La campaña electoral encara la recta final sin grandes novedades. Comenzó siendo un todos contra Illa, siguió con un todos contra Illa y fenece por los mismos derroteros, con un debate en TV3 que confirma que el candidato socialista es el trasero hacia donde se dirigen casi todas las patadas. Hay otras batallas, claro. Junts per Catalunya (JxCat) y ERC no compiten por ganar las elecciones sino por quedar por delante uno del otro. Y en la parte baja de la tabla, las derechas disputan por lo mismo, el liderazgo en su sector. Todo esto quedó ayer meridiano en el debate de TV3, el clásico guirigay donde cada candidato dijo lo que le interesaba sin atender demasiado a los argumentos (por decir algo) del resto.
En Crónica Global es María Jesús Cañizares quien se hace cargo del análisis del embate y concluye que Illa y Aragonès exhibieron presidencialismo mientras el popular Alejandro Fernández acorralaba a Garriga, el ariete de Vox. Desaparecidas en combate quedaron Albiach, Borràs, Chacón y Sabater, así como Carrizosa. Sea como fuere, el debate no pasará a la historia ni tendrá un reflejo electoral. Nadie ganó y nadie perdió. Una discusión a nueve en un plató... Un disparate conducido por Sanchís de manera maquinal. Si al él le aburría la cosa, imagínense a la audiencia.
Mientras tanto y en Madrid, la parte socialista del Gobierno flipa en colores con el vicepresidente segundo Pablo Iglesias, que más que un verso suelto y un espíritu libre es un hombre descompuesto en el jugo de sus ácidas contradicciones. Colean las declaraciones del líder de Podemos en Ara sobre la supuesta falta de normalidad de la democracia en España por el caso de los políticos presos. En Rusia, que con el rabo mata moscas, aplauden las palabras del pequeño tovarich ibérico. Aquí, los ministros socialistas creen que Iglesias es una caricatura de sí mismo, según cuenta Lucía Méndez en El Mundo: "El vicepresidente habla fuera, pero calla dentro en las reuniones semanales del Consejo de Ministros. La última de Iglesias ha sido sonada, saltando incluso las fronteras nacionales. Ha avalado las tesis del ministro de Exteriores de Vladimir Putin sobre la falta de normalidad de la democracia española. El vicepresidente del Gobierno de España dice que España no es una democracia plena. Igual en cualquier otro momento o en cualquier otro país estas declaraciones harían temblar --al menos un poco-- las paredes de Moncloa y de los ministerios. No es el caso. Dos vicepresidentas, Carmen Calvo y Nadia Calviño, y la portavoz, María Jesús Montero, desautorizaron en público a su colega, y a correr"
Sigue la nota: "¿Eso es todo? La respuesta que da el sector del Gobierno crítico con el papel de Iglesias es la siguiente. "Créeme, ya ni siquiera nos cabreamos como las primeras veces. Sabemos lo que hay. Pablo Iglesias no está en la acción de gobierno, no tiene gestión, no hace nada, y cada día se ve obligado a ir más allá y hacer declaraciones más escandalosas para llamar la atención. Desde que se aprobaron los Presupuestos, se ha quedado sin papel político. Todo el mundo lo da por descontado, como si fuera una extravagancia. Seguro que a la ministra de Exteriores le ha sentado mal, pero tampoco le habrá extrañado. Podríamos decir que igual esta vez no ha medido el alcance de sus palabras, pero ya son demasiadas salidas de tono". El sector más crítico con Pablo Iglesias es contundente en su particular descripción del líder de Podemos. "En el Gobierno somos 22, hay 21 ministros que gestionan y uno que va por libre buscando llamar la atención hasta casi el esperpento. Pablo Iglesias se ha convertido en una caricatura que no ha sabido medir su propio personaje"".
Algo diferente es la versión que da La Razón sobre el mismo asunto. En el diario de Planeta se habla de "máxima tensión" con el hombre del moño. El texto es de Ainhoa Martínez: "El contexto electoral en Cataluña ha tensionado sobremanera la relación entre PSOE y Unidas Podemos dentro de la coalición. Ambos partidos se otorgaron cierto margen de actuación --y "sobreactuación"-- en campaña, pero los últimos acontecimientos no han hecho sino recrudecer el conflicto, en un ambiente ya enrarecido que se venía fraguando a cuenta de la estrategia de desestabilización de Unidas Podemos. A pesar de que ambas formaciones se reunieron hace un par de semanas para tratar de limar asperezas y engrasar la coalición de cara al nuevo periodo de sesiones, lo cierto es que los efectos de ese encuentro no se han sostenido en el tiempo".
Continúa Martínez: "Las declaraciones de Pablo Iglesias en una entrevista, en la que en su condición de "vicepresidente del Gobierno", como él mismo dijo, reconoció que «no hay una situación de plena normalidad política y democrática en España, cuando los líderes de los dos partidos que gobiernan Cataluña, uno está en prisión y el otro en Bruselas ha supuesto un torpedo a la línea de flotación de Moncloa. En primer término, porque deja en evidencia a la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, cuando replicó al ministro de exteriores ruso, Serguéi Lavrov que «en España no hay presos políticos» y que somos una de las 23 democracias plenas del mundo. Hoy desde Rusia aprovechaban el comentario de Iglesias para ahondar en la burla, asegurando que no saben "a quién creer" en el Gobierno español: si a quien dice que hay democracia en el país o a quien dice lo contrario. Y, en segundo término, porque el pronunciamiento del vicepresidente no solo va contra la línea marcada por Moncloa de que no hay «presos políticos», sino que supone un asidero para las reclamaciones ante Europa que tanto Puigdemont como Junqueras tienen previsto emprender como parte de su estrategia de defensa. En el Gobierno no ocultan su malestar revestido de preocupación. Malestar, porque lamentan que "por un puñado de votos" Iglesias esté dispuesto a poner en cuestión la democracia española y la credibilidad del Ejecutivo, y preocupación por cómo se pueda tornar la relación con los morados tras el 14F. En Moncloa buscan ahora justificar cualquier comportamiento de Podemos en clave electoral, ante su necesidad de marcar perfil, pero ya se preguntan en qué puede derivar esta actitud de confrontación si los resultados de los Comunes no son los esperados".
Iglesias no es precisamente un aliado leal, pero en Podemos también hay motivos de queja contra la parte socialista del Gobierno. El propósito de rebajar los delitos de injurias a la Corona y enaltecimiento del terrorismo, entre otros, ha provocado otro choque entre los socios. De la información de Iván Gil en El Confidencial: "Si desde el PSOE se recriminó a Unidas Podemos al inicio de la campaña que estuviese haciendo oposición al Gobierno con objetivos electorales, este martes era Unidas Podemos quien acusaba de lo propio a los socialistas por registrar "unilateralmente" y sin su conocimiento la ley de igualdad de trato. Al mismo tiempo, se acusan mutuamente de incumplir el protocolo de convivencia del que se dotaron, que obliga a coordinar y pactar las iniciativas, en cuestiones transcendentales como la reforma del Código Penal sobre los delitos relacionados con la libertad de expresión o las leyes de igualdad".
Sigue Gil: "Tanto desde el Gobierno como desde el grupo socialista vinculan esta falta de coordinación a la campaña electoral, en una carrera por hacerse con la autoría de las iniciativas, según reconocía este martes la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero. Sin embargo, las costuras de la coalición siguen tensándose y tras las elecciones vendrán las negociaciones para la formación del Govern, en las que socialistas y morados parten de enfoques distantes. Entre medias, irá al Congreso la ley de igualdad de trato, registrada solo con la firma del PSOE e incluida en su cupo para el próximo pleno tras las catalanas. Unidas Podemos ha evitado desvelar el sentido de su voto a esta ley, apodada como ley Zerolo por parte de los socialistas en honor a su histórico dirigente, reclamando directamente que se retire. Ya cuando se registró, los morados no tardaron en reaccionar acusando a su socio de incumplir el acuerdo de gobierno, que recoge esta medida, por presentarla solo con su firma. Los morados entienden que estos trabajos competen al Ministerio de Igualdad".
Más campaña. Pablo Casado lleva en sí a un disidente, según confesó este martes en RAC1. El líder del PP se ha involucrado a fondo en la campaña y en marcar distancias con el PP de Rajoy, pero no sólo por las salpicaduras del caso Bárcenas. En El Periódico Miguel Ángel Rodríguez y Júlia Regué cuentan que el presidente de la formación conservadora se negó a defender las tesis marianistas durante la infausta jornada del 1-O del 17: ""Yo el 1-O era portavoz del PP". El presidente popular, Pablo Casado, ha reconocido este martes que en octubre de 2017 era él quien debió salir en rueda de prensa en representación de los conservadores tras la celebración del referéndum y las consecuentes cargas policiales. Sin embargo, el actual líder del PP ha admitido que no estaba de acuerdo con la posición del partido y que se negó a comparecer ante los periodistas. "En mi opinión se tenía que haber evitado", ha apuntado sobre las imágenes de gente votando y de las actuaciones de las Fuerzas de Seguridad del Estado".
Continúa el texto: "En una entrevista en RAC1, Casado ha explicado que pese a que su función era la de portavoz del partido, pues ocupaba la vicesecretaría de Comunicación del PP, aquel día decidió "no salir a explicar lo que estaba pasando". A continuación, ha señalado que "no estaba de acuerdo" con aquellos que afirmaban que se estaba "votando en unas elecciones homologables" ni con los que decían que "no se estaba votando nada". Así, el líder del PP decidió no asumir el papel de portavoz.
Además, ha asegurado que todo lo que ocurrió el 1-O se "tenía que haber evitado". "Había que haber evitado lo que pasó entonces", ha repetido en varias ocasiones, llegando a señalar que "desde el punto de vista judicial" el juez debería haber "actuado antes". No obstante, ha puntualizado que "ahora no tiene importancia" lo que ocurrió en 2017 y que él se presentó a la presidencia del PP para "ofrecer una cosa distinta para Cataluña"".
Coronavirus. "Sanidad vacunará con AstraZeneca a sanitarios, policías, militares, bomberos y docentes" titula El Diario. Se trata de una información de Belén Remacha en torno a los planes de vacunación: "La Comisión de Salud Pública del Ministerio de Sanidad ha actualizado la estrategia de vacunación estatal para adaptarla a las limitaciones de la vacuna de AstraZeneca contra el Covid-19, que el mismo organismo decidió la semana pasada que solo fuera administrada a adultos de hasta 55 años. Así, al primer colectivo que la recibirá, que son los sanitarios de primera y segunda línea que ya estaban incluidos en los grupos prioritarios, han sumado un subgrupo (grupo 3B) de otros trabajadores calificados como sanitarios y sociosanitarios que se ha seleccionado, según Sanidad, "en función del riesgo de exposición de su actividad laboral". Los que reciban la de AstraZeneca serán "personas en activo de hasta 55 años de edad"".
Sigue Remacha: "Este subgrupo lo forman los fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, personal de oficinas de farmacia, medicina legal, personal de servicios de ayuda a domicilio, de centros de menores y de centros de día, y de Instituciones Penitenciarias. Después de ellos serán vacunados con AstraZeneca los trabajadores cuya función se ha determinado como "esencial para la sociedad", que formarán el grupo 6: Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (Policía Nacional, Guardia Civil, Policía Autonómica y Policías Locales); personal de Emergencias (bomberos y otros); Fuerzas Armadas; docentes y personal de educación infantil y necesidades educativas especiales, y docentes de primaria y secundaria. Estos conforman el grupo 6 de vacunación estatal frente al Covid-19. Los ancianos de más de 80 años (grupo 5), usuarios de residencias (grupo 1) y grandes dependientes mayores de 55 (grupo 4) llevarán un proceso paralelo y seguirán siendo vacunados con dosis de Pfizer y de Moderna".
Ya son unas ochocientas mil personas las que han recibido las dos dosis preceptivas de la vacuna en España. Poco a poco.
10 de febrero, santoral: Austreberta, Escolástica, Guillermo de Maleval, Protadio, Sotera, Troyano y José Sánchez del Río.