Frío, hielo y bronca política. El Gobierno de España y los gobiernos de Madrid, el regional y el municipal, discuten sobre la declaración de la capital y su entorno como zona catastrófica tras el paso de la borrasca Filomena. El Ejecutivo central se muestra renuente mientras que Ayuntamiento y Comunidad se pregunta qué más tiene que pasar para que la Moncloa se apiade del centro del país. La bronca entre el Gobierno y Madrid es una de las claves de la legislatura, que recién ha cumplido un año, como la pandemia.
Decían que 2021 tenía que ser mejor por fuerza que el año del coronavirus. No se previó el factor de un invierno de posguerra con las tuberías quebradas por el frío y la luz como un bien de lujo. Los diarios digitales y de papel mantienen en sus cabeceras el tiempo meteorológico y sus estragos como principal argumento informativo.
Era previsible que tras los copos de nieve viniera el enfrentamiento político. "El PP advierte a Pedro Sánchez: 'Madrid es un caso palmario de zona catastrófica'" titula El Mundo. El texto es de Marisa Cruz: "El Gobierno, primero lo descartó y ahora da largas y titubea. En el primer partido de la oposición, sin embargo, creen que es "palmario": Madrid tiene que ser declarada zona catastrófica o "afectada gravemente por una emergencia", como se define desde 2015 en la ley del Sistema Nacional de Protección Civil y, en consecuencia, recibir del Estado ayudas para restaurar y paliar los daños ocasionados por el temporal tanto personales como materiales, públicos y privados".
Sigue la nota: "En la dirección del PP aseguran que, aún sin ver todavía todo el desastre causado por la borrasca Filomena, es "evidente" que la ciudad ha sufrido un golpe enorme que podría acrecentarse en los próximos días como consecuencia de la ola de frío extremo que se avecina. "Esto ha sido una inundación de nieve que ahora se convertirá en hielo y después en agua; muchos de sus efectos están por venir", avisan echando mano de la experiencia que tuvieron desde el Gobierno con crisis climatológicas de mucha menor magnitud. "No hay más que salir a la calle y mirar", afirman recordando que con temporales infinitamente menores que Filomena los daños en mobiliario urbano, parques y edificios públicos y privados fueron cuantiosos y muchos sólo se percibieron con el paso del tiempo".
Los ciudadanos de toda la meseta, no sólo de Madrid, sufren las inclemencias. Cortes de suministros, supermercados desabastecidos de producto fresco, escuelas cerradas, carreteras imposibles. Un desastre cuya cabal comprensión sólo es posible cuando se sufre. De lejos hay quien dice que no es para tanto, que "sólo" es una nevada, pero ni siquiera hace falta que nieve. En Barcelona se han encontrado muertos en la calles a dos personas sin hogar. En esta ocasión, el Ayuntamiento no ha considerado poner en marcha (o al menos publicitar) ninguna operación frío para quienes viven en la calle.
En cuanto al precio de la electricidad, cuenta la portada de El Periódico que "El Gobierno utilizará los fondos europeos para bajar la luz". O sea que va para largo. La idea es "descarbonizar" la economía y lograr así un sistema eléctrico "asequible". Podemos, en su línea habitual, pretende hacer campaña contra el Ejecutivo para que se note que ellos no tienen nada que ver con la subida del recibo porque son vírgenes y el poder no les contamina.
Más desgracias. El coronavirus. Sanidad constata que el pasado fin de semana fue el peor desde el inicio de la pandemia. Sin embargo, se descarta el confinamiento domiciliario. Oriol Güell es quien informa del asunt4o en El País: "La tercera ola sigue cogiendo velocidad en España. El Ministerio de Sanidad informó ayer de 61.422 nuevos contagios respecto al pasado viernes, el mayor incremento registrado en un lunes —día en el que también se incluyen los datos del fin de semana— desde el inicio de la pandemia. La cifra de nuevos fallecidos notificados en estos tres días ascendió a 401".
Continúa la pieza: "“Vienen semanas complicadas”, avisó desde el arranque de su comparecencia el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) de Sanidad, Fernando Simón. “En los próximos días es esperable un aumento de la incidencia”, que ya se sitúa en 436 casos por 100.000 habitantes en los 14 días anteriores, un incremento sustancial respecto a los 350 de incidencia de hace tres días. La tendencia sigue siendo “claramente ascendente” y “la situación no es halagüeña”. “Los datos no evolucionan tan rápido como en la segunda ola, pero hay un incremento considerable que se observa día a día, con cifras ya muy cercanas a [las de] finales de octubre”, siguió. Sin perder su oratoria tranquila pero con firmeza y un tono algo sombrío, Simón apuntó hasta en seis ocasiones a las recientes fiestas navideñas como el origen de la actual aceleración de la circulación del virus: “Lo hemos pasado quizá mejor de lo que podíamos o debíamos y ahora hay que asumir lo que viene”".
O sea que aquí ya mete broncas a la pobre gente hasta el apuntador y hay que aguantar la reprimenda del doctor Simón, que parece uno de esos hermanos maristas de la vara pegando collejas a las desvalidas criaturas. Así que como ustedes lo han pasado muy bien con la sidra achampañada y los polvorones, ahora van y se joden con el coronavirus. Pues muy bien, Simón.
El panorama pinta entre mal y fatal, de modo que las elecciones en Cataluña están en el alero. El departamento de Salud ha elaborado un informe con dos escenarios, uno malo y otro peor. A mediados de febrero podría haber entre cuatro mil y seis mil casos diarios y las uci acogerían a más de quinientos pacientes de coronavirus, contexto en el que quedan comprometidas hasta las operaciones oncológicas. Los técnicos no se pronuncian sobre la celebración de los comicios. Deberán ser los partidos. Lío garantizado. En Nació Digital escribe Sara González que "les dades sanitàries pesaran en la decisió, però també les conveniències polítiques. I és que les perspectives electorals marquen la pauta de la taula de partits. Fins ara, la majoria d'enquestes donen a ERC com a guanyadora, però també auguren que Junts retalla distàncies. La lectura dels de Carles Puigdemont és que el desgast dels republicans per la gestió de la pandèmia, més encara en aquests dos primers mesos de l'any, pot passar factura a Pere Aragonès. Amb la responsabilitat de la gestió a Salut i amb una "alta pressió hospitalària" que la consellera Alba Vergés ha donat per descomptada el 14-F, els republicans sospesen si els resultaria convenient o no un ajornament. El PSC, per la seva banda, busca mantenir viu l'"efecte Illa" i aposta per no tocar el calendari, mentre que els comuns, grans perjudicats pel moviment del PSC i l'efecte efervescent del lideratge del ministre de Sanitat, veuen complicat mantenir els comicis".
Continúa González: "En una cosa sí que s'han posat d'acord les formacions, i és que la decisió de divendres ha de ser definitiva. Tot i que el conseller d'Exteriors, Bernat Solé, ha plantejat la possibilitat de tirar endavant els comicis i suspendre'ls més endavant si es certifica el pitjor dels escenaris previstos -com va passar amb el pla de Nadal-, la majoria de partits s'hi han oposat. Especialment el PSC, que adverteix que no hi ha base jurídica per ajornar les eleccions i que, si es fa, la decisió podria ser recorreguda si no s'ha pres per unanimitat, com es va fer a Euskadi i Galícia".
Economía. "La nevada da la puntilla al comercio y pone en riesgo 700 millones de euros en ventas" titula El Confidencial su apertura. La pieza viene con la firma de Javier G. Jorrín, que escribe: "El mes de enero suele ser uno de los más activos para el comercio minorista, uno de los pocos sectores que sobreviven a la cuesta de enero. El final de la campaña de Navidad va seguido de la temporada de rebajas, lo que dispara la facturación en los comercios. Las ventas minoristas (excluyendo estaciones de servicio) de enero suele situarse un 2% por encima del promedio anual, siendo enero el tercer mes de mayores compras, solo por detrás de diciembre y julio. En números absolutos, este 3,5% de ventas adicionales supone unos 700 millones de facturación, según los datos de contabilidad nacional del INE (con cifras de 2019, previas a la pandemia). A esta cuantía hay que sumarle la caída de las ventas producida por la pandemia, que será de un 4% adicional en el mejor de los casos".
Y: "Pero, además de la actividad ordinaria del inicio de año, este enero representaba la gran esperanza del sector del comercio para iniciar la recuperación tras un año 2020 nefasto. Ni siquiera el Black Friday ni la campaña de compras navideñas consiguieron revitalizar el comercio; de hecho, los datos empeoraron de forma significativa en la recta final del año. Las esperanzas han quedado sepultadas por el temporal de nieve que azota media España y que ha provocado el cierre masivo de tiendas ante las dificultades logísticas. Es la puntilla para un sector duramente golpeado y que ve cómo sus esperanzas puestas en 2021 se congelan".
Tampoco se cumplirán las expectativas del Gobierno, según apunta Olga Rodríguez en El Independiente, que asegura que "la tercera ola del coronavirus echa por tierra las previsiones económicas de Moncloa: "El comienzo del año coincidió con el inicio de la vacunación contra el coronavirus. Una buena noticia después de muchos meses que hizo recuperar la esperanza en el crecimiento económico. Sin embargo, el aumento de los contagios junto con las nuevas restricciones en algunas zonas de España han vuelto a nublar las perspectivas de economistas y analistas, aunque no del Gobierno. Moncloa mantiene la previsión de crecimiento del 7% para 2021. Así lo expresó este lunes la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. Se trata de un cálculo que ya era optimista hace unos meses en comparación con el avance estimado por la Comisión Europea, del 5,4%. También el escenario más negativo del Banco de España dibujaba un panorama menos optimista, con un crecimiento del 4,2%". Sigue Rodríguez: "Con el avance de la pandemia, ya son varias voces las que alertan de que el cuadro macroeconómico del Gobierno es demasiado “optimista”. Una de ellas es el informe Panorama económico y sectorial 2021 presentado por Mapfre Economics, donde estiman que la economía española crezca un 6,1% y advierten de un escenario “cargado de incertidumbre, especialmente por la reincidencia de olas de contagios hasta se consiga alcanzar una inmunidad generalizada de la población”. En la misma línea habla Alicia Coronil, economista jefe de Singular Bank: “Las previsiones del Gobierno son el escenario más optimista. Teniendo en cuenta los datos a cierre del año de consumo privado, las reducciones de la movilidad y los retrasos en la vacunación, esperamos que el crecimiento sea más moderado”. Para Coronil, los anuncios de nuevas cepas, la tasa de vacunación y también la inclemencia climática que se ha vivido este fin de semana son riesgos a la baja para la economía española. “A corto plazo el entorno sigue siendo muy exigente e incierto, y las restricciones a la movilidad necesarias para contener la pandemia seguirán pesando sobre la actividad en el inicio del año”, insisten desde CaixaBank Research".
Así es que se avecina otro año para enmarcar.
12 de enero, santoral: Antonio María Pucci, Arcadio, Alfredo, Benito Biscop, Bernardo de Corileone, Cesárea, Elredo, Ferreol, Margarita Bourgeoys, Martín de la Santa Cruz, Nazario, Eutropio, Tatiana, Tigrio y Victoriano.