Se dijo que después de la pandemia vendrían una especie de años locos, como aquella segunda década del siglo pasado. Nada más lejos de las actuales previsiones. La inflación, la tensión en Ucrania, las variantes del coronavirus de Wuham, el riesgo de nuevas enfermedades, todo ello apunta a un mundo en crisis y en el que se agudizan los desequilibrios. Cualquier tiempo pasado fue mejor, sobre todo el final del siglo XX. La globalización muestra su lado oscuro, el impacto mundial de la enfermedad, los problemas de suministros, el coste de la energía, el colapso de las infraestructuras, la fortaleza rusa, la debilidad estadounidense, la irrelevancia de la Unión Europea, las amenazas de China. No, no hay atisbo de felices años veinte. Estamos más cerca del Apocalipsis que del retorno del foxtrot.
"El FMI avisa de un freno en la recuperación y de la inflación persistente", apunta El País en portada. "La institución advierte de que la elevada inflación durará “más de lo previsto”", se añade en sumario. El texto es de Lluís Pellicer: "El mundo se recuperará del batacazo económico de la pandemia más lentamente de lo previsto. Entre otras cosas, porque no ha podido salir del bucle de oleadas de contagios desde el inicio de la pandemia en 2020 en Wuhan. La variante ómicron, que ha sacudido con especial fuerza a Europa, enfriará en medio punto el rebote anunciado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a escala global, que será del 4,4% en 2022 y del 3,8% en 2023. Según la institución que dirige Kristalina Georgieva, el despegue en este primer trimestre sigue hipotecado por las restricciones, las bajas laborales y el impacto de las nuevas infecciones sobre sectores como el turismo y la restauración. El documento, además, pone especial énfasis en las tensiones inflacionistas, que cree que “persistirán más tiempo de lo previsto”, con “continuas interrupciones en la cadena de suministro y altos precios de la energía”, en particular en EE UU".
El FMI también tiene en cuenta el conflicto en Ucrania, las "disrupciones en la cadena global de suministros" y anticipa una inflación más prolongada de lo previsto. "El alza de precios será del 3,9% en las economías avanzadas y del 5,9% en los mercados emergentes y los países en desarrollo. La inflación se irá moderando para descender en 2023, siempre que la virulencia del coronavirus vaya aliviándose, las cadenas de suministro engrasándose, la demanda equilibrándose y los bancos centrales endurezcan su política monetaria para poner los precios a raya", advierte el texto.
O sea que en el caso de que todo vaya bien, la economía irá bien. Mientras tanto, Francia y Alemania buscan una solución al contencioso con Rusia al margen de los Estados Unidos, cuyo presidente, Joe Biden, se dedica a insultar a periodistas en la línea de su antecesor Trump. La decadencia americana encarnada en la figura de un tipo estólido al frente de una administración desnortada.
"Francia y Alemania buscan una desescalada dialogando con Putin", apunta La Vanguardia. Escribe Eusebio Val: "Alemania y Francia, el núcleo duro de la Unión Europea, coincidieron ayer, aunque con matices diferentes, en instar a Rusia a aceptar una desescalada en la crisis de Ucrania. Después de su encuentro en Berlín, el canciller Olaf Scholz y el presidente Emmanuel Macron hicieron un nuevo llamamiento al diálogo, que se concretará en las próximas horas en reuniones diplomáticas y una llamada telefónica que el titular del Elíseo realizará al inquilino del Kremlin, este viernes, para “clarificar las intenciones” rusas".
Sigue la pieza: "Berlín y París se agarran con insistencia a un concepto, la desescalada, conscientes de que si esta fracasa el desenlace de la crisis puede ser dramático. Scholz estuvo en su línea, muy prudente, si bien alertó de “las consecuencias muy elevadas” que tendría un ataque ruso. Macron fue más agresivo y leyó la cartilla a Putin por “la multiplicación de actos de desestabilización”. Mencionó las maniobras militares, los ataques cibernéticos, la amenaza de cerrar el grifo del gas natural o el uso de la inmigración irregular (la experiencia bielorrusa) como arma política. El presidente francés constató, solemne, que Rusia se ha convertido en “una potencia de desequilibrio”. Scholz prefiere la cautela, consciente de la historia alemana en el siglo XX, su posición geopolítica y su interdependencia económica con Rusia, factores que invitan a evitar por todos los medios una guerra".
En España, "El Congreso respalda el envío de tropas, pero recrimina a Sánchez la falta de información", asevera El Confidencial, que añade estos datos: "El presidente no tiene previsto ir a la Cámara hasta el 16 de febrero. Podemos cerró filas con Albares aunque mantuvo su posición ambigua sobre la OTAN. Solo los independentistas rechazaron la respuesta del Ejecutivo". El texto es de Iván Gil y Fernando H. Valls y arranca así: "Con muchos matices y poco énfasis, la mayoría de los grupos parlamentarios del Congreso respaldaron ayer al Gobierno en el refuerzo de efectivos de las Fuerzas Armadas españolas para disuadir a Rusia en el conflicto con Ucrania. Un apoyo a Moncloa tibio y con críticas a la gestión del Ejecutivo ante la considerada "amenaza" rusa, que anticipa que un nuevo despliegue militar deberá pasar antes por la Cámara y contar con más información. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, todavía no se ha puesto en contacto con el jefe de la oposición, Pablo Casado, para informarle de la situación. Tampoco tiene previsto acudir al Parlamento hasta la sesión de control al Gobierno del 16 de febrero, toda vez que la próxima semana estará de viaje oficial en Emiratos. Pese a todo, PP, Vox, Ciudadanos y el PNV trasladaron su respaldo durante la comparecencia en el Congreso del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que se extendió hasta el filo de la medianoche".
En El Mundo destacan la incomunicación entre el presidente del Gobierno y el jefe de la oposición. "Pedro Sánchez no contempla llamar a Pablo Casado por Ucrania y lleva ya ocho meses sin hablar con él de nada" es el titular de un texto firmado por Álvaro Carvajal: "Ahora, la alarma mundial por la amenaza de invasión de Ucrania por parte de Rusia y el aviso de una respuesta contundente por parte de la Unión Europea y de la OTAN tampoco parece ser suficiente para que Sánchez descuelgue el teléfono y se ponga en contacto con Casado para compartir información, que es lo que el PP está demandando. "La situación es lo suficientemente grave para que llame", denuncian en Génova, donde subrayan que se trata de un "asunto de Estado" y que por eso Casado ha cerrado filas y ha brindado todo su apoyo al Gobierno".
Continúa la pieza: "Sin embargo, ni con ese respaldo el plan de Sánchez pasa por telefonear pronto al líder del PP. Fuentes de La Moncloa admiten que no se contempla que esa comunicación se produzca en los próximos días y la emplazan sólo a que haya un cambio de escenario, es decir, a que se agrave el conflicto. El Gobierno ha situado la interlocución con los partidos de la oposición en un nivel inferior y ha dejado en manos del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, el ponerse en contacto con los portavoces de Exteriores de los grupos parlamentarios, cosa que ya ha hecho. Es ahí de momento donde La Moncloa restringe el diálogo con el PP, rechazando abrir un canal de comunicación especial con el principal partido de la oposición".
Cataluña. "Guerra abierta entre altos funcionarios del Parlamento" advierte El Nacional. "La secretaria general acusa al letrado Bayona de violar la debida discreción en razón del cargo en que lo obliga la Cámara" se añade en el sumario. Todo ello viene derivado de la licencia por edad y las extrañas maniobras de Laura Borràs. Del texto del citado digital: "Un letrado ofendido y la secretaria general del Parlament que echa chispas. Este es último capítulo del culebrón que estalló en el Parlament a raíz de la noticia que 21 funcionarios se han acogido a una jubilación anticipada con el sueldo íntegro que ofrecía la Cámara a trabajadores del 60 años con un mínimo de 15 de antigüedad, las denominadas licencias de edad. La noticia la publicó el diario Ara el lunes pasado y el nuevo protagonista que ha irrumpido esta mañana (por ayer) en el serial es uno de los letrados de la Cámara, Antoni Bayona, que es además colaborador de este medio y fue letrado mayor del Parlament y por tanto buen conocedor de sus intríngulis. Bayona se ha sentido ofendido porque atribuye a la secretaria general, Esther Andreu, unos comentarios "inapropiados" durante la última reunión de la Mesa en que considera que se le atribuía la responsabilidad de haber filtrado la información".
Y: "Tan enfadado estaba Bayona que lo ha proclamado en una carta que ha hecho llegado a la Mesa y lo ha explicado ante todos los micrófonos que se le han puesto a tiro, desde dónde, además, ha acusado al Parlament de falta de transparencia. Y aquí toma forma las acusaciones de la secretaria general contra el letrado. En un episodio inédito de batalla pública entre los altos funcionarios de la Cámara, la secretaria general ha hecho un comunicado de respuesta en que niega rotundamente las acusaciones de Bayona y defiende la profesionalidad y dedicación de los trabajadores del Parlament. "Quiero destacar la imparcialidad de la práctica totalidad de los funcionarios", apunta además de lamentar el daño hecho a la institución".
Más salsa rosa. "El Estado paga casi 8.000 euros al mes por la escolta a Urdangarin" dice Vozpópuli. Escribe Jesús Ortega: "Iñaki Urdangarin se ha separado de la infanta Cristina, pero mantendrá, al menos por el momento, una serie de privilegios vinculados a esa relación, ya extinta, con la hermana del rey. Entre otras cosas, el exduque de Palma conservará el servicio de escolta que corre a cuenta de las arcas del Estado, y que tiene un coste cercano a los 8.000 euros mensuales. Así lo confirman a Vozpópuli fuentes de los servicios de escolta del Ministerio del Interior, que aportan detalles sobre la seguridad de Urdangarin: "Cuenta con dos escoltas, pertenecientes al Cuerpo Nacional de Policía, a su disposición para garantizar su seguridad tanto en su día a día como en los desplazamientos". La nómina de estos dos agentes, que cuentan con un sueldo bruto mensual de "unos 2.100 euros", corre a cargo del Ministerio del Interior, al igual que el resto de gastos generados por este servicio de protección al exduque de Palma".
De la protección, el referido medio deduce que no era una sorpresa para la infanta que su marido tenía una relación extramatrimonial.
26 de enero, santoral: Agustín Erlandsön, Alberico, abad, Teógenes, mártir, Timoteo y Tito.