha hablado de los siguientes movimientos que darán, que se irá viendo cuando «las cosas se asienten». Porque ahora duele la «decepción» con el PP. «Le han temblado las piernas, no es autónomo», apuntaba Sánchez a los periodistas que viajaban con él en su gira por África. Lo hacía en Luanda, en la escala técnica que estaba obligado a hacer su Airbus oficial para poder proseguir su ruta hacia Madrid. El líder socialista había conversado una hora con Feijóo, en el trayecto por carretera entre Johannesburgo —donde había visitado la prisión en la que estuvo Nelson Mandela— y la base militar aérea de Pretoria, la capital sudafricana".Y: "En esa charla, contó, ya percibió que el jefe del PP parecía arrugarse, pero quedaron en verse el 2 de noviembre para atar los últimos extremos del pacto. Pero Génova decidió romper la baraja poco después vía comunicado, con Sánchez en pleno vuelo, y filtró la llamada entre los dos líderes, hecho que soliviantó al jefe del Ejecutivo. Los conservadores se escudaron en la reforma del delito de sedición, que el presidente no aparcaba. Este le respondió que el PP no podía dictar la «agenda legislativa» del bipartito y que nada había cambiado en las últimas horas: la posición era «la misma». Para los socialistas, lo ocurrido es «muy claro». Que Feijóo se rindió ante la derecha "más reaccionaria", en su partido y fuera. Ocurrió que "una vez más se ha impuesto Isabel Díaz Ayuso", recuerdan en el corazón del partido y del Gobierno. La presidenta madrileña escribió a su jefe de filas para pedirle que no acordara el desbloqueo del CGPJ porque Sánchez pretendía «engañarle». «Ella va a por él, quiere ser su sucesora después de las autonómicas y municipales de mayo, y él le tiene miedo», abundan".
De modo que el Gobierno le ha puesto la cruz a Feijóo y el PP, a Bolaños. "A sangre y fuego", por cierto, es el título del libro de relatos sobre la Guerra Civil de Chaves Nogales.
Pero hay más, una tercera derivada, que es de la que se ocupa El Mundo con este titular: "Moncloa se negó a garantizar al PP que ERC no entraría en el Constitucional". La pieza viene con la firma de Juanma Lamet, que escribe: "Pero ni el PP desveló en su comunicado toda la conversación con Sánchez -que contuvo momentos de franca tensión- ni el de la sedición fue el único motivo de la congelación de las negociaciones, según revelan a El Mundo fuentes de la negociación. ¿Pero no tenían todo pactado a la espera de la guinda final? «Casi» todo. Faltaba un fleco fundamental para el PP a cuenta de la renovación del Tribunal Constitucional. El PP exigía «garantías» por escrito de que el Gobierno no pondría a ningún magistrado «favorable» a los intereses de ERC o, directamente, de «corte independentista» en el Tribunal Constitucional, donde el Ejecutivo ha de nombrar a dos candidatos. «Y eso no se había pactado aún», porque el Gobierno no había accedido a incluir ese compromiso por escrito, según aseguran las fuentes de Génova consultadas. Porque, aunque sí estaban pactados los nombres del CGPJ, «los del TC no los teníamos», añaden en Génova".
Continúa el texto: "En La Moncloa subrayan que ERC no iba a tener un magistrado y que la sola posibilidad formaba parte de un intento de «tumbar» el acuerdo haciendo que el PP saltase en marcha. Más allá de los nombres, lo que sí es cierto es que ERC venía presionando a Sánchez para que el nuevo panorama judicial no fuera «hostil» a la Generalitat, como desveló este diario. Además, los independentistas reclaman que, en el futuro, el Alto Tribunal respete la «voluntad» del Parlament y la Justicia no frene sus políticas lingüísticas, como ocurrió con el la sentencia sobre el Estatut".
En resumen, el primer intento de alcanzar un pacto de Estado entre los dos principales partidos ha acabado como el rosario de la Aurora, expresión que remite a los orines que vecinos de Barcelona lanzaban a los fieles de la Adoración Nocturna porque hacían demasiado ruido. Lo de la guerra de las terrazas en la calle Enrique Granados, pero en el siglo XIX.
Cataluña. Nuevo fichaje del Govern de Aragonès. La exdiputada de la CUP Mireia Boya será la directora general del Cambio Climático. De la nota de Ferran Casas en Nació Digital: "Mireia Boya, exdiputada de la CUP per Lleida i ambientòloga, s'incorpora com a independent al govern d'ERC. En els pròxims dies serà nomenada directora general de Qualitat Ambiental i Canvi Climàtic del departament d'Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural que lidera la republicana Teresa Jordà, segons que ha pogut confirmar NacióDigital en diverses fonts. Amb la incorporació de Boya, que no serà l'única provinent de l'espai anticapitalista al sottogoverno que s'està completant aquestes setmanes, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, incideix en el missatge que el seu Govern representi el 80% de la ciutadania i en la "revolució verda"".
Internacional. "Una brutal agresión al marido de la demócrata Pelosi subraya la explosiva tensión y violencia política en EEUU", avisa El Periódico. El texto es de Idoya Noain: "La olla a presión en la que se ha convertido la política de Estados Unidos, donde proliferan las teorías de la conspiración y se ha radicalizado la polarización y donde al discurso retórico violento intensificado durante la presidencia de Donald Trump han seguido crecientes incidentes de intimidaciones, amenazas, altercados y hasta el asalto al Capitolio, ha tenido otro escalofriante estallido este viernes, a 10 días de las elecciones legislativas del 8 noviembre. Un hombre identificado por las autoridades como David Depape, de 42 años y residente de Berkeley, irrumpió poco antes de las 2.30 de madrugada en la casa en San Francisco de Nancy Pelosi, la poderosa demócrata que preside la Cámara Baja. Según diversas fuentes citadas por la prensa local, Depape entró al grito de "¿dónde está Nancy?, ¿dónde está Nancy?", la misma frase que gritaron asaltantes al Capitolio. La speaker se encontraba en Washington pero en la residencia estaba su esposo, Paul Pelosi, un hombre de 82 años al que el asaltante "agredió violentamente" con un martillo".
El hombre sufre una fractura del cráneo, aunque parece fuera de peligro.
Mientras tanto, Donald Trump, inasequible al desaliento, es la estrella de los mítines republicanos en las elecciones de mitad de legislatura, según cuenta Fernando García en La Vanguardia: "Donald Trump no afloja. Mientras sus abogados evalúan cómo responder a los requerimientos judiciales y parlamentarios que se le acumulan por intentar falsear las elecciones del 2020, por ocultar documentos secretos o por engañar al fisco, el expresidente se dispone a darlo todo en el último tramo de la campaña de las legislativas a medio mandato del 8 de noviembre. Una campaña en la que él ha bendecido o condenado a los candidatos de su partido, copado la escena de los grandes mítines republicanos y, tal vez, abonado el terreno para una candidatura suya a la reelección en las presidenciales del 2024".
Sigue García: "Después de protagonizar sendos y multitudinarios mítines en los estados de Carolina del Norte, Michigan, Nevada, Arizona y Texas, a razón de uno a la semana, Trump acaba de anunciar su participación en otras cuatro grandes convocatorias en vísperas de las midterm : el 3 de noviembre en Iowa, el 5 en Pensilvania, el 7 en Ohio y el 6 en Florida, donde ha invitado al senador Marco Rubio, pero no al gobernador y aspirante a la reelección Ron DeSantis, su posible rival más temible en unas primarias a las presidenciales del 2024".
29 de octubre, santoral: Narciso, Colmán de Kilmacduagh, Dodón de Wallers, Feliciano de Cartago, Honorato de Vercelli, Teodario de Vienne y Zenobio de Sidón.