Pablo Casado puede parecer ese niño que celebra su cumpleaños y queda eclipsado por una compañera de clase más lista, más mona y más popular entre los niños de la clase. ¿Quién no ha visto el caso? ¿O sufrido en propias carnes? La convención del PP estaba diseñada para consagrar el liderazgo del antedicho Casado, pero titulares y crónicas evidencian que en ese corral hay una gallina con apresto de gallo.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, aterrizó en la convención a los gritos de "¡presidenta, presidenta!". Que lo es, pero en boca de sus fans el término adquiría una cualidad expansiva. Venía Ayuso de los Estados Unidos. En El Mundo la retratan corriendo por los alrededores del Capitolio. Tras la pandemia, ha logrado volver a su figura. Ella lo cuenta así: "Sin darse cuenta llegó a subir más de 10 kilos, lo cual atribuyó al estrés. Decidió que tras el 4M había que dar un cambio. Y su clave ha sido más sencilla que todo lo que se ha escrito. «Estar más tranquila, dormir un poquito mejor, cenar menos y no comer de manera compulsiva». También dos citas semanales en el gimnasio con su entrenador personal, con el que hace pesas y casi siempre termina «con la lengua fuera», en sus palabras. «Ahora tengo casi la misma presión y la misma cantidad de trabajo, pero desde las elecciones lo que había engordado me lo he quitado y vuelvo a estar en mi peso de siempre»".
Pero eso es lo de menos. Ayer tendió la mano a Casado, hizo profesión de lealtad, aseguró que su trayectoria política empieza y acaba en Madrid (Comunidad), y prometió fidelidad eterna al proyecto casadista con expresa mención a la señora del líder. Y aún así, sus compañeros de partido recelan de "la presidenta" y creen que "su tregua será temporal".
Es lo que cuenta Juanma Lamet en El Mundo: "Todos los focos de la convención del PP apuntaban ayer a Isabel Díaz Ayuso. La presidenta de la Comunidad de Madrid aprovechó su discurso en el plenario para despejar las dudas, enterrar el hacha de guerra y firmar la paz con Génova. Y no sólo eso: hizo una cerrada defensa del liderazgo de Pablo Casado: "Me dio la mayor oportunidad, presidir la Comunidad de Madrid, que es mi vida y es mi meta política". Ayuso solemnizó su mano tendida así: «Hoy te quiero decir, Pablo, delante de tu mujer, de toda la gente que te quiere, delante de todo el mundo, que tengo meridianamente claro dónde está mi sitio y que daré lo mejor por Madrid»".
Sigue la pieza: "¿Pero es que acaso estaba sobre la mesa el liderazgo nacional de Ayuso? La sorpresa de los barones fue palmaria. En privado, unánime. Y en público, sintetizada por las palabras irónicas del presidente de Murcia, Fernando López Miras, quien bromeó asegurando que él tampoco dará el salto nacional: «Querido presidente, yo también me quedo en Murcia»".
Hombre, el gran López Miras del Mar Menor que a este paso será el mar muerto. Paisano coleguita de Teodoro García Egea, el secretario general.
Continúa Lamet: "Los barones consultados por estas declaraciones muestran cierta sorpresa por el hecho de que Ayuso renuncie a liderar el partido. «Sólo es un debate de ella, no es un debate real». «No era el día y no son formas», reconoce en privado otro de los cuatro presidentes regionales del PP restantes. La «tregua» será «temporal», añade a este diario otro barón. «Yo nunca he creído que éste fuera un debate real, y como nunca he creído que fuera un problema, ahora no me creo que haya dejado de serlo», agrega. Lo cierto es que la declaración de lealtad de Ayuso a Casado ha aflojado el debate sobre la relación de ambos. Y eso permitirá al presidente del PP «colocar mejor sus mensajes y propuestas», sin «ruido», reconocen en Génova. «Al menos, ahora la prensa se va a centrar más en el discurso de Casado», añade un barón. «El leit motiv de la convención es 'Casado presidente'», se felicitaba uno de los asesores del presidente del PP, tras el mensaje de Ayuso".
Está meridiano que el sector oficialista del PP no sabe cómo manejar el fenómeno Ayuso, provocado en gran medida por la animadversión que le profesa la izquierda podemita.
En El País escriben sobre la convención N. Junquera, E. García de Blas y J. Casqueiro. El titular es que "Casado aplaza el viaje al centro". Así comienza la crónica coral: "Pablo Casado cierra hoy una convención diseñada para relanzar su liderazgo que ha estado cargada de sobresaltos. El cónclave ha evidenciado la tensión ideológica del PP, que por un lado trata de recuperar a los votantes de Vox y por otro quiere atraer a los que en su día catapultaron a Ciudadanos".
Sigue: "El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, lanzó el lunes en la inauguración de la cita itinerante una advertencia: “No debemos caer en las trampas de los postulados nostálgicos. No hemos sido xenófobos, insolidarios, reaccionarios... Eso se lo dejamos a otros partidos”. Sin embargo, algunos ponentes y el tono duro de Casado han acercado estos días a la formación a su competencia por la derecha. Isabel Díaz Ayuso, ausente hasta ayer de la convención por su viaje a Estados Unidos, eclipsó el encuentro. Se descartó para capitanear el PP e insistió en que aspira a dirigir el partido en Madrid. Lo primero pretendía calmar las aguas. Lo segundo le sirvió para demostrar que la militancia (fue la más aplaudida) no entendería que Génova no accediera a sus deseos".
El Abc, por su parte, se desmarca del tema del día y anuncia a sus lectores que ha tenido acceso a los papeles de Emilio Alonso Manglano, el jefe del Cesid desde 1981 a 1995. El caso es que dos de los redactores del medio han escrito un libro sobre el particular y antes de su publicación, ofrecen un anticipo en el diario. En portada se destaca que el general Armada le dijo al Rey que había que evitar un derramamiento de sangre y que él tenía los votos socialistas caso de presentarse como elefante blanco.
En la prensa de obediencia procesista se dice que "miles" de personas secundaron las marchas de la ANC en conmemoración del 1-O. Fue algo así como la Semana Santa del independentismo con lo más granado de las cofradías de la urna consagrada y la papeleta del gran poder. Poca gente, pero muy fervorosa: "ora pro nobis peccatoribus, ni oblit, ni perdó".
En El Punt Avui entrevistan al letrado Gonzalo Boye, que anima el domingo de los fieles con la profecía de que "hauran de deixar tornar a Puigdemont".
Otras historias catalanas. Los policías, da igual el cuerpo al que pertenezcan, son la casta de los intocables en la región. "Desautorizados y sin apoyo institucional: la olla a presión de los policías catalanes" titula una de sus piezas en El Independiente Iva Anguera de Sojo. Y escribe: "Este jueves, el Parlament acaba de dar la puntilla al divorcio entre política y fuerzas y cuerpos de seguridad al tumbar una propuesta de resolución en la que el PSC proponía «condenar los incidentes violentos» y las «agresiones a mossos y policías locales» e instaba al Govern a «restituir y reforzar la autoridad en el cuerpo de Mossos y el conjunto de policías que actúan en Cataluña». ERC y JxCat, los dos partidos que gobiernan la Generalitat, votaron en contra junto a la CUP y Vox. El vídeo de la votación ha corrido como la pólvora entre los policías catalanes, muchos de los cuales reclaman ya salir a la calle a protestar. Todos los portavoces de sindicatos policiales de mossos y policías locales coinciden en la preocupación por la falta de autoridad que se deriva de los incidentes vividos en los últimos tiempos en Cataluña, que culminaron en los botellones de Barcelona del pasado fin de semana. «No puede ser que agredir a un policía salga gratis» apuntan".
Y: "Esta denuncia la comparten policías nacionales, guardias civiles o ertzaintzas. Pero en Cataluña el contexto político introduce agravantes significativos a la falta de autoridad y la sensación de vulnerabilidad de las fuerzas de seguridad: Un discurso político que cuestiona sistemáticamente a la policía y la inhibición de las instituciones en defensa de sus trabajadores públicos".
Precisamente ayer el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, presidieron la entrega de despachos a 1.300 nuevos agentes de Mossos y policías locales. En su discurso, Elena dijo que los policías debían velar por las personas sin hogar, por los más vulnerables y por la protección de los derechos y libertades de los manifestantes procesistas. De atrapar ladrones y evitar delitos no dijo nada.
Noticia de impacto en el sector energético. "El socialista Carmona, nuevo vicepresidente de Iberdrola España", avisa Ok Diario. El texto es de Luis Arcos: "El socialista Antonio Miguel Carmona se convertirá en los próximos días en vicepresidente de Iberdrola España, compañía líder en el sector energético español y presidida por Francisco Córcoles. Nacido el 24 de enero de 1963 en Madrid, Carmona es un reputado profesor de Economía y un hombre con una dilatada trayectoria política tanto en la Asamblea de Madrid como en el Ayuntamiento de la capital. Fue elegido diputado en la Asamblea de Madrid en dos etapas: entre junio de 1999 y diciembre de 2002, y entre junio de 2011 y junio de 2015. Posteriormente fue elegido concejal del Ayuntamiento de Madrid en las elecciones municipales de 2015, permaneciendo cuatro años como edil en el consistorio presidido entonces por la alcaldesa Manuela Carmena. Hombre de una sólida formación académica, también se ha destacado en la política por su talante, lo que le ha hecho merecedor de elogios de todo el espectro político madrileño".
3 de octubre, santoral: Francisco de Borja, Cándida de Roma, Cipriano de Toulon, Dionisio Areopagita, Gerardo de Namur, Hesiquio, Maximiano de Bagai y Virila de Navarra.